Una planta paramunicipal de biogás que pueda aprovechar las toneladas de residuos sólidos que diariamente se generan en Culiacán sería mejor opción que el concesionar rellenos sanitarios a empresas particulares, indicó el economista Luis Armando Becerra Pérez.

El especialista en energía renovables y sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) tiene el planteamiento de que una buena opción para dar un manejo integral a la basura en un municipio como Culiacán es la producción de biogás y electricidad a través de una planta paramunicipal.

Según Becerra Pérez, un proyecto así costaría alrededor de 374 millones de pesos, tendría una vida útil de 30 años y se pagaría en tan solo 7; además generaría electricidad suficiente como para satisfacer la demanda de 6 mil 600 familias tan solo en el municipio de Culiacán.

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Esto, en contraste con los proyectos de concesión de rellenos sanitarios a empresas particulares que se proponen desde algunos municipios de Sinaloa como Ahome, el investigador señala que el tema relevante en el manejo de residuos es ver a la basura como un bien o materia prima con un valor útil para la sociedad.

A través de una estancia posdoctoral en la Universidad Tecnológica de Delft, Holanda, y la participación en un proyecto de la FAO para el manejo de residuos en Manizales, Colombia, Becerra Pérez pudo acercarse a la experiencia de la creación de empresas paramunicipales desde los ayuntamientos, pero administradas bajo los principios de rentabilidad privada.

Posibilidades energéticas

De acuerdo a información que ha logrado recabar junto con otros investigadores, Becerra Pérez reveló que en Culiacán se generan a diario 2 mil toneladas de residuos sólidos urbanos, de los cuales el 50 por ciento se pueden aprovechar para generar energía eléctrica suficiente para atender la demanda de 6.660 horas de Culiacán que en promedio consumen 457 kilowatts hora.

Detalló que una planta para tratar los residuos sólidos como la que se requiere en Culiacán, implicaría una inversión de 374 millones de pesos y que a través de la misma se podrían vender a la Comisión Federal de Electricidad 94 millones de pesos anuales.

Esta planta, de invertirse en ella, se podría pagar a sí misma en 7 años y según Becerra Pérez, le quedarían 23 años más generando energía, ya que su vida útil está calculada para aproximadamente 30 años.

Separarla desde el hogar

Un detalle que implica un cambio cultural y en las normas sociales es que, para el correcto funcionamiento de una planta de este tipo, los ayuntamientos deben establecer un sistema distinto de recolección de basura, en donde desde los hogares se instruya a los ciudadanos a separar los residuos en contenedores especiales para plástico, papel, ropa, aluminio, fierro, hojas y desperdicios de comida.

“Lo más barato es separarla desde el generador, desde quien genera la basura aquí se tiene que establecer un sistema primero culturalmente y en algunos casos incluso con reglamentos para que la basura se separe de origen”, subrayó.

Becerra Pérez insistió en la necesidad de generar infraestructura institucional que pueda aprovechar la basura a través de la ruta bioquímica.

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Por último, puntualizó que en países como Holanda a la basura se le ve como un valor propiedad de los ayuntamientos, que en México hay ejemplos de manejo de la basura que debemos valorar y que existen casos exitosos como el de la ciudad de Manizales, Colombia en donde hay una planta de biogás y electricidad funcionando adecuadamente en un relleno sanitario.