El diagnóstico que en el transcurso de esta semana ha presentado de manera más clara el secretario de Salud, Alfredo Román Messina, sobre el estado financiero que guarda la dependencia a su cargo, constituye un llamado de alerta para garantizar la atención a miles de sinaloenses que reciben cobertura médica del Gobierno.
El grave deterioro de la salud de los Servicios de Salud de Sinaloa es un tema que fue advertido a tiempo y que se veía venir con situaciones como el desabasto de medicamentos, deficiente equipamiento hospitalario, conflictos con trabajadores cuyos sueldos y prestaciones quedaban en la incertidumbre, así como el creciente efecto en la población de vectores como dengue, zika y chiquigunya.
Sin embargo, el peor síntoma de la Secretaría de Salud durante el gobierno de Mario López Valdez fue la opacidad institucional y la sospecha constante de que la corrupción tenía ahí uno de los principales nidos. La compra de medicamentos a precios alterados es solo una de las prácticas irregulares confirmadas por las auditorías que se realizan actualmente.
En su comparecencia ante la Comisión de Salud del Congreso del Estado, el martes 25 de abril, Román Messina dio a los legisladores la más reciente radiografía del cuerpo canceroso por la corrupción de la secretaría en referencia:
- El 31 de diciembre de 2016 al no poder cobrar el adeudo una empresa proveedora de servicios se llevó los medicamentos, anaqueles, computadoras, y todo lo que encontró.
- Se está pagando hoy que el exsecretario de Salud, Ernesto Echeverría Aispuro, no haya querido participar en las compras consolidadas de suministros médicos, como se lo sugirió meses antes el ahora Gobernador Quirino Ordaz Coppel.
- La Secretaría de Salud pagó por algunas medicinas, en el sexenio anterior, hasta 9.25 pesos por unidad entregada a farmacia, cuyo costo real oscila entre los 4 pesos.
- Hubo omisión al no defender 189 demandas contra la Secretaría de Salud, por las cuales se deberá pagar arriba de 300 millones de pesos.
- La empresa Mi Salud es dueña de todos los equipos de tomografía que están en hospitales de la Secretaría de Salud, a pesar de que este equipo que existía antes estaban en buen uso.
- Horas antes de que Ernesto Echeverría dejara el cargo, el 31 de diciembre de 2016, signó un contrato con un laboratorio con un incremento al 100 por ciento a los insumos, aplicable al día siguiente.
- Hubo rapiña de equipamiento, tal es el caso de la desaparición de más de 30 mini splits de un centro de salud urbano.
- La deuda heredada en la Secretaría de Salud a la actual de administración es del orden de los 2 mil millones de pesos.
- Ese adeudo impide que los proveedores tengan confianza en el Gobierno actual y solventen con crédito a la Secretaría de Salud para la compra de medicamento, equipo y servicios.
- Al iniciar el gobierno de Quirino Ordaz, el primero de enero de 2017, encontró el desabasto total de medicamentos.
De ese tamaño es el problema que tiene la Secretaría de Salud. Es como un enfermo en fase terminal al cual le tendrán que aplicar técnicas de resucitación para que regrese con celeridad a atender las necesidades que los sinaloenses presentan, sin tiempo para esperar a que la dependencia salga del colapso financiero en que está.
De dicho estado de cosas informado por Román Messina brota la interrogante de qué hará el gobierno de Quirino Ordaz Coppel para pasar del reporte del desfalco, a las denuncias penales que castiguen a los responsable de la quiebra del Sector Salud y se siente un precedente para servidores públicos que siguen pensando que vienen a servirse del presupuesto, sin entender que su función es servir a la sociedad.
Con información del periódico Noroeste.
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