Culiacán.- Un Museo de la Memoría para recordar sus raíces, es el último pendiente del gobernador Rubén Rocha Moya con los habitantes desplazados del pueblo de Santa María de Gracia, el cual se inundará ante la construcción de una presa con el mismo nombre.

Planeada para funcionar a partir del mes de diciembre de este 2023, una vez en marcha, el viejo pueblo de Santa María quedará bajo las aguas de la presa, como muchos otros pueblos que se han inundado y desplazado a sus habitantes ante la ampliación de la frontera agrícola en Sinaloa.

Para que esta historia no se vuelva a repetir, el Gobierno de Rubén Rocha Moya ha señalado la importancia de rescatar y resguardar la historia y raíces de este pueblo de indigenas Tepehuanos enclavado en la sierra sinaloense. Y para esto, propuso la construcción de un Museo de la Memoria.

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“Yo creo que hay un convenio pendiente con Santa María. Nosotros necesitamos que se nos culmine ya con el Museo de la Memoria, donde habla de las raíces, lo que quedó, lo que se olvida pero para que se mantenga por siempre por muchas generaciones”, indicó al respecto el comunero José Juan Rendón Gómez.

Durante una exposición fotográfica organizada por la SEBIDES y en la que se muestran los usos y costumbres y el proceso de desplazamiento hacía el Nuevo Santa María, el comunero recordó como el pueblo ha luchado por conservar su historia y dignidad ante el inevitable abandono de su terruño.

Así, en el proceso de negociación entre gobierno y ciudadanos, los habitantes de Santa María lograron que se les hiciera una réplica exacta de su viejo templo, cambiar el diseño de las casas a uno más adecuado a su estilo de vida, y que se les instalara un servicio de agua potable permanente, y no solo durante algunos meses como era el planteamiento original.

“Entonces ya tenemos el templo, tenemos las casas, pero el Museo de la Memoria no se ha iniciado todavía y la petición es que se lleven también el petroglifo que está en el nuevo Santa María”, abundó Rendón Gómez en referencia a una de las imágenes de la exposición del fotógrafo Jesús García Rodríguez.

FOTO: César Hernández

Respecto a problemas como la húmedad de las paredes de diversas casas del nuevo pueblo, Gómez indicó que ya se hizo una rehabilitación a todos los techos y se les pusieron niveles a cada uno para que no se inundaran.

En cuanto al servicio del agua, indica que se sigue trasladando desde el margen del río Baluarte, a unos 15 kilómetros del nuevo poblado. Sin embargo, este aun no funciona al 100 por ciento. “Hay problemas, no es eficiente al 100%, pero porque es un ajuste que tiene que hacerse con la CFE, creo que por el alta voltaje que lleva”, justificó.

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¿Han sentido que la administración nueva está trabajando?

Ahorita sí. El gobernador muy diferente a los anteriores gobernadores. Nos marginaban, nos ignorában, no nos tomaban en cuenta y actualmente no. Por ejemplo, planteamos la problemática de los techos e inmediatamente mandó al gobernador a que checaran los techos”.