Efecto ESPEJO | Parte de guerra en Sinaloa: paz en el centro, miedo en el sur

El sur de Sinaloa vive una situación de alerta por el alto número de homicidios dolosos y el desplazamiento forzado de personas, en contraste con el municipio de Culiacán que registró la racha de nueve días sin delitos de alto impacto, circunstancia que es el mejor indicador para que ninguna institución o autoridad se eche a dormir sobre los laureles.

La violencia continúa latente, no sabe de treguas sino de movimientos geográficos según sean los objetivos de las bandas criminales que atenúan la acción en la región centro y acentúan los ataques en otras zonas del estado.

Llama la atención que en los municipios de Concordia y El Rosario crezca el éxodo de personas por temor a grupos delictivos mientras que en Sinaloa están destacamentados 2,500 policías militares en la base El Sauz, otros 600 llegaron el mes pasado y se acaba de anunciar el arribo de 600 elementos de la Guardia Nacional, consolidándose la presencia de la fuerza federal que numéricamente es intimidante.

Ayer mismo, el coordinador del Movimiento de Desplazados del Sur de Sinaloa, Miguel Ángel Gutiérrez, pidió la declaratoria de emergencia para que los pobladores desterrados de sus comunidades de origen reciban la asistencia de la Guardia Nacional.

¿Cuáles son las estrategias federal y estatal en los municipios sinaloenses que limitan con  Nayarit y Durango? Al decir de las familias que huyen de la delincuencia han quedado fuera del plan nacional de pacificación que implementó el presidente Andrés Manuel López Obrador y las autoridades locales optan por negar la existencia del problema, dejándolas desprotegidas frente al asedio del hampa. Hasta aquí el parte de guerra.

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