Culiacán, Sinaloa.- La parte del Malecón viejo que va desde el puente Hidalgo, sobre la avenida Álvaro Obregón, hasta la calle Riva Palacio, nació como la primera zona residencial moderna de Culiacán. Fue el tiempo en que varias de las familias adineradas de la ciudad que vivían en el centro comenzaron a mudarse hacia esa zona.

Es un tramo de aproximadamente dos kilómetros que se recuesta sobre el marquen izquierdo del río Tamazula.

Hoy en día muchas de esas casas ya no existen ya que han sido víctimas del fenómeno de la gentrificación y el cambio de uso de suelo, en algunos casos han sido los mismos propietarios quienes han preferido vender esas propiedades para fines comerciales.

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De acuerdo al libro “El vago del malecón” de Antonio Pineda, en aquellos años, tener casa en el malecón era lo más elegante, lo de gusto. No obstante, a pesar de la extensión urbana de Culiacán en el presente, esa zona conserva mucha de su belleza original.

El proyecto originalmente fue diseñado por el ingiero Napoleón Ramos Salido, director de Obras Públicas del gobernador interino de Manuel Páez (1927-1928), quien planteó la idea con un doble propósito: dar protección a la zona poniente de las aguas del Tamazula y construir el paseo que Culiacán no tenía.

Fueron algunos generales de la Revolución Mexicana que se habían enriquecido para ese entonces sus primeros residentes, como Felipe Riveros, así como viejas familias porfiristas, la nueva generación de empresarios agrícolas y gobernadores.

Algunas de estas casonas permanecen intactas, otras han sobrevivido como negocios rentables respetando su arquitectura, incluso a la casa del general Riveros se le respetó su legado al ser en el presente el corporativo Casa Riveros.  Sin embargo, hay otros espacios donde solo quedan sus terrenos, mientras que otras fueron derribadas para volver a levantar nuestras estructuras, como la de un Oxxo, gasolineras u oficinas.

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A continuación se compartimos algunas de esas primeras viejas casas que Antonio Pineda resaltó en su obra.

La primera etapa del malecón se inició propiamente a partir de la avenida Juan Carrasco. Estas son sus primeras dos casas. A la izquierda, la que fue de don Francisco Ritz. A la derecha, la que ocupó el gobernador Pablo E. Macías Valenzuela, uno de los cinco gobernadores que han vivido en ese paseo.

A la izquierda, enrejada, la casa del empresario Francisco del Rincón. A la derecha, una de las residencias más bonitas y de mejores acabados: viven (o vivían) en ella Jesús Vázquez y los cinco hijos de su matrimonio con Manena Reyes.

Una de las primeras casas construidas con el malecón fue la de don Santiago Gaxiola y doña Rafa Clouthier de Gaxiola. El techo volado fue el primero que es construyó en Culiacán y provocó numerosos comentarios.

La familia Shiller construyó en la esquina de malecón y Rubí esta residencia, en la que puede verse, bajo uno de los ventanales, un escudo heráldico. Posteriormente vivieron ahí los descendientes del licenciado Miguel V. Gaxiola. En el presente alberga las oficinas estatales del Partido Acción Nacional (PAN).

Don Antonio Amézquita, respetable hombre de negocios de Culiacán, vivió con su familia en esta casa, luego fue propiedad de los hermanos Rodarte Salazar.

Carlos Pérez Aguirre, funcionario público durante varios años, construyó en la esquina de malecón y Morelos, esta casa. Posteriormente fue propiedad del licenciado José Gaytán y su familia. Fue derribada y hoy es un Oxxo.

Don Comelio Bátiz y doña Mariyola Clouthier de Bátiz construyeron esta residencia. Despertó mucha admiración por su buen gusto y esmerado cuidado que se aprecia en todo su conjunto.

Don Jesús L. Tamayo fue el primer propietario de esta casa conocida como “la casa de los espejos azules”, en el presente queda el puro terreno.

Una de las residencias más bonitas del malecón fue la de don Alfonso Zaragoza y esposa Matilde M. Zaragoza.

En la esquina de malecón y Donato Guerra está la casa de don Enrique Riveros, que fue gobernador interino de Sinaloa; pero que es quedó a un paso de ser también gobernador constitucional. En su lugar vino Enrique Pérez Arce.