“Estamos aquí para hacer justicia, no para difundir chismes sobre los acusados en el juicio”.

Juez Nicholas Garaufis.

Este 26 de marzo, los abogados de Joaquín El Chapo Guzmán, Marc Fernich y Jeffrey Lichtman, presentaron ante la Corte del Distrito Este de Nueva York, una moción para solicitar un nuevo juicio sobre la base de una audiencia indagatoria.

El antecedente es la entrevista publicada por Vice News el pasado 20 de febrero, en la que uno de los miembros del jurado en el juicio contra Guzmán Loera admitió que al menos cinco de sus compañeros violaron las instrucciones del juez al seguir el caso en los medios de comunicación.

Según la entrevista, el jurado afirmó: “¿Sabes que nos dijeron que no podíamos ver las noticias durante el juicio? Bueno, lo hicimos. Los jurados lo hicieron.” También confesó que tanto él como otros de sus compañeros revisaban la cuenta de Twitter del reportero Keegan Hamilton para checar las publicaciones sobre el caso.

Ante la posibilidad de que los jurados se hubiesen expuesto a revelaciones mediáticas de documentos desclasificados, antes del inicio de las deliberaciones para llegar a un veredicto en el caso del Chapo Guzmán, el juez Brian Cogan se entrevistó con los jurados para “mirar a cada uno a la cara y obtener una respuesta”.

De acuerdo con la entrevista, mientras el juez anunciaba en la Corte que se reuniría con los jurados, algunos de ellos leían los tuits de Keegan Hamilton e informaron a los demás. “Así que, efectivamente, vino a nuestra habitación y nos preguntó si lo sabíamos, y todos lo negamos, obviamente”. Al menos cinco de los jurados titulares y dos de los suplentes habían escuchado las noticias sobre el caso. Aunque el entrevistado afirma que no tomaron eso en cuenta para el veredicto de culpabilidad.

El escándalo mediático al que se refería el juez Cogan se dio fuera del juicio, al hacerse públicos documentos de la fiscalía relacionados con el testimonio de Alex Cifuentes respecto a las relaciones sexuales que Guzmán Loera sostuvo con chicas hasta de 13 años, por quienes pagaba cinco mil dólares y a quienes drogaba para tener coito con ellas. El acusado las llamaba sus vitaminas pues afirmaba lo rejuvenecían.

Estos hechos quedaron fuera del juicio a petición de la fiscalía norteamericana pues plantearon al juez que el testimonio sobre estas actividades no era relevante para ningún hecho importante en el juicio porque no probaban las actividades de tráfico de drogas del acusado. Frente a ello, en la moción de este 26 de marzo, la defensa plantea la siguiente pregunta:

“¿La exposición del jurado a una avalancha de información extraña, presuntamente prejuiciosa… obliga a una audiencia indagatoria para determinar (a) la naturaleza y alcance precisos de la conducta irregular; (b) el probable impacto real de la información sobre un jurado promedio hipotético; (c) si el jurado mintió a la Corte a preguntas específicas y eso conlleva la anulación del juicio; y (d) si el jurado que reveló las irregularidades, o cualquier otro, intencionalmente ocultó prejuicios que lo inhabilitaban, durante el proceso de selección, y colectivamente obstaculizaron el ejercicio de los derechos al debido proceso y a un juicio justo ante un jurado imparcial contenidos en la Quinta y Sexta enmiendas?”.

La defensa de Joaquín Guzmán Loera concluye que el tema merece ser considerado con seriedad y debe ordenarse la investigación de la conducta del jurado que resulte en un nuevo juicio para el acusado. Explican los defensores que si la medida de un sistema de justicia es la forma en que trata a sus acusados más vilipendiados e impopulares, entonces el norteamericano puede haberle fallado a Joaquín Guzmán al negarle un juicio justo ante un jurado imparcial, al cual constitucionalmente tenía derecho.

Por su parte, la fiscalía norteamericana presentó una petición por escrito donde solicita se le permita responder al documento de los abogados del Chapo hasta el próximo 29 de abril.