Durante los últimos días ha llamado la atención de los mexicanos los cambios respecto a la cotización peso-dólar, donde el peso ha bajado de lo que se conoce como ‘barrera psicológica’ de los 20 pesos por dólar para cotizar en alrededor de los 18 pesos con 20 centavos.
A pesar de que entre la población en general se deduce que una fortaleza de la moneda mexicana respecto a la estadounidense es buena para todos, en términos estrictamente económicos esto no es verdad, pues un panorama adecuado para los negocios siempre preferirá una estabilidad que permita una planeación de mediano y largo plazo, a la incertidumbre que generan los vaivenes de los indicadores.
Es en este sentido que ESPEJO a Cristina Isabel Ibarra Armenta, presidenta del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, con el fin de contar con una explicación detallada de las causas que generan este ‘super peso’, e identificó tres motivos que explican por qué una cotización a la baja del dólar respecto al peso no son necesariamente buenas noticias para la economía mexicana.
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Las causas
Un primer elemento que explica la apreciación del peso respecto al dólar se encuentra en el diferencial de tasa de interés entre ambos países. Mientras que en Estados Unidos la tasa de interés de referencia es de 4.25%, en México está alcanza el 10.5%, lo que hace que los capitales internacionales elijan invertir en pesos, fortaleciendo a la moneda mexicana.
Está tendencia se fortalece ya que, a diferencia de otros bancos centrales del mundo, que han anunciado que intentarán disminuir los incrementos de tasas, el Banco de México ha dicho estar dispuesto a seguir incrementando, fortaleciendo las perspectivas de inversión en moneda nacional.
A esto se suma el hecho de que “hay muy buena perspectiva en general para la economía, sobre todo en la parte de frontera norte. Y eso da un soporte al peso”.
Otros elementos que fortalecen al peso mexicano respecto al dólar, añadió Ibarra Armenta, es el ‘altísimo’ nivel de remesas recibidas (dinero enviado desde el extranjero hacia familias mexicanas) y un nivel estable de porcentaje de la deuda respecto al Producto Interno Bruto (PIB), de alrededor del 50%.
“A pesar de que no hay una política económica que apoye al crecimiento económico, tampoco hay incremento del porcentaje de la deuda… Eso los mercados lo han visto muy bien y entonces el peso sigue siendo una de las monedas más demandadas en los mercados internacionales”, explicó la economista.
“Por los altos niveles de rendimiento que se ofrecen y porque continúa la estabilidad macro, los mercados siguen viendo al peso como un buen refugio para buscar rendimientos”, añadió.
“A final de cuentas ninguna economía europea va a ofrecer a los inversores el rendimiento que está ofreciendo México ahorita”, puntualizó.
Esto por parte de la inversión en cartera.
Por el lado de la inversión extranjera directa, Ibarra Armenta reconoce que está sigue fluyendo a buen ritmo con el fenómeno del nearshoring, que es la relocalización de industrias más cerca de sus mercados finales a raíz de los conflictos comerciales entre oriente y occidente, sobre todo entre Estados Unidos, China y Rusia.
Las consecuencias
Sin embargo, la economista ve con preocupación que, cada vez que hay una revalorización del peso respecto al dólar, medios y público en general entienden este fenómeno como uno de fortaleza económica cuando, en algunos casos, esto refleja todo lo contrario.
“El error de la gran mayoría de los mexicanos es que piensen que el que el que el tipo de cambio baje es algo bueno para la economía o es algo que refleja fortaleza de la economía”, sentenció.
Así, la economista explica que un dólar relativamente bajo no es algo precisamente bueno, y da tres razones para ilustrarlo:
- Que la entrada de capitales extranjeros que fortalecen al peso se ve explicada por una alta tasa de interés que, a su vez, encarece los créditos y desincentiva la inversión. “Los canales de crédito se están cerrando y eso te afecta en que las empresas no van a poder invertir en infraestructura a largo plazo”, dijo. Otra consecuencia de está elevada tasa es que el gobierno tiene que endeudarse a una tasa de interés más alta, afectando también a las finanzas públicas. “Entonces externamente (la fortaleza del peso) parece buena, porque los capitales buscan rendimientos, pero internamente no es tan bueno porque el canal del crédito se ve disminuido. Entonces en términos productivos se sufre”, puntualizó la economista al respecto.
- El incremento en las importaciones a causa de un dólar más barato genera afectaciones en nuestras estructuras productivas, esto debido a que, de pronto, para muchas personas resulta más barato importar en el exterior, en detrimento de los bienes de consumo o de capital nacionales. “Esto significa salida de dinero”, explicó.
- Por último, la economista recuerda que un peso fuerte también afecta al sector exportador. Esto debido a que, aunque los productos al exterior siguen teniendo demanda, el que los vende gana menos ya que recibe menos pesos por cada dólar de venta al exterior. “Y eso también, en el caso de Sinaloa, afecta al sector exportador”.
Por último, la líder de los economistas de Sinaloa reiteró que un tipo de cambio ‘fuerte’ no es en realidad un buen resultado económico, sino más bien una consecuencia de los vaivenes económicos internacionales. Además, explica que más que devaluación o apreciación de la moneda, en economía lo importante es que los indicadores se mantengan estables.
“Lo que se esperaría es que el tipo de cambio retorne a un nivel de alrededor de 20 pesos por dólar. Una de las razones porque no retorna tan rápido son los altísimos niveles de remesas, pero la remesa te indica la baja generación de empleos, porque pues un montón de personas necesitan dinero de los paisanos”.
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“Todo eso te va reflejando en realidad una economía que no está fuerte, que no está generando empleos, empresas que están sufriendo, exportadores que van a sufrir o que vienen perdiendo ganancias y dinero que está saliendo porque las importaciones se están incrementando al ser muy fácil comprar al exterior”.
“La gente insiste en verlo como un buen resultado económico, pero no lo es”, finalizó.
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