Guía culichi para sobrevivir al maratón Guadalupe-Reyes
Iniciamos oficialmente con uno de los más largos maratones a nivel internacional. Nos referimos al maratón Guadalupe-Reyes, periodo que inicia el 12 de diciembre con los festejos a la Virgen de Guadalupe y culmina el Día de Reyes, el 6 de enero. Se denomina así debido a que durante este periodo existen varias celebraciones que, por cercanía cronológica, […]

Group Of Friends Enjoying Christmas Drinks In Bar
Iniciamos oficialmente con uno de los más largos maratones a nivel internacional. Nos referimos al maratón Guadalupe-Reyes, periodo que inicia el 12 de diciembre con los festejos a la Virgen de Guadalupe y culmina el Día de Reyes, el 6 de enero. Se denomina así debido a que durante este periodo existen varias celebraciones que, por cercanía cronológica, constituyen un ‘maratón’ de festividades.
Sin duda, se trata de uno de los eventos deportivos (o al menos así parece) más esperados por la sociedad mexicana; un evento en donde la mayoría se prepara por 11 meses con suma dedicación, pero unos cuantos lo logran mientras que muchos más se quedan a la mitad del camino.
Amigos, compas, posadas, reuniones familiares, los 15 platillos de tu mamá (más otros 15 de tus tías), ponche, piñatas, alcohol, regalos, cajas de galletas, chocolates y una gran cantidad de obstáculos se nos atraviesan y como buenos mexicanos les hacemos frente, jamás nos rendimos y siempre superamos nuestros propios límites. Esta no es una tarea fácil, quienes lo logran muchas veces terminan lamentándolo al observar cuántos kilitos les costó, cuántas resacas generó, cuántos desvelos, cuánto dinero. Indudablemente, una competencia de la que no cualquiera logra salir ileso.
ESPEJO te comparte la “guía básica” para que demuestres ser un buen culichi y puedas ser de los afortunados en cruzar la meta y poder decir: “Ahí nomás quedó, pariente”.
Piensa antes de comer
Uno de los obstáculos más difíciles en este maratón es indudablemente la comida. ¡Vamos!, ¿quién no está tentado a meter mano a tan perversos platillos? El olor en las casas mexicanas en estas fechas sobresale por todas partes: que el menudo, que la barbacoa, que el champurrado, los tamales, los frijoles puercos. Ya si tu familia es muy finolis: que el pavo, que los romeritos, que el ponche, ¡todo es comida! Recuerda: “Todo está en la mente”. Repite esta frase todas las veces en que te encuentres bajo la tentación del olor que emanan aquellos tamales que con tanto amor hizo tu madre, aléjate y corre.
En las cenas familiares, donde es imposible hacer resistencia, trata de mantener la cordura. Es clásico que en esa cena todos se transforman en animales sobre la mesa. Por otro lado, muchos sufriremos indigestión o agruras, pero nada que no podamos remediar con una bendita Alka Seltzer o un buen Omeprazol, y recuerda: las ensaladas también son ricas.
Toma con medida
Otro de los obstáculos más comunes en el maratón son las bebidas. Que el vino para brindar, el vino blanco para la cena, que el wishky para entonar, que la chela porque ya pusieron cumbias, que lánzate a ver si encuentras una tienda abierta. Es común que en estas fechas, donde no existen responsabilidades laborales, se te haga fácil echarte todos los tragos que no pudiste en el año. Pero recuerda que el fin de todo es celebrar, sea lo que sea que tengas que celebrar, pero siempre es mejor siendo consciente, sino, lamentarás a la hora en que tus amigos o familiares comienzan a subir fotos al día siguiente a Facebook con una cara nada agraciada (si bien te va).
Échate tus traguitos, ponte happy… pero tampoco abuses y hagas shows, no es chilo. Esto garantizará que te encuentres consciente (lo mayormente posible) al día siguiente y puedas continuar con el maratón (porque este festejo no es nada si no hay recalentado).
Es mejor que dejes el coche en casa. La mayoría de las veces sabes cuándo vas a tomar una o dos copitas de más, si es el caso, lo mejor es tomar un taxi, Uber o pedirle a un amigo irse juntos para que maneje la persona que no va a tomar alcohol. Pero sobre todo recuerda alejarte de los tíos solterones y malacopa que siempre busca a quién contarle sus desamores.
Si no pudiste resistirte, al otro día hay cruda
Si de plano te “valió coco” nuestra advertencia de moderarte y no pudiste contener tu frenético consumo, sabemos que al día siguiente el karma se encargará mientras nosotros reímos. Pero como es época de Navidad, de perdón y amor, y todas esas cosas, te pasamos nuestras recomendaciones pa’la cruda:
Lo común y que te diría cualquier amigo que se cree doctor: “Ve por una birria”… un pozole, un consomé de barbacoa o los clásicos chilaquiles. Los científicos recomiendan echarse litros y litros de agua para compensar la deshidratación del cuerpo. Ellos saben lo que hacen, así que hazles caso.
Un buen culichi se toma una chelita al despertar, sabemos que estando en plena cruda, tener una cerveza frente a ti te causa náuseas pero en realidad no sabes cómo te ayuda. Otros más optan por tomar algunas aspirinas, pero por experiencia propia no lo recomendamos para nada.
Hiberna si es necesario, pero descansa
El truco radica en este punto: tantas fiestas, tantas reuniones, tantas desveladas, obviamente cobran factura al cuerpo. Descansar es una de las principales recomendaciones para lograr el maratón. Aprovecha que son vacaciones para despertar lo más tarde posible, si no hay deberes frente a ti, no está nada mal plantarse frente a la pantalla y ver Netflix por casi todo el día.
¿No te tienta tanto la posada a la que te invitaron? ¡Pues tampoco estás obligado! Puedes aprovechar y hacer otras cosas, como pasear en la ciudad sin rumbo fijo.
No abras mucho la billetera
Administra tu dinero, aunque tengas tu aguinaldo, regalos, compensaciones, etcétera, no pienses solo en un día. Modérate, es un obstáculo que en un principio no sentimos pero que en enero seguro muchos lamentarán. Es un arma de doble filo y todos debemos tener cuidado con ella. Es común que en estas fechas decembrinas te lleguen que los bonos, las cajas de ahorro, el aguinaldo, que la tanda, y ¡pum!, ¡somos ricos!… No hay pedo… yo pago, es la clásica frase de estas fechas. Y pues, está padre, al fin y al cabo para eso es el dinero: para gastarlo. Pero también debes tener en cuenta que no te puedes desbancar.
Cuida tu dinero que después no tendrás cómo pagar tus tarjetas y esas cosas de adultos que siempre nos aquejan y chupan el dinero. Cuando compres los regalos no piensen en lujos y mejor en detalles, a veces un regalo ingenioso saca más sonrisas que un carro del año (ay ajá). Pero en serio, en estas fechas no se trata de una competencia de quién da el mejor regalo, sino de compartir el momento y por más anciano que suene, lo mejor es estar con los seres queridos.
Ejercítate
Lo más importante en la vida para poder estar en movimiento es ejercitarse. A pesar de que estas fechas parecieran ser todo lo contrario, si dedicamos una hora mínimo para mover nuestro cuerpo te aseguramos que te sentirás fresco como lechuga para todos los obstáculos que se te presenten. No esperen el 31 de diciembre para justificarlo con una uva en los propósitos del siguiente año, ¿para qué esperar? si al final rompen la dieta en este mismo maratón. Mejor comiencen desde ahora a tomar forma porque indudablemente este maratón necesita un buen cuerpo y estado mental saludable; si no sobrevivimos (como casi siempre) tenemos la esperanza de que el próximo sí. Si vas a una posada, baila todo lo que puedas. Esto también ayudará a sobrellevar los excesos producidos por las comidas y bebidas, además que te divertirás (que es para lo que son las fiestas).
Cuida a los niños
Por último y no menos importante, cuida a los niños de cohetes y fogatas. Es un periodo de muchas fiestas donde chicos y grandes se divierten, los niños rompen piñatas, van a posadas y queman cohetes. No los dejes solos en ningún momento, un adulto siempre debe tenerlos bajo supervisión. Ah, y tampoco salgas a la calle a la media noche del 24 ni del 31 de diciembre porque sin falta, en Culiacán siempre hay lluvia de balas.
Baila, diviértete y platica. No todo es alcohol y comer en exceso, aprovecha tu tiempo para hacer nuevas amistades o poner atención a esos amigos o familiares que tienes tiempo que no ves.
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