Ahora está sentado en la misma oficina donde estuvieron secretarios como Gerardo Vargas Landeros y Gonzalo Gómez Flores, dos hombres a los que recuerda con desazón. Pero Enrique Inzunza Cázarez menciona que eso es parte de otra historia, en la que se usaba la Secretaría General de Gobierno para presionar, cooptar y perseguir a otros políticos. Él fue uno de ellos.

“(Ahora) No habrá sino la apertura para un diálogo siempre respetuoso, institucional, constructivo en el afán de lograr la materia que permita la gobernabilidad, pero no una gobernabilidad fincada en la fuerza, sino una gobernabilidad fincada en la razón, en la capacidad de entendimiento, en la búsqueda de coincidencia a partir de las posiciones y roles que cada actor juega en la sociedad”

¿Sin presiones?

“No va a haber presiones, ni va a haber tampoco cooptaciones ni persecuciones”.

“En la visión del gobernador, la que nos ha transmitido y la que yo comparto plenamente, por eso formo parte del proyecto que él encabeza, es precisamente distinguirnos de los gobiernos anteriores en cuanto iremos a donde están los problemas, a todas las personas que reivindican un derecho, que buscan que se corrija una injusticia, a todos los escucharemos y a todos los atenderemos directamente, sin intermediarios, inclusive, por eso se creó una subsecretaría de Derechos Humanos”

Con eso recuerda lo que ya había anunciado antes, que se eliminó la Dirección de Gobierno y todo el aparato de espionaje y seguimiento de personajes políticos, activistas y periodistas. Eso, insiste, ya no habrá, pero se reserva a hablar de cómo funcionó y desde cuándo y hasta cuándo se operó.

Esos dichos los suelta sentado dentro de una oficina llena de libreros vacíos. Siempre estuvieron así, asegura. Luego habla de presiones por actores políticos, activistas y periodistas que llegaron a preguntar si seguirían las prebendas.

“De aquí no saldrá, no hay dinero ni cajas chicas”, menciona, aunque se resiste a revelar nombres de esas personas que han pasado por las oficinas del tercer piso de Palacio de Gobierno. Luego sugiere que estos se han lanzado como nuevos críticos.

El Secretario General de Gobierno dice que habrá que dejar que el tiempo corra y se comience a presentar los resultados de la administración del gobernador Rubén Rocha Moya, que eso habrá de marcar la diferencia de los gobiernos anteriores.

“Existen muchas necesidades, las inercias, la indolencia de gobiernos anteriores, la indiferencia de gobiernos anteriores ha generado un rezago enorme, pero el propósito es reconocer que existen y empezar a dirigir la política pública a resolver esos rezagos”

La lista de pendientes, prosigue, está sobre todo en las víctimas de derechos humanos, como las madres que buscan a sus hijos desaparecidos o las personas que fueron desplazadas por la violencia en Sinaloa.

Inzunza Cázarez es el hombre de mayor confianza de Rocha Moya. Ha sido su principal asesor jurídico por lo menos en la última década.

La relación de ambos comenzó en Batequitas, Badiraguato, donde ambos nacieron y se criaron de manera casi familiar. Rocha Moya es amigo cercano del padre de Inzunza Cázarez y el afecto entre ambos creció cuando el gobernador le dio asilo al abogado durante su juventud, para que este pudiera estudiar la universidad.

Sus carreras los dividieron más tarde, pero eso no afectó la relación entre ambos. Esa misma confianza sigue, ahora en desde Palacio de Gobierno.

El secretario es quien encabeza la política interna de la administración pública y menciona la necesidad de hacer cambios, casi todos sobre las formas de negociar, de quitar la presión.

Al mismo tiempo reconoce que hay presión sobre él, críticas que debe resolver por su pasado.

Antes de llegar aquí fue presidente del Poder Judicial estatal por 10 años y en ese tiempo tuvo reclamos por contrataciones de familiares, compadrazgos y amiguismos.

El último de esos reclamos fue apenas a mediados de noviembre, cuando se nombró a tres magistraturas nuevas en el Supremo Tribunal de Justicia, una de ellas la de la señora Claudia Yuridia Meza Avendaño, su esposa.

Se ha criticado que se nombrara como magistrada a su esposa ¿Usted tuvo que ver en el nombramiento?

“En absoluto. Asumo que es normal desde la pluralidad, desde la libertad de expresión que se haga ese tipo de valoraciones, pero diré lo siguiente: yo a mi señora la conocí en el Poder Judicial, nuestra carrera data desde la misma época, hemos caminado juntos en responsabilidades dentro del Poder Judicial”

“Desde mi punto de vista reúne, y ese es mi punto de vista, por supuesto. No hubo una sola injerencia ni aún indirecta en este tema, ella reúne un perfil que el Poder Judicial, el Consejo de la Judicatura con autonomía constitucional garantizada valoró y decidió integrarla en una terna, ojo, un órgano autónomo, terna que no se envía al Poder Ejecutivo, otro órgano autónomo, que valoró en comparecencias públicas los perfiles, capacidades, las posiciones que atraviesan sobre ciertos temas que atraviesan hoy la administración de justicia y en base a esos elementos se tomó la decisión”

“De parte del Secretario de Gobierno no hubo ninguna injerencia en lo que se trata de órganos autónomos”

También existe la crítica sobre los otros dos magistrados electos, que fueron parte de su equipo muy importante, Jesús Iván Chávez Rangel fue su secretario técnico y Omar Abitia estuvo en la capacitación y luego magistrado de circuito

“El Poder Judicial es un poder con carrera, todos los miembros del Poder Judicial evidentemente nos conocemos y evidentemente en esa carrera que se va desarrollando a partir del diseño constitucional, hay una oportunidad de coincidir, de conocer y aún de colaborar con muchos miembros del Poder Judicial, esa es la normalidad de una institución como el Poder Judicial”

“Han sido colaboradores como tú señalas. El Magistrado Abitia, de quien tengo la mejor opinión como experto, técnico, por su calidad humana, ética, fue una decisión igual del Consejo de la Judicatura y luego del Congreso, en la que no tuve tampoco ninguna injerencia”.

“Me parece que si se le pregunta a la comunidad, a la propia comunidad judicial sobre los tres perfiles que fueron nombrados, estoy seguro que la propia comunidad reconoce los méritos y capacidades a partir del trabajo que han venido desarrollando. Quizás desde fuera eso sea más difícil de saber”.

Inzunza Cázarez dice que la crítica es natural, que debe conocerse para saberse lo que hay que arreglar y luego insiste: “no habrá presión ni cooptación“. Después de eso remata con una respuesta a una pregunta no hecha: “no estoy buscando ser gobernador ni tener otro cargo político, por eso no tengo redes sociales… cuando las tenga, entonces podrá pensarse otra cosa”.