Existen indicios de que en el personal académico de Universidad Autónoma de Sinaloa existe resistencia a las movilizaciones a las que son convocados asiduamente debido al juicio abierto contra el rector Jesús Madueña Molina, el ex rector Juan Eulogio Guerra Liera, el ex abogado general y ahora secretario general, Robespierre Lizárraga Otero, y los integrantes del Comité de Compras de la institución de educación superior.

Pero las mantas que aparecieron ayer en las inmediaciones de Ciudad Universitaria, donde el Partido Sinaloense se deslinda del proceso judicial abierto contra los funcionarios universitarios podría ser de las primeras señales de un verdadero cisma al interior de estas siglas que creó y dirige Héctor Melesio Cuén Ojeda, aunque el mismo PAS haya procedido a desmarcarse de tales leyendas, con segmentos inconformes por la alteración de la casa de estudios que educa a más de cien mil jóvenes, en una estrategia que parece enfocada a defender al partido antes que al rector.

Las mantas contienen el mensaje de “el Partido Sinaloense se deslinda de todo proceso judicial que enfrente el Rector Jesús Madueña Molina”, en tanto que el PAS “no las reconoce como propias” y alega que “nosotros no somos partícipes de las colocaciones de las mantas que el día de hoy aparecieron por en diferentes puntos del estado”, creándose confusión sobre la autoría y el objetivo de tal actividad de deslindes.

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Lo que sí es un hecho es que el viernes varios maestros de la UAS que se han resistido a la orden del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa, para que asistan al juzgado cada que vez que es llevado ante la justicia un funcionario universitario, recibieron su pago quincenal en ceros, abuso llevado al límite y que resulta inadmisible en la institución cuya función le obliga a respetar las libertades y cerrarle el paso a cualquier forma de represión.

¿Qué rol está jugando el PAS para que la lumbre no le llegue a los aparejos?

Sea cual sea, no hay ciudadano que siendo libre en toda la extensión de la palabra soporte por mucho tiempo la coacción que lo manda a hacer cosas que no es de su agrado implementar, lo cual explicaría que surja en los recintos rosalinos la negativa a someterse a la defensa de la UAS aun sabiendo que no es la institución la que es llamada a rendir cuentas sino el rector, exrector, secretario general y los encargados del comité de compras, acusados de manejo indebido de los recursos públicos y bloqueo a los trabajos de fiscalización de la Auditoría Superior del Estado.