Derechos Humanos

En la sierra de Sinaloa los indígenas Tarámari sufren de desnutrición y están muriendo

La región Tarámari es una zona de pobreza extrema, en la que en los últimos dos años se han reportado de forma oficial dos muertes de indígenas por problemas asociados a desnutrición.

En la sierra de Sinaloa, hacia Badiraguato, Sinaloa municipio y Choix, hay indígenas Tarámari que están muriendo por desnutrición, como Don Antonio Chamuchi Díaz.

El 26 de julio falleció en el Hospital Integral de Sinaloa de Leyva a causa de falla multiorgánica a causa de una desnutrición crónica.

“Tenía ya muy afectados los riñones, pero finalmente colapsó todo”, contó Hortensia López Gaxiola, integrante de la organización civil Colectivo Tarahumara Sinaloense.

Una semana antes fue trasladado de urgencia desde el pueblo minero San José de Gracia por el Colectivo Tarahumara Sinaloense, que acusó abandono gubernamental hacia las comunidades indígenas.

José Román Rubio López, integrante del Colectivo, fue quien recibió un aviso de un hombre llamado Jaime, habitante de San José de Gracia, quien le pidió ayuda para atender al señor Antonio.

De inmediato viajó con una camioneta y bajó de las montañas con él y dos hermanas, quienes estuvieron pendientes de su estado de salud.

Estando en el Hospital se enteraron que su hermano, de 59 años de edad, debía conseguir un trasplante de riñón y mientras lo conseguía, ser atendido con hemodiálisis en clínicas privadas por no contar con seguridad social y  gastar hasta 3 mil pesos por sesión. Para mantenerse estable, tenía que acudir dos veces por semana, es decir, pagar hasta 48 mil pesos mensuales.

Ese dinero era imposible conseguirlo, tanto como a un donador, pues la región Tarámari sobrevive de la siembra de legumbres, cereales y nopales.

“Ellos tienen una dieta a base de maíz, no reciben casi nutrientes, porque es difícil que puedan tener otra cosa qué comer”, señaló López Gaxiola.

Don Antonio vivió en Jikapory, una comunidad que está en medio de cañadas de la Sierra Madre Occidental. Forma parte de la frontera natural entre Sinaloa y Chihuahua, habitada por una comunidad Tarámari.

Pertenece al municipio de Sinaloa y se ubica en la zona minera más importante de esa región, de donde se extrae oro, plata y plomo por empresas filiales de Canadá, Estados Unidos y China.

Para llegar se debe viajar desde Sinaloa de Leyva, sobre un camino de terracería por el que se pueden hacer hasta cinco horas en un vehículo o cinco días si se camina sobre de él.

Es una zona de pobreza extrema, en la que en los últimos dos años se han reportado de forma oficial dos muertes de indígenas Tarámari por problemas asociados a desnutrición.

“Hace unos dos años falleció José, de Alisos de Olguín, murió por leucemia derivada por la anemia”, recordó la activista.

“Pero son los que alcanzamos a ver, habrá muchos que no”.

Por ello, cada vez que un indígena Tarámari sufre de alguna complicación, buscan a los integrantes del Colectivo Tarahumara Sinaloense y así poder ser acompañados para atenderse.

Esta vez, con la muerte de Don Antonio, la organización civil se hizo cargo de los gastos fúnebres y, al mismo tiempo, de trasladar a los familiares hacia San José de Gracia.

“Hablamos con el INPI (Instituto Nacional de Pueblos Indígenas), me dijeron que estaban muy apenados porque no tenían cómo apoyar el trabajo que nosotros hacemos, porque el presupuesto les fue recortado, pero que estaban en la disposición de ayudar desde México”, aseguró Gaxiola.

La última vez que los Tarámari tuvieron acceso a servicios de salud fue en diciembre de 2019, cuando una caravana de servicios gubernamentales acudió a distintos poblados.

Cada vez que acude la caravana, el personal de medicina y enfermería trabaja desde casetas que en los últimos siete meses han estado vacías, de acuerdo con pobladores de la región.

Comentarios

Reflexiones

Ver todas

Especiales

Ver todas

    Reporte Espejo