Culiacán.- “Estamos con una piedra combatiendo a unos con ametralladora”, fue la frase que utilizó el psiquiatra, José María Conde Gámez para expresar las carencias de recursos económicos y humanos que tiene Sinaloa para hacerle frente a la ola creciente de suicidios que se ha presentado.

En el conversatorio organizado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Sinaloa, llamado “Derechos humanos: abordaje y prevención del suicidio”, especialistas coincidieron en que el suicidio es un problema de salud pública y social que necesita ser atendido con urgencia, sin embargo, en Sinaloa no se cuentan con los recursos suficientes para hacerlo y por lo tanto, se violenta el derecho humano a la salud.

El especialista en psiquiatría del Hospital Psiquiátrico de Sinaloa, José María Conde Gámez, mencionó que para enfrentar la problemática del suicidio se debe hacer énfasis en atender la salud mental como un derecho prioritario de la población, pues las enfermedades mentales suelen tener repercusiones muy graves en la vida de las personas.

“Se estima que la enfermedad mental, para empezar cuesta más económicamente que la enfermedad física, la enfermedad mental quita más días de vida útil que la enfermedad física, la enfermedad mental es más crónica que la enfermedad física, y como todas si no se atiende se va agravando, muchas veces demasiado rápido”, dijo.

En ese sentido, mencionó que se le está fallando a la sociedad, pues además del estigma que aún rodea a la atención de la salud mental, se tiene una red de servicios de salud deficiente que no cuenta con presupuesto o especialistas suficientes para garantizar el derecho a la salud mental de la población.

“El hecho es que no podemos tapar el sol con un dedo. Por supuesto que el miedo, el estigma y el rechazo a la salud mental es la cosa principal que entorpece la atención, pero también faltan especialistas, faltan insumos, faltan hospitales y en ese sentido se le falla a la sociedad al no proveer un derecho básico que es el acceso a la salud mental”, dijo.

Agregó que es necesario que como gremio y especialistas se empiece a exigir mayores recursos e infraestructura para atender la salud mental de la población e inducir el cambio de mentalidad en la sociedad.

“Nosotros no estamos haciendo nada y la gente se está matando. En México la tasa de prevalencia de suicidio ha aumentado 3% en los últimos cinco años, pasamos de 5 mil 700 a 8 mil 200 suicidios en 2022, este año por supuesto que van a ser más”, mencionó.

Por lo tanto, dijo, desde su punto de vista como médico se necesitan más recursos, más gente y más conciencia si se aspira a que las personas con alguna enfermedad mental dejen de ver el suicidio como la opción más viable.

Por su parte, Cecilia Pereda Quintero, jefa del departamento de Salud Mental de la Secretaría de Salud en Sinaloa, mencionó que si bien hace falta mayor infraestructura e inversión, el tema de la salud mental dejó de estar en segundo plano cuando en 2012 se iniciaron campañas de prevención del suicidio en Sinaloa.

“Nos sentimos que vamos bien, sí ha faltado más infraestructura, más inversión, pero en 2020 la OMS sacó el programa de las cuatro estrategias sobre darle like a la vida, y nosotros desde el 2012 el tema que traemos en Sinaloa es vive la vida”, dijo.

Informó que en lo que va del año, en Sinaloa se han registrado 62 suicidios consumados, mientras que el 2022, cerró con un total de 99 casos. El grupo más afectado es el de 39 a 44 años de edad, seguido por el grupo de 15 a 19 años y el de 20 a 29 años que se encuentran a la par. Además, se tiene el registro de 279 personas atendidas este año por intento de suicidio en las salas de urgencias de los hospitales en el estado.

Ante estas cifras, dijo que es necesario fortalecer los lazos afectivos en las familias, promover la crianza positiva, brindar herramientas emocionales a las y los jóvenes para fortalecer su autoestima y ofrecer información confiable sobre la salud mental y la prevención del suicidio.

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