Los policías municipales de Culiacán Evaristo y Gilberto fueron presentados ante una jueza como presuntos culpables de desaparición forzada.
Ambos policías habrían participado en el traslado ilegal de un hombre llamado Víctor Pablo desde Culiacancito hacia Caminaguato, ambas comunidades al norte del municipio, pero una al poniente y otra al oriente. Eso sucedió el 24 de septiembre, de acuerdo con un reporte de la Guardia Nacional.
Víctor Pablo fue desaparecido la tarde del el 21 de septiembre en la colonia Los Huertos, en Culiacán, cuando tres hombres en una camioneta color violeta golpearon y colocaron una mordaza para impedirle la vista y el habla. El hombre no vio a sus agresores, pero supo que lo llevaron hacia Culiacancito.
Durante tres días fue golpeado con tablas, palos, culatas de armas y los puños de distintos hombres.
El 24 de septiembre lo sacaron de Culiacancito en una patrulla de la Policía Municipal y los policías Evaristo y Gilberto lo trasladaron hacia Caminaguato, un pueblo de la sindicatura de Tepuche.
Con ellos iba un hombre joven llamado Mario Alberto. Este acompañaba a los policías y hostigaba a Víctor Pablo hasta llegar a Caminaguato.
En ese pueblo siguieron golpeándolo para que les dijera el paradero de armas, pero no les dio la información que querían.
Habitantes de ese lugar llamaron al 911 para denunciar actos de tortura y la Base de Operaciones Mixtas Urbanas asignada a Tepuche se dirigió a ese lugar, pues se había mencionado que había hombres armados en patrullas de la Policía Municipal de Culiacán que golpeaban a otras personas.
Antes de llegar a Caminaguato vieron pasar una patrulla a la que le hicieron señales para que se parara. Eran las 20:20 horas.
Los policías municipales se habrían resistido, tratando de evadir a los elementos de la Policía Estatal Preventiva y Guardia Nacional, pero con una de las cuatro patrullas que se usaron para el operativo se cerró el paso de un camino rural.
En la parte de atrás de la patrulla viajaba Mario Alberto, quien se había quitado un chaleco antibalas y tirado un rifle tipo AK-47. Sobre sus pies estaba Mario Alberto, con muestras visibles de golpes y una herida en el empeine del pie izquierdo.
Un elemento militar de la Guardia Nacional trató de hablar con Mario Alberto y este le pidió auxilio.
“Desde hace tres días fui privado de la libertad”, aseguró el hombre.
Ahí les quitaron las armas a los policías, el chaleco y el rifle de Mario Alberto. También unas placas falsas de patrulla.
Los policías y Mario Alberto quedaron detenidos para ser presentados ante los juzgados.
Este domingo se declaró legal la detención, pero será hasta este lunes 28 de septiembre cuando la jueza a cargo decida si la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada tiene suficientes elemento para continuar el proceso penal.
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