Simultáneamente a la llegada de más fuerza pública militarizada que el Gobierno del Estado ha dado a conocer, en Sinaloa se registran focos de violencia de alto impacto como los ocurridos en el territorio sinaloíta con la quema de vehículos, maquinaria y casas, y el ataque ayer a una familia que circulaba por la carretera México 15, ya cerca de Mazatlán, resultado tres personas muertas e igual número de heridos.

Todo indica que acabó la tregua delictiva derivada de que las bandas criminales procedían a refugiarse en escondrijos lejos de las ciudades, debido a la persecución que realizan el Ejército, la Guardia Nacional y el Ejército contra los cabecillas, grupos tácticos y laboratorios de los narcotraficantes. El aumento en la comisión de homicidios dolosos en los meses recientes avisa de nuevos desafíos de los capos y sicarios contra el gobierno y la fuerza pública.

Aquí lo importante es conocer qué está haciendo el gobierno de Rubén Rocha Moya para contener la escalada delictiva que al menos en asesinatos se ha comportada a la baja en los tres años recientes, aunque tal esfuerzo sea poco notable por el incremento en otros modos de violencia como es el caso de las desapariciones forzadas.

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¿Existe o está en los planes del jefe del Ejecutivo estatal la evaluación o rediseño de la estrategia de seguridad pública frente a la ola de homicidios y desplazamientos de pobladores de la zona serrara, por miedo a los criminales?

De ser real el constante arribo a Sinaloa de elementos militares y de Guardia Nacional entonces la situación es más grave de lo que percibe ya que la fuerza pública federal estaría siendo rebasada por delincuentes que del tenue cese al fuego hoy pasan a la acometida violenta inclusive con acciones muy próximas a los métodos terroristas. En el municipio de Sinaloa existen rasgos claros y severos de un modus operandi más cruel por parte del hampa.

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Al tratarse de la seguridad de los sinaloenses no caben malos cálculos, discursos que matizan la dura realidad, ni la pérdida de tiempo en la implementación de las medidas de alta envergadura contra los criminales. A los hechos de violencia que se muestran con mayor incidencia y salvajismo les debe corresponder la respuesta firme, coordinada y con inteligencia que sujete a quienes se alejan de la ley y resguarde a los que en el bando de los pacíficos luchan por sacar adelante al Sinaloa lícito, civilizado y de Estado d derecho.