El impacto y los daños del huracán “Willa” en el sur de Sinaloa recibieron la respuesta inmediata y eficiente de parte de autoridades federales estatales y municipales que afinaron los mecanismos de coordinación y auxilio para evitar tragedias y comenzar la reconstrucción sin demoras burocráticas. Sin duda, aprendieron la lección y aprobaron el examen.

A Sinaloa le genera un sentimiento de tranquilidad el hecho de saber que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel es sensible al sufrimiento de las familias afectadas por fenómenos naturales, pues el mandatario dedicó tiempo y esfuerzo completos a coordinar las tareas de auxilio a más de 20 mil damnificados de los municipios de El Rosario y Escuinapa.

La fotografía que circuló en medios de comunicación y redes sociales, en la cual Ordaz Coppel recorre con el agua a la cintura las comunidades afectadas, representa la evidencia de un esfuerzo que a diferencia del deficiente actuar el 20 de septiembre en Culiacán, esta vez sí estuvo a la altura de la emergencia vivida.

En reconocimiento a la labor cumplida, es de justicia resaltar y consolidar los 5 principales aciertos que evitaron que el meteoro “Willa” dejara daños mayores en el sur del estado:

Prevención y alerta . Protección Civil aplicó lo que establecen los protocolos para zonas amenazadas por huracanes, tales como el desalojo obligado de zonas bajas y en cauces de ríos y arroyos, suspender el movimiento de personas hacia escuelas o en centros de trabajo y cortar el flujo de viajeros en el área en estado de alerta roja.

Desplazamiento de ayuda. En forma oportuna se movió hacia la región comprendida en el radio previsto de devastación el equipo humano y técnico (CFE, Cruz Roja, Salud, Protección Civil,etc.) para restablecer en el menor tiempo posible los servicios elementales y las condiciones de vida. En un lapso de 72 horas se reportaba casi el 90 por ciento de recuperación.

Coordinación e inteligencia. El trabajo conjunto con el Ejército, Marina, Secretaría de Gobernación, Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Comisión Nacional del Agua y Policías, le permitió al Gobierno del Estado medir palmo a palmo la trayectoria y fuerza de “Willa” y en consecuencia decidir con mayor grado de asertividad las medidas a implementar.

Auxilio oportuno y de calidad. En contraste con lo ocurrido en Culiacán en el contexto de la depresión tropical 19-E, el plan de ayuda fue eficiente antes, durante y después de las lluvias y vientos que devastaron el sur sinaloense. Además, el tema de los colchones defectuosos permitió que esta vez las autoridades le pusieran énfasis en la calidad y pertinencia de la ayuda entregada, sumándose a esta tarea la Fuerza Aérea Mexicana para el operativo aire de atención a afectados.

Cultura para la previsión. Los sectores patronales, transportes, educación, turístico y sobre todo los habitantes de la zona que comprende desde Elota a Escuinapa actuaron con acciones en sincronía o inconexas para protegerse ante la inminente embestida del fenómeno natural. La reacción ciudadana resultó importante para el adecuado desarrollo de las estrategias de protección que el gobierno emprendió.

Desde esta experiencia es posible definir un manual de Protección Civil que esté a la altura de la capacidad de respuesta inmediata y cohesionada que requieren contingencias climatológicas cuya fuerza y comportamiento son cada vez más impredecibles. Está comprobado también que ni el gobierno ni la sociedad deben ir por vías separadas sino unirse particularmente adheridos en tales eventualidades.

Para el momento en que “Willa” tocó tierra en costas sinaloenses, la operación de orientación y auxilio ya se mostraba organizada, muy sólida y confiable. Gobernación adelantó la declaratoria de zona de emergencia, el Gobernador tomó el control, el equipo reconstructor se movilizó, la población acudió a los albergues y eso fue lo que permitió que al cabo de una semana las condiciones puedan volver a la normalidad.