Educación

La SEP imprimirá libros de texto gratuitos en opacidad, sin la aprobación de mexicanos

¿Qué se oculta en los libros gratuitos cuyos contenidos la SEP mantiene bajo gran hermetismo? Debemos saberlo antes de que se impriman.

Le toca el turno a la Ley General de Educación en la secuencia de trasgresiones al marco jurídico nacional que con exacta puntualidad realiza el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues  contrató a 12 empresas para la impresión de 69 millones 340 mil libros para el próximo año escolar a nivel primaria, sin que sean aprobados los planes y programas de estudio por los gobiernos de los estados, la Ciudad de México y actores sociales involucrados en la educación, siendo el caso de maestros y padres de familia.

La norma legal establece que “para que queden aprobados los contenidos de los libros de texto gratuitos, así como sus modificaciones, los planes y programas de estudio del siguiente ciclo escolar deben ser publicados en el Diario Oficial de la Federación y en el órgano informativo de cada entidad federativa”, y antes de ello se deberá capacitar a las maestras y los maestros respecto de su contenido y métodos, así como generar espacios para el análisis y la comprensión de los referidos cambios.

Tratándose de la educación para millones de niñas y niños lo adecuado sería el máximo cuidado y escrutinio del procedimiento, sin embargo, al régimen autodenominado Cuarta Transformación se le hizo costumbre ignorar las leyes y la transparencia en aras de imponer la voluntad de un solo mexicano, la del titular del Ejecutivo federal, por encima del interés general, aún en un tema tan sensible como la enseñanza del nivel básico.

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Al emitir el fallo para imprimir los libros de primaria al margen del procedimiento, y en el caso de los de secundaria sin establecerse los planes y programas de estudio, la Secretaría de Educación Pública se está prestando a un juego de opacidad y violación de las leyes que daña lo fundamental de toda sociedad, que es el acceso en libertad al conocimiento, salvando a esta área a injerencias cuyo objetivo es distorsionar los procesos lectivos.

Con la educación, no. Corresponde a los ciudadanos detener la arbitrariedad presidencial que hoy toca a una de las actividades más esenciales para las familias, maestros, alumnos y padres de familia que se aferran a la instrucción escolar como última oportunidad para trasponer escenarios de varios modos de marginalidad.

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¿Qué se oculta en los libros gratuitos cuyos contenidos la SEP mantiene bajo gran hermetismo? Debemos saberlo antes de que se impriman eludiendo la revisión y aprobación de los mexicanos.

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