Ayer domingo 18 de octubre la Secretaría de Salud federal dio a conocer que hay altas probabilidades de que al final de esta semana se tenga un dato promedio de lo que sería el inicio del primer rebrote de Covid-19 en algunas entidades del país. Algunas entidades tendrán claros ascensos en el número de contagios pero en otras se mantendrán sin muchas variaciones, previó el director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, Ruy López Ridaura.

Mientras, en el contexto nacional persisten los indicios de que el coronavirus se quedará un buen período en México después de registrar 86 mil 167 muertes y acumular 851 mil 227 casos confirmados. Además el secretario de Marina, Almirante José Rafael Ojeda Durán, dio positivo a la enfermedad, el presidente Andrés Manuel López Obrador revela que cada tercer día se somete el test para detectar el SARS-CoV-2 y México presenta la más alta tasa de mortalidad en trabajadores de la salud durante la actual emergencia sanitaria.

En Sinaloa se percibe en cambio un despliegue de confianza en cuanto a las afectaciones futuras del coronavirus, autorizándose la apertura de estadios de beisbol y futbol y algunos aficionados de ambos deportes desatienden las medidas de prevención al operar alcohol y negligencia como fórmula que potencia el riesgo de contagios. Al respecto, el gobernador Quirino Ordaz Coppel, pide confiar en el público porque “la gente está jalando”.

Lo preocupante es que las decisiones en torno a la pandemia que sigue cobrando un número importante de víctimas en Sinaloa obedecen sólo a la percepción de las autoridades, que radica en el deseo de que las cosas vayan bien, en vez de fundarse en diagnósticos científicos que posibiliten conocer la amenaza auténtica y tomar disposiciones conforme al tamaño del problema, ya que la experiencia clínica adquirida hasta hoy demuestra que el diagnóstico y atención de manera temprana reduce el impacto del virus en la salud pública.

Resulta inadecuado creer que el coronavirus debe dejarse al arbitrio de la casualidad, igual que el marcador de una actividad deportiva lo definen cuestiones imprevistas. Tendrían que mostrar mayor destreza preventiva el gobernador y los presidentes municipales para proteger la salud de la población y no dejar que las consecuencias de aflojar los protocolos, más el relajamiento social frente a la pandemia, acaben arrollando a Sinaloa a los más altos niveles de desidias y de contagios por rebrotes.

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