La lluvia de balas que cubrió Culiacán, Mazatlán, Guasave y otras ciudades sinaloenses durante la noche de fin de año nos dejaron en claro dos cosas: la sociedad está armada y las autoridades no pueden hacer nada para protegernos. 

Cientos, quizá miles de disparos que apenas se distinguían entre la pirotecnia, resonaron estruendosos durante la noche del 31 de diciembre por el recibimiento del nuevo año en Culiacán.

Poco después de las diez de la noche y hasta ya muy pasadas las 12, fuertes detonaciones se pudieron escuchar prácticamente en todas las colonias de la capital sinaloense.

Las familias culiacanenses, ya muy acostumbradas a esta tradición, escucharon con sorpresa cómo este año la lluvia de balas devino en diluvio y ante el riesgo de ser herido, muchos decidieron abandonar sus cocheras o patios para resguardarse en la seguridad del techo de su hogar.

Un día después fue amarga la sorpresa de quienes sin deberla ni temerla, encontraron parabrisas rotos y demás daños a sus vehículos y hogares; incluso hubo quienes reportaron zonas que se quedaron sin energía eléctrica luego de que transformadores de la Comisión Federal de Electricidad resultaran dañados con los proyectiles vomitados por las potentes armas de fuego de que dispone el culichi.

Luego de la amanecida y a la luz del primer sol del 2018, autoridades reportaron 56 llamados telefónicos por disparos realizados solo en Culiacán, tres en la zona norte y ninguna en la zona sur; así como 4 personas heridas y ningún detenido, aun cuando los disparos se contaron por cientos o miles.

Esa fue la respuesta de una autoridad que durante otro año culpó a la ciudadanía por este fenómeno, se limitó a dar pretextos y se escudó en las leyes.

Así, de nueva cuenta la víspera de Año Nuevo deja a los sinaloenses dos cosas muy claras: se vive entre una sociedad armada, acostumbrada a la violencia y sin miedo a sufrir las consecuencias de sus actos y, por otro lado, las autoridades poco o nada pueden hacer para resguardar nuestra seguridad.

 

LO DIJO:

“Es una situación lamentable, es un hecho que pues se tiene que ir trabajando mucho desde la educación, las bases, los valores. Desafortunadamente hubo gente lesionada, pero tenemos que trabajar sociedad y Gobierno en el fortalecimiento a la cultura”.

—Quirino Ordaz Coppel. Gobernador de Sinaloa.