En los últimos años los desarrolladores han perdido fuerza e interés por la vivienda de interés social pasando de construir 123 mil viviendas económicas en 2007 a una cifra mínima de 2 mil 600 casas al cierre de 2021, según las cifras del Registro Único de Vivienda (RUV).

Es decir que, si se quiere comprar una casa por medio del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) o del Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (FOVISSSTE) se debe tener un salario promedio mensual mayor a los 15 mil pesos para poder alcanzar un monto de 500 mil pesos (cifra estimada por simulador).

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI), Luis Alberto Gómez Monroy dijo que se busca un acercamiento con los gobiernos para hacer sinergia y que los trabajadores de clase media baja puedan recurrir a otros esquemas de financiamiento adicionales a los fondos de vivienda, como los subsidios que en administraciones anteriores se otorgaban a los que no alcanzaban un crédito conveniente.

“La atención para la vivienda a las personas de bajos ingresos no se está atendiendo y tenemos un asunto que hay que resolver, porque tenemos en Sinaloa 160 mil personas que están acreditadas para obtener un crédito del INFONAVIT, más 60 mil por parte del FOVISSSTE, pero más de la mitad de estas personas no están siendo atendidas y es necesario buscar alternativas de solución”, advirtió.

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El líder nacional de los desarrolladores dijo que la vivienda es un derecho constitucional, sin embargo, a nivel nacional es un derecho al que no todos están accediendo. En Sinaloa, detalló, existen 70 mil personas quieren comprar una casa económica porque es para lo que les alcanza según los esquemas de financiamiento actuales, pero no hay suficientes casas por esos montos.

Según las cifras del RUV hasta abril de 2022 en Sinaloa solo existían 919 viviendas de interés social, mientras que de viviendas tradicionales la cifra aumenta a las 8 mil, a las que según la clasificación de viviendas por su valor se pueden acceder por un monto de 500 mil pesos.

Gómez Monroy señaló que el siguiente paso que CANADEVI seguirá es presentarle al gobernador esta circunstancia (la posibilidad de subsidios), darle los números tanto de inversión como de retorno; que por cada peso que se invierte por parte del Estado retornan vía impuestos, ya que por cada peso que gobierno invierte se le regresan el 1.27 por ciento en impuestos tanto a los municipios como al Estado.

Destacó que se trata de un ganar-ganar, donde en primer lugar se atiende a la base social, que es la que más lo necesita; dos, la inversión se regresa al estado; y tres, sirve como apalancamiento para obras de infraestructura y como otorgamiento de trabajo, porque por cada casa que se construye se beneficia con empleo a cuatro personas de manera directa y cuatro personas de manera indirecta.

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DATO:

Para la clasificación de los productos de vivienda y el esquema de financiamiento se toman en cuenta las siguientes características:

  • Superficie.
  • Precios.
  • Distribución del espacio.

Según el Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda, las casas de interés social (económicas) son las que cuentan con una superficie de construcción promedio de 40 metros cuadrados, un baño, una cocina y área de usos múltiples; su precio, calculado en UMAS, no debe ser mayor a las 118 unidades, o bien, menos de 345 mil 160 pesos.

Y aunque la clasificación de la vivienda también está subdividida en B1 y B2 que son otros segmentos de bajo costo (popular y tradicional), con un valor máximo solo de producción de hasta 462 mil 164 pesos, deben contar con un baño, una cocina, una estancia, zona de comedor y hasta dos recámaras, con una superficie promedio de 50 metros cuadrados y hasta cajón de estacionamiento.

En este caso, la vivienda popular y tradicional oscila en un rango de costos de entre 375 mil y cerca de los 500 mil pesos.