Culiacán.- Ser mujer en Culiacán es complicado por toda la violencia machísta y de género que se vive, pero ser mujer lesbiana en Culiacán duplica estos actos violentos y discriminatorios que se experimentan en el espacio público y privado.

En una ciudad como Culiacán, en donde en 2022, 13 mujeres fueron asesinadas, 8 fueron víctimas de feminicidio, 964 fueron víctimas de amenazas y 322 fueron víctimas de violación, ser mujer es peligroso, pero si a esto se le suma la homofobia que aún impera en la ciudad, el ser mujer lesbiana es un acto de resiliencia.

En su conferencia “Cartografía de la Lesbianidad en Culiacán, Sinaloa”, a través del Centro de Políticas de Género para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de la UAS, la doctora en estudios socioculturales, Ana Isabel Sánchez Osuna, habló sobre lo que es ser lesbiana en Culiacán y cómo las personas continúan invisibilizando, discriminando y excluyendo de la sociedad a las personas que se intentifican con esta orientación sexual, obligandolas a vivir con miedo.

LEER MÁS: Población LGBT+ ha sido víctima de discriminación en la UAS, señala encuesta

De acuerdo con datos recopilados en su estudio, Ana Isabel Sánchez explicó que las mujeres lesbianas marcaron a la zona centro de Culiacán como el lugar donde más son acosadas y viven violaciones a sus derechos humanos, donde los perpetradores son personas de la sociedad civil e incluso autoridades de seguridad.

“Policías que llegaban y las incriminaban del por qué se estaban tomando de la mano, por qué se estaban besando, las amenazaban con quererlas llevar al Ministerio Público, que las corrían de los cafés, de los restaurantes y cómo todo este tipo de situaciones de que no se vea que eres lesbiana en este espacio”, dice una de las narraciones recopiladas en el estudio.

Asimismo, mencionó, El Parque Las Riberas aunque se considera un espacio un poco más seguro que el centro de Culiacán, también es una zona donde las mujeres lesbianas han sufrido de acoso y violencia por su orientación.

Comentó que esto tiene que ver con que los espacios públicos en Culiacán son altamente heterosexistas y todavía hay quienes reaccionan negativamente o les causa escándalo el que una mujer se autonombre como lesbiana y salga a la calle tomada de la mano con su pareja.

“Ir por la calle se convierte siempre en una protesta porque los heterosexuales siempre me están diciendo que yo no tengo derecho a ocupar este espacio, con la mirada, con los comentarios, con hacer siempre muy evidente que tú estás ocupando un espacio de manera incorrecta”, dice otra de las narraciones.

Estas situaciones, explicó la investigadora, obligan a las mujeres lesbianas a siempre vivir con miedo y siempre estar pendiente del entorno y las personas que se encuentran a su alrededor.

“Es impresionante que como lesbiana tengo que estar pendiente siempre de cuando puedo agarrar la mano de mi pareja y cuando no, el tono de mi voz y de cuando puedo tener un gesto o realizar una caricia a mi pareja”, dijo.

Esta discriminación y exclusión de espacios públicos ha llevado a las mujeres lesbianas a solo sentirse seguras en lugares  como bares y restaurantes privados “alternativos”, sin embargo, son pocos los que existen en esta ciudad y los que hay exclusivamente destinados a personas de la comunidad LGBT+ hacen profundo énfasis a personas gays y no a lesbianas, explicó la académica.

Sin embargo, las mujeres lesbianas no solo son excluidas del espacio público, sino también del privado, pues muchas son rechazadas, excluidas y violentadas por sus propias familias.

“Las familias de repente son muy prontas para decir que les da asco ver a parejas del mismo sexo, como estos comentarios super ofensivos y reiterados, y cuando las sacan del closet, pues empiezan a reclamarles un montón de cosas (…) y por supuesto que merma”, mencionó.

LEER MÁS: ¿Qué exige la comunidad LGBT+?

Por toda esta violencia que se vive, puntualizó la necesidad de ir construyendo espacios para las mujeres lesbianas donde puedan convivir sin miedo yPoblación LGBT+ ha sido víctima de discriminación en la UAS, señala encuesta que el término “lesbiana” o “machorra” deje de usarse como un insulto.