Tema de la semana | Nuevo Bando de Policía: campo fértil para la corrupción
Luego del escándalo por el video en donde autos deportivos jugaban arrancones a plena luz del día frente al Ayuntamiento de Culiacán, una reforma del gobernador de Quirino Ordaz Coppel ha obligado a los ayuntamientos de todo el estado a renovar sus bandos de policía, incrementando sanciones y con ello también el campo fértil para […]
Luego del escándalo por el video en donde autos deportivos jugaban arrancones a plena luz del día frente al Ayuntamiento de Culiacán, una reforma del gobernador de Quirino Ordaz Coppel ha obligado a los ayuntamientos de todo el estado a renovar sus bandos de policía, incrementando sanciones y con ello también el campo fértil para la corrupción.
Esta semana, atendiendo a una reforma a la Ley que Establece las Bases Normativas para la Expedición de los Bandos de Policía y Buen Gobierno del Estado de Sinaloa, el Cabildo del Ayuntamiento de Culiacán aprobó la propuesta de un nuevo Bando de Policía y Buen Gobierno que agrava las sanciones impuestas en 9 conductas como la de tirar o incinerar basura, estacionarse en espacios para discapacitados, dañar espacios públicos, jugar arrancones y beber en la vía pública, entre otras.
Con lo aprobado, estas nueve conductas que anteriormente alcanzaban una sanción máxima de 3,774.5 pesos, ahora podrán alcanzar hasta los 11,323.5 pesos, lo que, según las autoridades hará pensar dos veces a la ciudadanía a la hora de cometer alguna falta.
Además de esto, el nuevo bando incluye apartados especiales con relación a menores de edad e incapacitados, propone un programa permanente de control para adolescentes infractores e introduce la figura del Centro Municipal de Mediación y Conciliación.
Cabe también destacar que el documento aprobado se sometió a la consideración ciudadana a través de reuniones con colegios de abogados, asociaciones de profesionistas y la Intercamaral, así como mediante encuestas aplicadas a la ciudadanía en general.
Sin embargo, lo aprobado corre el riesgo de quedar en buenas intenciones y ampliar el campo fértil para la corrupción, pues en una ciudad donde los cuerpos policiacos han demostrado una y otra vez su falta de escrúpulos a la hora de aplicar la justicia, sobrará quienes prefieran recibir u otorgar una mordida en lugar de realizar un enredoso proceso de audiencia para liberar las responsabilidades de, por ejemplo, haber sido sorprendido mientras quemaba basura, realizaba sus necesidades fisiológicas en vía pública o se estacionaba en un lugar para discapacitados.
Además de esto, una buena parte de la ciudadanía culiacanense aún considera que muchas de las conductas sancionadas por los bandos de policía “no son para tanto”, pues de vez en cuando todos hemos incurrido en alguna o varias de ellas y otra buena parte incluso desconoce la existencia de este bando.
Así, el reto para las autoridades municipales será, por un lado, socializar el nuevo reglamento de manera que este sea de conocimiento público y, por otro, acompañar su aprobación con políticas educativas que desde edades tempranas enseñen a los jovenes culiacanenses las mejores maneras de convivir y comportarse con civilidad.
El reto es grande y para muestra basta ver lo sucedido también esta semana durante la noche de Halloween, donde cientos de jovenes festejaron en el malecón e incluso bajo su propio riesgo, se atrevieron a tomar una pipa de Pemex. El saldo, 148 detenidos, entre ellos 30 mujeres.
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