Agro

Posible tregua en la protesta de maiceros y trigueros para abrirle cauce al diálogo

Es el momento de activar todas las capacidades institucionales para que el campo mexicano halle soluciones no sólo para la cosecha del actual ciclo agrícola sino certidumbre a futuro de la actividad económica.

La posible retirada de los productores de maíz que mantienen la toma de las instalaciones de Petróleos Mexicanos en exigencia de precios adecuados para sus cosechas, le abre posibilidades al diálogo y negociación con los gobiernos estatal y federal para que las consignas desplegadas durante casi dos semanas sean entendidas y atendidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien de seguro revaloró la dimensión del lema “sin maíz no hay país”.

Esta mañana, en pleno día de San Isidro Labrador, santo patrono de los que tienen en el campo su modo de vida, y también en la fecha en que los manifestantes tratarían de tomar las instalaciones aeroportuarias de Los Mochis y Culiacán, algunos líderes del movimiento pro maíz rentable indujeron la versión del fin de la movilización e inicio de tregua para facilitar acercamientos con las autoridades mexicanas de atención al sector agropecuario.

Coincide también la decisión con el hecho de que el gobernador Rubén Rocha Moya publicara el decreto para la compra con recursos estatales de 500 mil toneladas de maíz, y la correspondiente convocatoria para que los maiceros que sembraron hasta 50 hectáreas o cosechen hasta 600 toneladas participen en la venta de su producción al sistema nacional seguridad alimentaria, a un precio de 6,965 pesos la tonelada. El mandatario los convocó a “entrar en razón” para facilitar la instalación de una mesa de diálogo.

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Es el momento de activar todas las capacidades institucionales para que el campo mexicano, en este caso el sinaloense, hallen soluciones no sólo para la cosecha del actual ciclo agrícola sino certidumbre a futuro de la actividad económica que le es a Sinaloa como el agua al surco. La posible tregua en la protesta de quienes cultivan maíz y trigo debe significar la revisión de los esquemas de apoyo al sector para reponer lo perdido y proponer nuevas alternativas de agricultura redituable y sustentable.

Se trata de un conflicto que se repite cuando la labranza de la tierra detecta la amenaza de que los precios de las cosechas no alcanzan a cubrir los costos de producción, acumulándose menoscabos que tarde o temprano hacen crisis.

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Las dificultades recurrentes, que desencadenan acciones que repercuten en la población en general, deben ocasionar que el gobierno federal dé soluciones para lo inmediato y asuma la visión de Estado de largo plazo.

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