Tema de la semana | ¿Modo austero activado?
El pasado lunes 9 de enero el Gobierno del Estado de Sinaloa anunció un programa de austeridad de 20 puntos mediante el cual se busca disminuir el gasto operativo de las dependencias de Gobierno. Pero una duda se mantiene en la mente de la sociedad: ¿Será este un programa más que quede en el papel?, ¿o en […]

El pasado lunes 9 de enero el Gobierno del Estado de Sinaloa anunció un programa de austeridad de 20 puntos mediante el cual se busca disminuir el gasto operativo de las dependencias de Gobierno. Pero una duda se mantiene en la mente de la sociedad: ¿Será este un programa más que quede en el papel?, ¿o en realidad podremos ver un ahorro sustantivo en los gastos superfluos de Gobierno del Estado?
Luego de una primera semana del año en la que marchas y protestas dejaron en claro que la sociedad mexicana y sinaloense están cansadas de la corrupción, la falta de transparencia y la simulación por parte de las autoridades, dependencias de distintos órdenes de Gobierno decidieron reaccionar ante el descontento ciudadano y anunciar diversas medidas encaminadas a disminuir los privilegios de la clase política.
Si la primera semana del 2017 fue para México la semana de las marchas, los bloqueos y los saqueos; la segunda semana del año cerró como la semana de la austeridad… al menos en el papel.
A nivel federal, el presidente Enrique Peña Nieto anunció acciones como el recorte de casi 190 mil millones de pesos al gasto público, la eliminación de 20 mil plazas laborales y la disminución del 10% de sueldos a funcionarios de mando superior.
Por su parte, luego de la presión generada por los medios de comunicación, el Instituto Nacional Electoral (INE) decidió cancelar la construcción de su nueva sede y reintegrar los cerca de mil millones de pesos del proyecto a la Secretaría de Hacienda.
A nivel estado, diputados de distintos partidos asumieron medidas similares. Ya desde su primer día en el Congreso, los diputados de Morena renunciaron al 50% de su sueldo con la condición de que los recursos se destinaran a la educación; asimismo rechazaron su seguro de gastos médicos privado y utilizarán, dicen, los servicios del ISSSTE “como todos los trabajadores del Estado”.
Pero no fue hasta la explosión del descontento social causado por el gasolinazo que legisladores del PAN, PRI, PVEM y Nueva Alianza se sumaron a la austeridad al renunciar a sus vales de gasolina y a los recursos asignados por el Congreso estatal para gastos de traslado.
Si sumamos a todo esto el anuncio del alcalde de Culiacán, Jesús Valdés Palazuelos, acerca del diseño de un plan de austeridad para la administración que inicia, podemos darnos cuenta de cómo la clase política tiene claro que la teoría de la evolución de Charles Darwin se sigue aplicando incluso para su actividad.
Y es que si bien estas medidas no llegan por voluntad propia, funcionarios de todos los niveles de Gobierno saben que en tiempos de hartazgo social su única opción es adaptarse o condenarse a perder la ya muy gastada credibilidad y confianza puesta en ellos como representantes del pueblo.
En un país donde históricamente la austeridad ha tenido que ser asumida por parte de la ciudadanía, son buenas noticias que las autoridades empiecen a poner de su parte. Sin embargo, es necesario que la sociedad se mantenga vigilante de que las medidas sean cumplidas y que, más que una concesión hecha al calor de los tiempos de crisis, esta se convierta en una política permanente de Estado.
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