Si los diputados de la 64 Legislatura del Congreso del Estado creyeron que las etnias indígenas de Sinaloa se prestarían a una nueva simulación respecto a la reivindicación de sus derechos, pues se equivocaron al topar con la dignidad de pueblos originarios cansados de que los utilicen para la escenografía política y no para restablecerles las garantías constitucionales.

Durante la consulta realizada ayer por la institución parlamentaria los grupos indígenas exigieron tener voz y voto en los ayuntamientos a través de regidores que intervengan en los cabildos en vez de “representantes” que sin nivel de autoridad o legitimidad serían figuras de adorno y no de toma de decisiones.

Al rechazar los proyectos para cambiar la Constitución estatal, la Ley de Gobierno Municipal y la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales que el Legislativo pretendía votar en este periodo extraordinario, las etnias sinaloenses hicieron oír su voz y patentizan que va en serio la lucha para participar en la determinación de políticas públicas que los incorporen a las oportunidades de todos los modos de desarrollo, inclusión que el populismo les niega al querer solucionar con dádivas un futuro que la raza ancestral quiere más cierto.

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El Congreso del Estado resultó rebasado por las demandas de los ciudadanos que proponía beneficiar, pues de medidas superficiales que propone, los pueblos originarios corrigieron que no fueron tomados en cuenta, que lo que se legislará no es lo que exigen y que la representación que les dan consiste en que solamente puedan opinar en asuntos relacionados con sus comunidades, marginándolos en temas que le competen a la sociedad de la cual ellos forman parte.

Por fortuna los indígenas avanzan en la defensa de sus derechos y libertades y van al rescate de la autodeterminación que los libre de formas de esclavitud modernas que los utilizan para justificar acciones de gobierno donde adquiere mayor importancia el paternalismo castrante que los proyectos de futuro para aquellos que necesitan certidumbre y ya no más limosnas con envoltura de programas sociales.

¿Querían escuchar la voz de nuestra raza de bronce? Allí la tienen, digna y visionaria.