Aún no es invierno y la sensación de frío es inusual en Sinaloa, sobre todo en Culiacán, donde la temperatura “normal” en otoño se encuentra entre los 19 y los 30 grados Centígrados, pero lo de este año, llegando a los 9 grados, se debe a algo que parecía sacado de una película de ficción o de documentales en plataformas, es el llamado calentamiento global, es tu basura.
Y sí, este fin de semana se tuvo una tormenta invernal que provino del norte, pero también porque hay un desvarío en la temperatura de la tierra, como explica Adriana Roé Sosa, Ingeniera Ambiental por la Universidad Tecnológica de Culiacán y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
“Ya estamos sintiendo calor extremo, frío extremo… por ejemplo, cuando hace falta agua y que luego llegan las lluvias exageradas y luego las inundaciones. Todo eso es porque estamos consumiendo más de lo que el planeta soporta”, dice la investigadora.
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Ese consumo del que habla la Investigadora se puede observar con las toneladas diarias de basura que se recolectan en la ciudad. De acuerdo con datos del Ayuntamiento de Culiacán, para 2019, previo a la pandemia de Covid-19, se recogían hasta 1,300 mil toneladas de residuos sólidos urbanos. A tres años de esa fecha, ya son 2 mil toneladas de basura.
Cada botella vacía de refresco, bolsa de plástico, caja de cartón de leche, ropa comprada sin reutilizar, muebles desechados porque ya no cabían en la nueva moda dentro de las casas y cualquier otro tipo de objeto que se tire automáticamente produce otros tres que ya están en los aparadores para ser consumidos y luego ser basura.
No es todo, la basura no se produce sola, hay miles de actividades que la generan, sobre todo la industria, la extracción de recursos naturales y el crecimiento desmedido de las ciudades.
“La tierra es tan inteligente que si producimos dióxido de carbono, la tierra lo reduce de manera natural, pero nosotros estamos produciendo mucho dióxido de carbono con la industria, con las actividades y aparte estamos talando muchos árboles, sí el filtro que hay lo estamos eliminando“, menciona Roé Sosa.
Una cultura de la basura
Pero no se trata de dejar de producir, como aclara la Ingeniera Ambiental, sino dejar de hacerlo de una manera prácticamente salvaje y sin escrúpulos, derramando químicos y soltando vapores o más hacia la atmósfera con una intención ‘inconsciente’ de dañarla.
“Así es como se van formando los gases de efecto invernadero, los que hacen que tengamos este sobrecalentamiento global”, señala mientras muestra en una lámina el esfuerzo de un grupo de estudiantes que han incursionado en empresas para tratar de mejorar las prácticas ambientales en la industria.
Esteban Castañeda, Gerente Regional de Promotora Ambiental PASA, señala que el esfuerzo de los estudiantes no es mínimo, sino una cultura que se encuentra fortaleciendo a nivel local.
PASA es una empresa que solo en Culiacán opera con máquinas, camiones transportadores y un relleno sanitario al sur de la ciudad, cuya capacidad alcanza para recolectar 250 toneladas diarias de residuos de empresas, así como otras 300 toneladas que recolecta de la ciudad como parte de un acuerdo.
“No son temas ajenos, nadie debe sentirse ajeno a ello, el calentamiento global está ahí, los indicadores son muy precisos, los efectos de los gases invernadero y lo que están produciendo…”, menciona Castañeda.
Mientras haya más consciencia en el manejo de los residuos, porque la basura es una línea que produce efectos de gas invernadero si no son tratados de manera correcta. Por ejemplo, hay basureros clandestinos que son incendiados de manera seguida por no tener los cuidados necesarios, incluso puede pasar en un relleno sanitario si no se cuidan los lixiviados.
La empresa PASA se ha mantenido en Culiacán como en otras 50 ciudades del País, encabezando un trabajo sobre recolección de residuos sólidos, residuos industriales, residuos peligrosos, orgánicos, tratamiento de agua, mejoramiento de suelos, tratamiento de lodos, limpieza de áreas verdes, manejo de escombro, reciclaje, limpieza y desinfección.
La reflexión de Castañeda pasa mientras reconoce a las empresas Corteva, Agroindustrias del Norte, Coca-Cola, Chata, Sugar Foods, Aeropuerto de Culiacán, Smurfit Cappa y Maseca con la preser “Honremos Honra”, pues han trabajado una serie de procesos de separación de basura.
Por ejemplo, Aeropuerto de Culiacán estableció un Manejo Integral de Residuos con personal específico, una tolva de 30 metros cúbicos, un remolque para cartón y la separación de pet, cartón, aluminio, papel, vidrio y chatarra.
Coca Cola tiene un programa denominado Cero Waste, mientras que Maseca se dispuso a operar un programa de reciclaje, y Sugar Foods un plan de reaprovechamiento de cartón, supersacos y tarimas de madera.
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Las prácticas de esas empresas apenas alcanzan las 250 toneladas de basura diaria, apenas un 13 por ciento de lo que se produce en la ciudad sobre residuos sólidos.
Hacer dinero con la basura
Luis Armando Becerra Pérez, especialista en energías renovables y sustentabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), ha planteado un esquema de ganancia con toda esa basura, que beneficiaría también al medio ambiente.
Según cálculos del especialista, el 50 por ciento de la basura que se recolecta en Culiacán se puede aprovechar para generar energía eléctrica suficiente para atender la demanda de 6.660 horas de Culiacán que en promedio consumen 457 kilowatts hora.
Para hacerlo se necesitaría una planta, cuya inversión sería alrededor de 374 millones de pesos, los cuales se recuperarían tras venderla a la Comisión Federal de Electricidad por un monto de 94 millones de pesos anuales.
Esta planta podría pagar a sí misma en 7 años y según Becerra Pérez, le quedarían 23 años más generando energía, ya que su vida útil está calculada para aproximadamente 30 años.
Adicionalmente a la construcción de la planta de tratamiento de la basura y generación biogás y electricidad en los rellenos sanitarios, los ayuntamientos deberán establecer un sistema de gestión de la basura distinto al actual para que las familias separen los residuos sólidos desde las casas y que estos se recolecten en unidades especiales con contenedores para plástico, papel, ropa, aluminio, fierro, hojas y desperdicios de comida.
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“Lo más barato es separarla desde el generador, desde quien genera la basura aquí se tiene que establecer un sistema primero culturalmente y en algunos casos incluso con reglamentos para que la basura se separe de origen”, dice el investigador, de acuerdo con un reporte de la Universidad.
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