Desde hace 10 años Jiapsi Yañez (el alter ego de Jiapsi Rubí Yañez Madrid) desarrolla un modelo de negocio que se basa en la creación de contenidos publicitarios, colaboraciones con marcas y contenidos no patrocinados que con un toque de humor y estrategia se viralizan. A sus 31 años es una influencer con gran proyección, con más de 6.9 millones de seguidores en Facebook; 1,5 M en Instagram y 2.1 M en tiktok.

Fue una de las pioneras y en sus redes sociales se distinguió por desarrollar contenido sátiro sobre la sociedad sinaloense, sin embargo, no inició con intenciones de ser influencer, figura pública o tener muchos seguidores, en entrevista para Espejo Negocios cuenta que incluso también pasó por un momento donde se cuestionó: ¿Se puede vivir de la creación de contenidos?, la invitaban a restaurantes, a antros, le regalaban cosas, hasta que llegó el punto en el que le pidieron su cotización para publicar contenidos pagados.

Recuerda que ni siquiera sabía que ella podía ser un producto, que hasta ahora lo entiende. Cuando comenzó a publicar colaboraciones o contenido patrocinado no sabía ni cuánto cobrar por esos servicios, dudaba en relación a la seriedad de que le regalaran cosas y aparte poder cobrar por promocionar, pero entonces conoce a una persona que la impulsa y le mete el chip de que era un producto y se podía hacer dinero con ella, que había maneras serias de venderla.

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“Ahora entiendo que todos somos expertos en algo, que todos somos muy funcionales en algo, independientemente a lo que te dediques todos somos un producto, todos nos vendemos de alguna forma”, señala.

Tal cuál lo señalan la mayoría de los influencer, Jiapsi Yañez es el alter ego de una Jiapsi insegura, tímida y muy introvertida que se tiene que poner un chip para ser extrovertida, pero que actualmente ya se representa como empresaria, que ya entiende ella es su principal activo y por tanto lo tiene que cuidar al máximo, ‘mi templo, o sea mi cuerpo, yo, mi persona, y necesito comer bien, necesito hacer ejercicio, necesito verme bien, y no solamente verme bien por fuera, sino estar bien por dentro’.

Jiapsi Yañez es también empresaria al frente de una agencia de producciones musicales, de video, mezcla, gestión de redes sociales, entre otros servicios; tiene una inmobiliaria con proyectos en Mazatlán y Mexicali; comercializa productos de su propia marca como tenis, zapatos y maquillaje; además de dar conferencias motivacionales.

De ser rechazada por una escuela de ballet clásico contemporáneo pasó a ser figura pública y representar a importantes marcas. Cuenta que siempre soñó con ser artista y no en el sentido de ser famosa sino en el sentido de hacer arte, desde niña sus papás la formaron en lo que es hoy, su mamá la llevaba a clases de pintura, de canto, de ballet, por eso se sintió tan mal cuando la expulsaron de la licenciatura por no cumplir con sus estándares físicos.

“Me dicen: ‘Jiapsi aquí están tus papeles, no puedes continuar en esta escuela porque estás demasiado gorda’. En este momento me sentí muy mal, mis papás hicieron mucho esfuerzo desde que yo tenía tres años para formarme como una bailarina, para formarme como una artista. Para mí fue un momento muy depresivo. Justamente yo sentía que me habían cerrado una puerta, pero en realidad el mundo, Dios, el universo, me estaba abriendo otra más bonita y que fue donde conocí a mucha gente”, refiere.

 

De la introspección a la diversificación

Jiapsi Yañez se dedicaba de lleno a la presentación de shows y así era como obtenía recursos principalmente, pero al llegar la pandemia, de presentar hasta ocho eventos muy bien cobrados en el mes, tuvo que parar, esto le dio apertura para pensar en otras cosas y hacer una introspección de su negocio.

“No tenía muy buena administración y me quedo sin dinero, de tener bastantito, imagínate tener una casa, tener carro, tener todo y me quedo sin absolutamente nada. Una amiga me prestó 20 mil pesos, me administré durante dos meses y después me di cuenta que si yo le ponía orden a todo mi conocimiento podía generar ingresos, ahí es donde surgió Faro Studio que es una empresa de producciones y manejamos las redes sociales de varias empresas, además de las mías”, comparte.

Recuerda que estaba creciendo mucho el tema de bienes raíces, fue un boom, algo exponencial en la pandemia y se comenzó a capacitar en ese tema, estuvo tocando puertas en Mazatlán, Sinaloa para vender departamentos y casas, pero reconoce que andar en ‘el solazo’ le sirvió para desarrollar su propia inmobiliaria Bona Real Estate.

“Evolucionó mi contenido, evolucioné yo como persona. Mis momentos de mayor debilidad han sido mis mejores momentos de fortaleza en cuestión de diversificarme y en cuestión de abrir mi mente a otros rumbos, siento como que todo se va dando, pero si es bien importante estar alerta a las señales. Yo siempre digo tú mantén tu sueño luego me canalizo en otro rumbo, pero al final de cuentas voy sobre la meta”, destaca.

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La influencer dice que tiene comprobado, cuando más relajada está y cuando se están haciendo las cosas bien, cuando se tiene todo en orden, no hay manera de que las cosas puedan ir mal, no hay manera de que le vaya mal económicamente.