Culiacán, Sinaloa.- Hacer un pastel para venderlo a una amiga y con ese ingreso juntar el dinero para comprar un vuelo era el propósito inicial de Luis Manuel Ruelas Palma, sin saber que eso lo llevaría a desarrollar Pitahaya Neón, negocio que lleva la repostería a un nivel de excentricidad fuera de lo común.

El chef comenzó en el mundo repostero en Monterrey, donde era su lugar de residencia. Como una forma de sustento decidió unir los conocimientos que adquirió en la carrera de gastronomía y su pasión por el arte, por dibujar y pintar para crear galletas coloreadas a mano y de vez en cuando hacía pasteles personalizados, pero era menor la demanda de este mercado.

Cuando regresa a Culiacán, una amistad de la infancia que conocía sus cualidades le pide que le haga un pastel, Luis Ruelas lo vio como ese boleto de avión que necesitaba para volver a Monterrey y accedió. Así fue como la recomendación de boca a boca lo impulsó para la creación y desarrollo de su empresa. Primero pensó en terminarse los insumos que había comprado y cumplir con las solicitudes que recibía, cocinando en el horno de su casa, esta dinámica se volvió tan constante que al cabo de pocos meses se convirtió en un emprendimiento rentable.

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El estilo que Luis utiliza en sus creaciones es muy original, son diseños únicos con decoración personalizada de temáticas específicas, por lo regular utiliza colores brillantes a excepción de que el cliente pida lo contrario, y siempre procura que el proceso sea muy artesanal, con detalles pintados a mano, lo que hace que sus productos sean muy especiales.

“Es como algo difícil de explicar, pero todo, cada elemento que le ponemos le da movimiento al pastel y textura, es difícil explicarlo, está en la cabeza, hacemos como un diseño previo. Yo creo que lo que nos hace diferentes aparte de la forma en que se ven, a veces los pasteles están llenos de cosas, no solo es el sabor de los ingredientes que usamos”, explica en entrevista para Espejo Negocios.

Incluso desde el nombre lo diseñó como un juego de palabras, ya que, al hacer la tesis para finalizar sus estudios escogió el tema de frutas exóticas mexicanas y conoció la Pitahaya, que se caracteriza por tener colores brillantes por fuera, pero cuando se parte a veces tiene otro color, y se personifica por su sabor tan dulce, con una textura por fuera muy diferente a la que tiene por dentro, lo define como dos mundos en una sola fruta.

https://youtu.be/bMX18TH66OE

Actualmente, el equipo de Pitahaya Neón está conformado por 47 personas entre empleos directos e indirectos, dice que siente que al ser generador de empleos cumplió su misión en la tierra, y que la gente que está o ha estado detrás de este proyecto son un pilar muy importante para él, para su negocio.

Recomienda por su experiencia que para emprender se comience de lo pequeño, ya que se siente más el éxito al crecer de manera orgánica, se disfrutan más los resultados cuando se comienza desde abajo y ver cómo se va transformando ese emprendimiento, como se consolida en un negocio estable.

Si se tiene el dinero para hacer todo en gigante desde un inicio es válido hacerlo, sin embargo, considera que empezar de cero es bueno para saber a dónde quieres llegar y avanzar gradualmente, que en su caso todo les ha costado.

“No nomás no estoy diciendo que todo ha salido de aquí, hay créditos, hay préstamos, hay deudas. Hay un chingo de cosas detrás de todo lo que ven”, reconoce.

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Sugiere hacer relaciones públicas, Networking, ya que es un punto muy importante para lograr el crecimiento; además de poner atención especial a la salud mental, acudir a un especialista porque será muy necesario; y que empiecen de cero, que está permitido y nadie está checando, “es como que tu propio cuento, tú eres el protagonista y tú puedes hacer lo que tú quieras”, inspira.

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