La violencia familiar y de género se ha agravado debido al incremento de consumo de drogas, explicó Carmen Fernández, directora general de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) Nacional.

La violencia familiar y las adicciones siempre van de la mano, agregó, pues, cuando una mujer o un joven sufre violencia familiar es común que se refugien en las drogas, y por otra parte, una persona con una adicción puede ser generadora de violencia, por ello, es necesario combatir ambas problemáticas.

“A su vez esta violencia con la que crecen muchísimos niños lleva a consumir drogas, es un problema totalmente articulado con el otro, la violencia es riesgo para el consumo de droga y el consumo de drogas es riesgo de violencia, sin lugar a dudas”, dijo.

Un reflejo de esto es que en Sinaloa, el 30% de las llamadas al 911 por violencia familiar reportan que la persona agresora está bajo el consumo de drogas, según datos proporcionados por Rosa María Gámez Mendívil, secretaria del Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la Violencia Familiar (CEPAVIF).

“De las 11 mil 364 llamadas a la línea telefónica de emergencia en el 2022, 3 mil 113 tuvieron, nos reportaron una incidencia relacionada con el consumo de alguna sustancia nociva. Luchar contra las adicciones también significa luchar contra la violencia”, explicó.

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Siendo las mujeres las principales víctimas de violencia familiar, durante la firma de convenio entre Cepavif, CIJ y SEMUJERES, la secretaria de las Mujeres, Teresa Guerra Ochoa se comprometió a impulsar un Centro de Atención de Adicciones para las Mujeres, en donde se podrán hermanar esfuerzos para luchar contra las adicciones y la violencia familiar.