Contar con una estrategia es un elemento fundamental para que cualquier proyecto que se emprenda prospere, se trata de un plan de acción que se enfoca en lograr que se cumplan los objetivos proyectados, es decir, para todo se necesita estrategia y por eso hay de diferentes tipos: financiera, comercial, legal, entre otras, explicó Jesús Zepeda en el webinar que impartió como parte del programa Incúbate de la Secretaría de Economía de Sinaloa.

El estratega dijo que en el caso de los negocios es común que el plan comience con saber qué se quiere hacer, a dónde se quiere ir, a quién se busca impactar y porqué, sin embargo, al crear una estrategia inicial básica y seguir un conjunto de claves permite ir mucho más allá que de un punto A hacia un punto B, no solo vender algo por vender o seguir los pasos por inercia.  

El intraemprendedor y freelance refirió que cada empresa es un mundo que poco a poco se debe de mapear para ver cuál es el camino correcto según el emprendimiento o negocio que se lleva a cabo. Comenzar con la identificación de los pilares del negocio, hacer un análisis de la competencia, encontrar los puntos fuertes y fortalezas son los elementos que se deben incluir.   

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Explicó que el primer paso para elaborar este mapa es definir un objetivo, porque siempre se debe partir del saber para que se quiere crear esa estrategia, ‘porqué me interesa aprender “x” cosa, bueno el objetivo es para poder desarrollar tal cosa’, cada quien tiene su propio motivo, y el propósito de lo que se quiere hacer permite definir a dónde se quiere llegar, a quién se busca impactar y porqué.

Jesús Zepeda expuso que en este punto la clave está en precisar cómo se va a involucrar a la audiencia, (llámese consumidor o usuario) y cómo se va a medir el crecimiento o impacto que tendrá el negocio, por eso es que la estrategia más allá de querer incluir innovación y tecnología debe contener un método mínimo, básico para que el producto o servicio te ayude a sobrevivir.

El siguiente paso, definió, consiste en identificar a dónde se quiere llegar y cómo se ve el universo del negocio, es decir, el mapa grande de la empresa, pero para seguir con el desarrollo de la estrategia que guíe hacia un universo se debe ir al fondo de todo para seguir por una línea clara de acción.

“Siempre hay un primer círculo en el que se define ¿Qué Hacemos? productos o servicios, por ejemplo, alguien que vende carteras; al irse al siguiente circulo se define ¿Cómo lo hacemos? Es decir, qué estoy ofreciendo además de una cartera, cuál es la propuesta de valor, el proceso que nos caracteriza y nos hace diferentes a la competencia.

Sin embargo, llega Simon Sinek con el libro ‘El Circulo Dorado’ que es una clave para los que quieren emprender y funciona como una guía que explica que hay algo más en la forma para llevar a cabo una empresa, de comunicar que se hace y para ello se deben de ir al ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Tratar de encontrar ese propósito, lo que mueve y realmente definirá; si se venden carteras irse a un porque y decir: yo te garantizo seguridad, es decir, verlo de este modo es algo más profundo que ya no se trata de un tema de carteras, es un tema de la seguridad de tu dinero”, ejemplificó.

Antes de concluir con el mapa dijo, algo crucial que debe incluirse es que se verifique que se resuelve el problema principal de la persona a la que se le quiere vender, ya que muchas veces se busca generar una experiencia de usuario muy buena pero no se cumple con la función principal básica, por tanto, no se resuelve el problema del consumidor. Si se cumple con esto, lo que sigue es buscar la diferenciación entre la propuesta de valor propia y la de la competencia.

En este punto detalló, se trata de identificar lo que hace especial al negocio y para ello se deberá de ver a otras personas que hacen los mismo, entender qué le está funcionando a esa competencia y qué defectos tiene; para identificarlos se deberá de hacer una tabla comparativa entre la propia empresa y la competencia directa o indirecta por categorías: precio, limpieza y demás funcionalidades, para saber de qué carece el negocio propio y cuáles son las fortalezas.

La clave en este paso está en escoger tres atributos que sean la ventaja competitiva de la compañía y que sean tres pilares que hagan a la empresa única y especial. Finalmente, el mapa se termina de desarrollar con la clasificación del propósito del negocio, ya que el qué y el cómo ayudan en un momento inmediato, sin embargo, el por qué ayudará a planear y consolidad la estrategia a largo plazo, para saber qué cambio se quiere ver en el mercado meta, en la sociedad o en el entorno.

Jesús Zepeda puntualizó que, si se obtuvo una estrategia siguiendo estas claves, el plan no termina en este punto, sino que comienza apenas, ya que lo que sigue en adelante es monitorear que se siga con cada punto. Hay una famosa frase que dice: lo que no se puede medir, no se puede mejorar, por eso una vez que se considera que la estrategia funciona, se debe de validar que sí es cierto a través de las métricas básicas.

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Detalló la pequeña validación de métricas se hace al responder: ¿Qué hacemos?, se resuelve el problema principal, hay clientes satisfechos, ventas, referidos; ¿Cómo?, la propuesta de valor mejora la experiencia del cliente, los pilares estratégicos son valiosos para el cliente, hay preferencia en vez de a la competencia; ¿Por qué?, los clientes comparten el propósito del negocio, hay un compromiso más allá de la venta, y se está creando una comunidad alrededor del propósito del negocio.

De modo que, si se pueden responder en positivo los puntos anteriores, se sabrá que si se va por buen camino.