Con las lluvias abundantes han regresado los baches y socavones a Culiacán para acusar la desidia de los gobiernos estatal y municipales en turno frente a un problema que necesita de soluciones integrales, con recursos públicos y voluntad política que eviten la multiplicación de esas trampas que comprometen la vida y el patrimonio de los ciudadanos.

En cualquier momento, debido al colapso de tuberías del drenaje pluvial y sanitario que fue instalada hace más de 50 años, los hundimientos se presentarán con mayor frecuencia en las ciudades sinaloenses, como ya ha sucedido en Culiacán en tramos del boulevard Pedro Infante y Eje Federalismo con la errónea respuesta de tapar el pozo para esconder el socavón, en lugar de gestionar los fondos financieros de alrededor de 450 millones de pesos para efectuar la obra integral.

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Con la aparición del enorme agujero por la calle José Limón que interrumpió el paso por la principal arteria de desfogue vehicular hacia el norte, cuya reparación costó más de un millón de pesos, y la apertura de baches en las principales vialidades de Culiacán, vuelve a plantearse la alerta de peligro que tales desidias significan para la población. Afortunadamente hasta el momento han sido salvadas las personas que caen en los socavones, pero ello no significa que el riesgo esté eliminado.

Este tipo de complicaciones delatan también la cortedad de capacidades y arrestos de servidores públicos que deben contar con las respuestas adecuadas: brigadas de bacheo que actúen rápido para reducir molestias y peligros para los ciudadanos, y gestión ante la Comisión Nacional del Agua para que libere los recursos públicos que comprometió desde hace diez años para reponer tubería cuya vida útil ya fue superada.

Ahora les toca turno al gobernador Rubén Rocha Moya y al alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez, en la exigencia de fondos federalizados antes de que las ciudades presenten situaciones de mayor desastre donde la acción de las juntas de agua potable y alcantarillado resulten insuficientes para tapar los socavones, el bacheo requiera de renovar reencarpetado y pavimento, y las redes del desagüe colapsen por completo.

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Es inviable a todas luces continuar con la mentalidad de soluciones transitorias que aplacen las enormes complicaciones que vendrán en corto tiempo.