Primera de dos partes / Parte 2

Los transportistas en todo el Estado tienen un problema mayúsculo: no cuentan con suficiente pasaje y por lo tanto no les alcanza para pagar los camiones, taxis y los vehículos tipo Sprinter que se compraron con un enganche de recursos públicos en la administración de Quirino Ordaz Coppel, en ese programa denominado “Transporte Puro Sinaloa”. Ahora se los están embargando.

Son prácticamente 400 camiones por los que se deben hasta un millón de pesos cada uno, debido a atrasos e intereses moratorios, aseguró José Manuel Mendívil, líder de la Alianza de Concesionarios del Transporte Público Urbano y Suburbano de Culiacán.

“La pandemia hizo que bajara el flujo de pasajeros, tuvimos que sacar camiones y algunas rutas tuvimos que quitarlas provisionalmente”, mencionó el hombre mientras colgaba el teléfono a socios transportistas desesperados por requerimientos de pago.

Solo en Culiacán hay hasta seis rutas de camiones que no funcionan en su totalidad, pero no es un capricho, sino una ausencia de camiones para dar el servicio de transporte público.

Es posible que muchos de esos camiones ya no regresen a las calles, empezaron a llegar demandas y embargos, y con esos recursos legales también el congelamiento de cuenta de las personas que sirvieron como aval para tramitarlos.

“Aquí ya tenemos un compañero que devolvió su camión, pero ya está tranquilo después de que el banco estuviera tras de él”, señaló el líder transportista. Luego hizo cuentas y recordó que en Mazatlán y Los Mochis ya sucedió lo mismo.

Los embargos comenzaron con notificaciones donde solo se da tres días para que los concesionarios respondan de manera presencial en Jalisco. Si no cumplen en ese tiempo se les ha advertido con consecuencias más graves.

Cuando se compraron los camiones, el proyecto de “Transporte Puro Sinaloa” parecía una maravilla para los concesionarios.

Había una exigencia de renovar la flotilla de camiones por estar obsoletos, pero los dueños de las máquinas se resistieron, con el argumento de no contar con un capital económico suficiente. Eso pasó en 2017, cuando también se ponía en la mesa la posible construcción de un Sistema Integral de Transporte, popularmente llamado Metrobús.

Para llevarlo a cabo se hizo una negociación política desde gobierno del Estado, encabezada por Quirino Ordaz Coppel. Se ofreció a pagar el enganche de cada una de las unidades y así evitó movimientos de transportistas y, de paso, logró mantenerlos de su lado.

Fueron 200 mil pesos por cada unidad y el único costo que debían cargar era el de tener sus camiones rotulados con el logotipo “Puro Sinaloa”.

Pero la pandemia de Covid-19 hizo que toda esa estrategia política se derrumbara.

-¿Ustedes sienten un abandono?

“Del gobierno de Quirino sí, del nuevo no podemos decir nada todavía”, señaló Mendívil.

FOTO: Cortesía Gobierno de Sinaloa.

Cuando comenzó la pandemia de Covid-19, declarada en marzo de 2020, se redujo el pasaje casi en su totalidad y a la fecha sigue sin recuperarse, pese a la apertura de comercios y plazas comerciales.

Los transportistas están conscientes de que eso sucede por la falta de clases presenciales y eso tiene una razón lógica: sin estudiantes cada camión pierde hasta 200 pasajes. A esos tickets debe contarse los de las madres y padres que llevan a sus hijos a las escuelas y con ellos las centenas de maestras y personal administrativo.

Necesitamos que vuelvan los estudiantes, pero sabemos que eso no pasará porque sigue la pandemia, tenemos que esperarnos”, indicó Mendívil, tras asegurar que buscaron ayuda para resolver su problema económico con el banco, pero no tuvieron éxito.

Acudieron con Ordaz Coppel para que fuera un mediador, pero no sucedió. Dicen, fueron abandonados a su suerte.

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Sin embargo, el proyecto de “Transporte Puro Sinaloa” tenía también una estrategia de movilidad, serviría para hacer una modernización de la flota de camiones y con ello promover el proyecto de Sistema Integral de Transporte, popularizado como ‘Metrobús‘, por ser similar al de la Ciudad de México.

Según el proyecto, esos camiones deben servir para ser las rutas alimentadoras hacia las calles principales, llamadas también ejes troncales, donde los usuarios podrían transbordar en camiones de mayor capacidad y modernidad.

Cuando se hizo el último estudio, recordó Mendívil, se calculó el abordaje con el número de pasajeros de un día normal, sin pandemia.

“Hoy no estamos en esas condiciones, no sería redituable”, reconoció el transportista.

No es todo, el costo del proyecto ‘Metrobús’ lo asumirá el gobierno federal y un grupo de concesionarios que deben formar una empresa y convertirse en socios, y luego comenzar a construir sedes y espacios para la operación del Sistema.

Pero no se puede, no por ahora, señaló Mendívil, cuando se les están embargando los camiones.

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