Las 50 sombras de PRI | La campaña de un partido que nadie ve
Desde que fue anunciado como el candidato oficial de la coalición Todos por México, conformada por el PRI, el Partido Verde y Nueva Alianza, José Antonio Meade Kuribreña ha intentado posicionarse en la mente de los mexicanos como un candidato ciudadano, alguien externo al Partido Revolucionario Institucional. De una forma u otra, Meade siempre se […]

Desde que fue anunciado como el candidato oficial de la coalición Todos por México, conformada por el PRI, el Partido Verde y Nueva Alianza, José Antonio Meade Kuribreña ha intentado posicionarse en la mente de los mexicanos como un candidato ciudadano, alguien externo al Partido Revolucionario Institucional.
De una forma u otra, Meade siempre se las ingenia para recordarle al público votante su calidad de agente externo al PRI y a la historia del partido, como intento de voto de confianza hacia el resentimiento colectivo que el Revolucionario Institucional se ha ganado con el paso de sus malas administraciones y que ha colocado a esta fuerza política en tercer lugar en la mayoría de las encuestas.
Expertos y politólogos confesaron que el logo del PRI será uno de los principales obstáculos para que Meade logre la difícil proeza de ser el sucesor de Enrique Peña Nieto, que vino a empeorar la realidad del PRI entre los votos indecisos, principalmente en el centro y sur de la república mexicana.
¿Y el logo?
Como un curioso detalle del manejo de la campaña de Meade, es la forma tan radical y notoria en la que se ha suplantado el logo del PRI, del Verde y de Nueva Alianza, para darle paso al diseño oficial de su campaña, que si bien mantiene los colores oficiales de las fuerzas políticas de la coalición, no logra conectar, según el ojo crítico de expertos, con los logos oficiales de los partidos, como si se tratara de un movimiento ajeno a ellos.
Si se hace un poco de memoria, al inicio de la campaña el logotipo del PRI se mantenía casi oculto, utilizando solo los colores del mismo, con la idea de evocar al patriotismo. Alberto Aziz Nassif, Investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores de Antropología Social, señaló que las acciones realizadas por el equipo de Meade para intentar colocarlo como un ciudadano que se sirve de la audiencia del PRI, el Verde y el Panal, para traer a México esperanza ha fracasado, ahora la idea debe ser colocarse la camiseta del partido para lograr captar al boto duro, principalmente del norte del país y escalar puntos en las encuestas.
Pero no es solo Meade…
Las elecciones de 2018 serán las más complicadas para el PRI, incluso más que las que vieron perder a Madrazo en 2006, esto debido al hartazgo y el papel elemental del voto joven y el acceso a la información que han propiciado las plataformas digitales.
En toda la república se han multiplicada los casos en los que los candidatos del PRI y sus respectivas alianzas se ven obligados a traer a personajes ajenos a sus militancias para representarlos en las urnas. Además de la evidente forma en la que se ha ocultado el logo del PRI de las campañas en estados como Jalisco y Baja California.
En Sinaloa la historia es particularmente diferente, al ser una entidad de tradición priista y con el reciente repunte de otras fuerzas políticas en las encuestas, candidatos del PRI han optado por omitir su apellido en la búsqueda de nuevos votos, como el caso de Juan Ernesto Millán, hijo del exgobernador Juan S. Millan, también priista. Además, los logos en la publicidad del PRI en el estado han reducido su tamaño, como si se tratara de un requisito que se cumple a fuerzas, cuando una vez fueron un estandarte de orgullo y augurio de victoria.
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