Óscar Loza no tenía ganas de volver a meterse con tiburones. Pero lo hizo, anda en eso. La política, pues. Y se encabalgó en la idea ajena de buscar ser alcalde Culiacán por Morena.

Hasta presume que más de 500 personas estuvieron siguiendo su registro como aspirante. También se sorprende las más de mil 500 vistas que alcanzó su video, que un hijo y otra persona le grabaron.

“Haciendo pininos con eso de la tecnología. Yo soy de los que apenas contesta el teléfono y mandan mensaje”, dice al amparo de cinco retratos antiguos que enmarcan los rostros de Jesús Michel Jacobo, Norma Corona, Jorge Aguirre, Rosario Ibarra de Piedra y Chuyita Caldera.

Los cinco activistas sociales como él, defensores de los derechos humanos como él. Tres de ellos asesinados (Michel, Corona y Aguirre), a los que él vio caer. Casos impunes que él también ha tenido que padecer, lamentar, sufrir.

“Chuyita Caldera. Yo me inicié con ella. Es mamá de José Barrón Caldera, desaparecido el 10 de junio de 1976. Y a nivel nacional me inicié con doña Rosario Ibarra”.

Pero ese es el Loza de los recuerdos; el de la memoria viva y la remembranza a flor de piel. El Loza abundante en historias y anécdotas.

Y el Loza que interesa hoy es el Loza entre tiburones. Es este hombre al que las canas ya le blanquean sus 68 años de edad y que recién ha salido de un contagio de Covid-19.

Este Loza en el laberinto que se tiene que recorrer para llegar a su oficina de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (CEDDH), ese domicilio de Ángel Flores 284 oriente, esquina con Andrade del Centro de Culiacán, en el que desde hace mil años una campanita colgante recibe o despide a las visitas con un tintineo en cuanto se abre o cierra la puerta.

EL COLMILLO

Loza tiene ‘colmillo’ pero los tiburones fauces. Y eso, en política, marca distancias.

Ya se registró. Y quiere ser alcalde, asegura Óscar Loza.

En el tema político no es un improvisado. Tampoco viene de la ocurrencia ni de las tómbolas que tantos infumables arrojaron. De 1983 a 1986 fue diputado local en el Congreso de Sinaloa por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM). Tres años junto a su hoy compadre, Rubén Rocha Moya, precandidato de Morena al Gobierno del Estado en la próxima elección del 6 de junio.

Luego regidor por el PRD de 2008 al 2010, en los tiempos que Jesús Vizcarra despachó como presidente municipal.

También presidió la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) del 2003 al 2007. Ahí también flotó entre tiburones. “Soy el único presidente que no han reelecto, por algo ha de haber sido”, dice en tono de reclamo.

Soy profe, añade con orgullo. Fue director de dos escuelas preparatorias de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

Y habla de la cosa en la que ahora anda metido, la política pues. Del proceso interno de Morena y de lo que propone en caso de ganar la alcaldía de Culiacán.

“Pueden ser 15 o 20 aspirantes, pero solo pondrán a cuatro a que pasen la prueba del ácido a través de una encuesta pública. Espero yo que en la primera tranca, que es la selección de cuatro, pudiera estar entre el perfil que busca Morena”.

Óscar Loza Ochoa, aspirante de Morena a la alcaldía de Culiacán

-¿Y al compadre Rocha ya le avisó por whatsapp?

“A mi compadre le he preguntado por su salud y ayer le informé que me había registrado. Sé que tiene una opinión que debe pesar en la decisión… No voy a presionar. Me dijo que le daba gusto. Y que va a estar pendiente. En esas quedamos. No voy a presionar pero sí espero que sean muy objetivos”.

TRES PROPUESTAS

Oscar Loza abre la puerta y suena la campana colgante. Viene apurado y un poco agitado luego de subir hasta esta segunda planta y recorrer su laberinto. Trae como 20 minutos de retraso para la entrevista, pero es de esos tipos buenazos que poco o nada se le puede reclamar.

Se sienta y dice que andaba viendo la edición de su nuevo libro, el séptimo: Pandemia. Lo quiere presentar ahora que se cumpla un año de la llegada del “bicho” del coronavirus a Sinaloa.

Le entregan documentos, una nueva queja. Se trata del expediente del menor Javier Ernesto, desaparecido por desconocidos que, a bordo de una aparente patrulla clonada de la Policía Municipal, lo sacaron de la fila de las tortillas y nadie ha vuelto a saber de él.

“A qué grado hemos llegado para que cuando va alguien a comprar tortillas lo levanten, se lo lleven y no se sepa qué pasa”, protesta.

Y ahí vienen sus propuestas, en caso de ser alcalde de Culiacán. Esto le ofrece a la gente, a las familias:

“Otro rostro y otro comportamiento de la Policía Municipal. Creo que es muy inadecuado lo que hasta hoy se ha hecho aun cuando se hayan realizado cosas interesantes en otras administraciones”.

De ahí se pasa al Ayuntamiento como tal, al servicio que se brinda a la ciudadanía.

“El comportamiento de los servidores públicos frente al que va a la ventanilla a pagar impuestos o plantear problemas tiene que vérseles de otra manera. Eso es muy importante. Sería otro el rostro que vieran del Ayuntamiento en el trato diario. ¿Cómo va a funcionar bien una administración pública si está peleada con sus propios trabajadores? Hoy ese es un problema. Lo tenemos que evitar”.

Abunda en que si se quiere dar un buen servicio a la gente tiene haber una buena relación entre quien gobierna y esos trabajadores. “No andar de la greña con el sindicato, ni con los de confianza. La casa debe funcionar bien para que funcione frente a los ciudadanos”.

El activista social señala que los salarios de los funcionarios del Municipio son un insulto en comparación con la gente que no tiene empleo formal. La baja de los altos sueldos es una de sus propuestas.

“Lo que hay que anunciar es que ningún funcionario principal en este Municipio gane más de 50 mil pesos mensuales. Y si gana menos de 100 este alcalde (Jesús Estrada Ferreiro) pues que sea la mitad, que sea 40. No puede ganar más porque eso en tiempos de crisis es un insulto, es una mentada a la gente que no gana. Y si alguien entra para servir, pues eso es. Cualquiera puede vivir decentemente con menos de eso”.

LAS LLUVIAS Y LAS OBRAS

Cuando rememora la tragedia del arroyo El Piojo (septiembre de 2018, en la que tres mujeres murieron al ser arrastradas por el cauce crecido) y luego la de Alejandra (septiembre de 2019, ahogada en un arroyo del bulevar Zapata, Óscar Loza atenúa la voz pero la encamina al reclamo.

“No soy de la idea de tengamos que lamentar tragedias como la del arroyo El Piojo o lo que nos pasó en esta administración por el bulevar Zapata con la muchachita que iba a atravesar ese otro arroyo. No hay dinero igual en tiempo de crisis que en tiempos normales, pero en ese tipo de obras creo que no necesitamos distraer mucho recurso para resolverlas. Que eso sea una prioridad”.

“Culiacán sigue teniendo un problema de infraestructura frente a las lluvias. Todavía nos quedan más de 20 sectores que arreglar. Cada vez que llueve, poco por encima de los promedios normales que conocemos, nos ponen con el Jesús en la boca”.

CULTURA Y ANALFABETISMO

Profe al fin, Óscar Loza aboga por los que no saben leer ni escribir, por todos aquellos que llegan a su oficina a interponer una queja tienen que firmar con la huella digital del dedo pulgar.

“Culturalmente, creo que daríamos un salto en estos tres años. Soy profe y no puedo aceptar que haya personas que no sepan leer ni escribir después de los 14 años. Viene gente y tiene que poner su huella porque no saben agarrar un lápiz”.

Asegura que es cuestión de voluntad levantar la bandera blanca contra el analfabetismo conforme a los parámetros de la Unicef. Recuerda que la primera vez que estuvo en Cuba, en 1978, vio a los últimos adultos mayores que estaba siendo alfabetizados a través de un programa del gobierno.

A Culiacán, dice, le faltan muchas bibliotecas, pero si  tiene dos universidades públicas y universidades privadas y sus niveles en educación medio superior es de los mejores no es posible que no se levante la bandera blanca.

RENDIR CUENTAS

“Rendir cuentas no es llevar un informe. Rendir cuentas es que los administradores municipales vayan al menos dos veces al año a informar de lo que se acordó con la misma sociedad los seis meses anteriores. No ir solamente a leerles un documento; que se abra una asamblea popular con los representantes de las colonias populares y los representantes de las sindicaturas, donde la gente tenga toda la libertad del mundo de criticar lo que se hizo o lo que no se hizo. Eso es rendir cuentas: escuchar a la gente que opina. Si no le pareció tiene todo el derecho a decirlo para que se corrija el error”.

GERARDO VARGAS

Gerardo Vargas Landeros es otro de los aspirantes a la alcaldía de Culiacán. El ex priista y ex secretario de gobierno en el sexenio de Malova ha sido señalado y rechazado por grupos de morenistas. Lo acusan de arribista.

Óscar Loza solo le dedica unas cuantas frases:

“Él tiene todo el derecho a aspirar, pero también tienen derecho los ciudadanos que se han manifestado, y la gente al interior de Morena. Lo que hacemos en la vida pública queda en la memoria de la gente. Creo que las opiniones que se han manifestado cada que lo mencionan allí pues tienen que ver con su papel en la vida pública…”

NINGÚN ALMA

Ni morir de hambre ni morir del virus, indica Óscar Loza. Que no quede ninguna alma en este municipio sin recibir la vacuna con el protocolo establecido.

“Me enoja ver que estados consigan por su cuenta vacunas y que empresas privadas las obtengan porque eso desordena un protocolo a nivel nacional e internacional establecido por la Organización Mundial de la Salud”.

Sin embargo, dice que realizaría un padrón de gente que se quedó desempleada. Le preocupan todas esas mujeres que trabajaban en el servicio doméstico, los que viven del comercio ambulante y los que hacen tamales, cosen ajeno, planchan ropa, etcétera.

Añade que los apoyos brindados no se dieron de la mejor manera. “Los tres niveles de gobierno tienen que atender a esas personas… La pandemia hizo nuevos pobres. Conozco casos a los que les cortaron apoyos de manera injusta”.

“Llegaban a las colonias y dejaban las despensas a la presidenta de la colonia, quien a su criterio distribuyó. Una señora les dijo: Oiga, hasta portón eléctrico tiene la casa; y el otro apoyo era para el cura. Esos tienen resuelto el problema. En Los Alamitos la presidenta de la colonia andaba con una carrucha acarreando ladrillos, igual de pobre que sus vecinas. Todas necesitaban ese apoyo”.

Dice que en la CEDDH ha recibido quejas sobre la distribución de las tarjetas electrónicas que dio el Gobierno de Sinaloa. “Aquí han venido personas a reportar que hay gente que tiene cuatro, cinco tarjetas. Cómo es posible, cómo las distribuyeron”.

Y ahí se queda Óscar Loza. Ya habrá de salir de su laberinto de Ángel Flores 284 oriente, esquina con Andrade, Centro de Culiacán. Y cuando salga entonces mirará a los tiburones a los que ha decidido volver a torear.