Efecto ESPEJO | AMLO en Sinaloa: el fantasma de los “conservadores” lo siguió
La sombra de los “conservadores” persigue al presidente López Obrador a donde vaya, evidenciándolo en el agotamiento del discurso que evita señalar directamente a sus detractores.
Desafiando la indicación de “quédate en casa” que su mismo gobierno establece para la población en general, el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó ayer solamente el municipio de Badiraguato, de tres que se habían considerado en el itinerario, y la estancia en Sinaloa se convirtió en noticia internacional debido a que el mandatario saludó de mano a María Consuelo Loera, la madre del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, que se haya preso en Estados Unidos.
Ese encuentro en las inmediaciones de La Tuna, territorio emblemático de “El Chapo”, fue tema esta mañana en la conferencia habitual del presidente al señalar que los conservadores hicieron un escándalo al respecto, tratando así de anular elementos de suspicacia como el hecho de que el suceso se diera el día que cumple años Ovidio Guzmán, el hijo de “El Chapo” que el 17 de octubre de 2019 fue aprehendido y liberado en Culiacán tras una jornada de terror conocida como “el culiacanazo”.
Pero ese último “detalle” de la visita a Badiraguato marcó la agenda presidencial que de inicio planteaba actividades también en los municipios de El Rosario y Navolato, sin embargo, la construcción de la carretera Badiraguato-Chihuahua, la cual comprometió que quedará concluida para 2022 con la inversión de 400 millones de pesos en 2020, pasó a último término en la cobertura de los medios.
De hecho, resulta difícil determinar el objetivo real del paso de AMLO por Sinaloa. Primero, desde el hotel donde se registró el primer caso de coronavirus exhortó a los ciudadanos a cuidarse de la pandemia y acusó a los “conservadores” de quererlo aislado para proceder a tomar el poder, discurso que mantuvo en el corazón del llamado triángulo dorado del narcotráfico. Segundo, está claro que con sus conductas públicas induce actitudes colectivas para no tomar en serio las medidas contra el Covid-19 que establece la Secretaría de Salud federal.
La sombra de los “conservadores” persigue al presidente López Obrador a donde vaya, evidenciándolo en el agotamiento del discurso que evita señalar directamente a sus detractores y englobarlos en términos genéricos que mantienen vivo a ese enemigo público fantasmagórico que es el culpable de todo y de nada al mismo tiempo. Y no son los narcos esos adversarios porque a estos les ofrece abrazos y no balazos.
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