Desde hace cinco años y medio esta floristería se ha dado a la tarea de cambiar el concepto de diseñar y vender arreglos florales mediante un servicio que combina innovación y personalización

Se dice que cada flor tiene una historia asociada. Algunas tienen que ver con la mitología, dioses o creencias populares, y los significados pueden ser varios o muy específicos. Pero el relato de quienes hacen de ellas un regalo o signo de afecto también cuenta.

Raúl Rojo Aguirre es simpático y muy sincero. Esto último queda claro cuando dice que no buscaba ser empresario. Su sueño desde los 12 años de edad, cuando visitó un consultorio dental con un primo suyo, era convertirse en dentista. 25 años después aún lo recuerda y se confiesa como un dentista frustrado por no conseguirlo, pero muy contento con lo que ha logrado.

Así, aunque no se veía al frente de una compañía, las circunstancias lo llevaron raul_rojoa emprender. En 2008, mientras trabajaba en la incubadora de empresas Empreser (hoy Sinaloa Emprende), él y Horacio Gastélum concordaron en un objetivo: abrir un negocio. Aprovechando los conocimientos de su hoy socio en el ramo de las flores y que él había asesorado a un amigo a abrir una florería en Monterrey, armaron el proyecto que más tarde llamarían Corazón de Violeta.

Desde entonces, menciona a ESPEJO, disfruta trabajar en la floristería con la que le da otro enfoque a la venta de flores y plantas ornamentales. Para lograrlo, él, Horacio y su equipo de trabajo, van más allá de crear diseños hermosos. Saben que una flor o un gran ramo pueden expresar amor, recuerdos, disculpas o simplemente un gesto de atención, por lo que sus arreglos son personalizados y hechos al momento, pensando en esa ocasión y persona especial.

—¿Cuál ha sido el impacto de Corazón de Violeta en Culiacán?

—Hemos ganado un buen reconocimiento de la gente. No sé si toda, pero mucha gente sí nos ubica, desde el nombre y gracias a que hemos manejado esa parte de marketing que casi ninguna florería hace. También se ha generado como una serie de seguidores que nos recomiendan. Yo digo que están enamorados del concepto y de lo que nosotros le proponemos. Y, definitivamente, lo tengo que decir, con toda la humildad, que hemos logrado crear un concepto que aquí no existía, hablando de los arreglos que se hacen.

—¿Cómo han logrado innovar en este sector?

—Son varios factores. El primero es que tenemos la filosofía de siempre estar mejorando. Nuestros arreglos son personalizados, es decir, si vienes hoy y te llevas un arreglo, y mañana regresas, no te ofrecemos lo mismo. Dos, nos capacitamos. Y algo que nos ha ayudado mucho es que hemos contratado gente que no sabía nada de flores. Eso ha permitido que no estén limitados a la técnica, ya que como no saben buscan cómo diseñar y siempre resulta algo innovador. Claro, hay arreglos que quedan feos y no los sacamos. También es el servicio. Por ejemplo, en la parte de eventos le decimos a le gente que necesitamos una hora para armarle el concepto, asesorarlo, mostrarle fotos, pero ya salen con algo tangible.

ATENCIÓN Y PERSONAL, LA CLAVE

ramoComo algunos proyectos nuevos, Corazón de Violeta inició con poco personal. Cuando nació, Raúl y Horacio se encargaban de todo, pero luego de cinco años y medio de trabajo y algunos cambios han logrado sumar a cuatro colaboradores de tiempo completo y un equipo de seis para eventos sociales. Actualmente, ellos se encargan de crear y vender entre 250 y 280 arreglos al mes, así como alrededor de 120 adornos y centros de mesas para bodas y 15 años. Son ellos también, reconoce Raúl Rojo, junto con el servicio, los elementos que han sostenido el crecimiento de la empresa.

—¿Qué papel juegan tus colaboradores en la empresa?

—Definitivamente, el principal. Ellos son prácticamente los creadores de todo. De hecho, ellos son como los dueños, porque crean diseños nuevos y saben bien cómo atender a los clientes.

—¿Cómo has logrado que adopten la filosofía de Corazón de Violeta?

—Siempre buscamos personal que cumpla con cierto perfil definido. Al inicio, Horacio y yo teníamos un perfil, el cual cambiamos un poco, pero son chavos que son creativos y hasta cierta parte artísticos. Son estudiantes, pero buscamos que sean muy independientes y que les guste mucho trabajar. Emprendimiento y trabajo Emprender ha sido un tema que ha acompañado a Raúl Rojo en los últimos años. De 2006 a 2011 estuvo a cargo de la incubadora de negocios Empreser y desde 2012 puso en marcha Factor E, plataforma que busca asesorar y capacitar a los emprendedores para transformarlos en empresarios, por lo que para él emprender tiene muchos significados. “Es acción, dar el paso de la teoría a la práctica, salir de tu zona de confort, entrar en un proceso creativo, construir algo, concretar tus sueños… en fin, muchas cosas”.

cita —¿Qué es lo que más disfrutas de emprender?

—El trabajo, definitivamente. Cuando estás aquí ya no estás dispuesto a cambiar el rumbo a irte a trabajar. Tienes un negocio y si te va bien lo que quieres es tener otro, y si te va bien quieres otro y otro.

—¿Cuál ha sido el mayor desafío empresarial que has tenido al día de hoy?

—Me costaba mucho no tener a alguien que me estuviera como empujando o diciéndome vas bien o vas mal y me estanqué. Entonces en ese momento cambié mi dinámica y decidí venirme a la floristería y contratar a alguien que hiciera el proyecto de Factor E. Entonces, el principal reto ha sido enfrentar mis miedos de salir de la zona de confort en la que estaba y tener los dos negocios.

—¿Qué aprendiste de este estancamiento?

—Que cuando eres empresario no dependes de nadie, y si quieres ganar dinero y crecer, tienes que chambear. No depende de tu familia, de tu pareja, de tus socios ni de la economía o de la violencia, solo de que quieras salir adelante. Así de sencillo.

En ese sentido, Raúl Rojo aconseja a otros empresarios que cuando se topen con algún problema o desafío no escuchen a nadie, solo a sus sueños, instintos y a sus ganas de tener su propio negocio. “Si te equivocas, ni modo, lo que sigue, pero vale más hacerlo”, concluye.