México.- Imagina que llegas a tu casa después de un largo día de trabajo, te sientas cómodamente en tu sillón frente a la televisión y decides disfrutar una copa de tu vino favorito mientras ves una película. Pero en el primer sorbo surge un inconveniente: el vino no sabe igual que antes. Ese sorbo que te ha robado la placidez del momento es un indicador de un problema más grave que afronta el planeta: el cambio climático provocado por los seres humanos.

La crisis climática es la mayor amenaza que enfrenta la especie humana, pues incrementa el riesgo de desastres naturales como sequías, olas de calor e inundaciones, ocasionando profundos problemas económicos y sociales.

Dicho fenómeno es especialmente alarmante para la viticultura porque afecta la producción y calidad del vino. Esto ha obligado a las empresas vinícolas a generar nuevas prácticas de viticultura sustentable para enfrentarlo.

Fuente: Instagram anatolia.vinos

En el conversatorio virtual “Vino mexicano frente al cambio climático”, organizado por Iniciativa Climática de México (ICM), Claudia Turrent y Juan José Villacis, socia fundadora e ingeniero agrónomo, respectivamente, de la bodega Anatolia ubicada en Valle de Guadalupe en Baja California, hablaron sobre las consecuencias ha tenido el cambio climático en la producción del vino y las técnicas que han puesto en práctica para hacerle frente.

En una plática amena con Mariana Díaz de ICM, Turrent y Villacics explicaron cómo la escasez de agua y las temperaturas cambiantes han puesto en riesgo el cultivo de la vid y a su vez la industria del vino. Desde su experiencia con la bodega Anatolia, mencionaron que en los últimos cuatro años han observado una disminución importante en el volumen de cosecha, además de que han perdido más de 20 hectáreas de cultivo debido a la sequía.

Ante ello, se han visto obligados a cambiar su modelo de negocio y poner en práctica nuevas técnicas y tecnologías de cultivo con el fin de construir un agroecosistema capaz de soportar estos cambios. Por ejemplo, han optado por tener un mayor porcentaje de materia orgánica en el suelo con el fin de conseguir un efecto esponja para que el agua y la humedad permanezcan más tiempo en el cultivo.

Claudia Turrent y Juan José Villacis hicieron un llamado a las empresas productoras de vino a no quedarse estáticos ante el fenómeno del cambio climático y comiencen a innovar, adaptarse y trascender a una agricultura y prácticas comerciales sustentables.

Desde su experiencia, ¿Cómo afecta el cambio climático a los viticultores?

-“En Anatolia hemos tenido problemas muy serios de agua, en los últimos años que hemos tenido unas sequías importantes tuvimos un pozo que se secó y que realmente las autoridades no han podido llegar al ritmo de respuesta para las soluciones de la extracción de agua responsable de nuestra cuenca del Valle de Guadalupe.

Nosotros lo que estamos tratando de hacer es que si tenemos dos gotas de agua ver cómo las vamos a usar bien, cómo vamos a usar bien el agua que ya usamos una vez y que la podamos volver a usar después, porque todo esto va a implicar en la cobertura que podamos tener en el suelo para disminuir la temperatura de suelo y poder tener un consumo hídrico menor por cada copa de vino que vamos a beber. Es muy importante no quedarnos estáticos ante un problema que existe y que va a transformar la fisonomía de los valles agrícolas de Baja California”, explicó Claudia Turrent.

-“El reto más grande que tenemos es no quedarnos estáticos con los métodos tradicionales de producción, sino más bien buscar adaptarnos a estos cambios que no solamente ya los estamos viviendo, sino que nos marca que va a seguir cambiando el tema, va a seguir cambiando el clima, van a seguir cambiando las condiciones y el contexto en el que producimos vino y esa capacidad que podamos desarrollar nosotros de adaptarnos es la que nos va a permitir seguir en esta industria”, agregó Villacis.

Fuente: Instagram anatolia.vinos

¿Cómo llegaron a entender como empresa productora de vino y de qué dependió que lograran entender estos efectos del cambio climático?

-“El primer año que estuvimos manejando el viñedo que fue el 2020 tuvimos una cosecha muy aceptable en volumen, muy enferma y plagada, pero con un volumen interesante que estaba relacionado al clima que habíamos tenido en ese año. Supongamos que en ese año cosechamos 10 toneladas, en el 2022 cosechamos 3.8, en lugar de las 10. Entre esos poquitos años el cambio que nosotros percibimos en las precipitaciones fue muy grave y tuvimos que ajustar todo el modelo de negocio porque con eso no lo íbamos a lograr. Entonces, el cambio climático fue tan evidente para nosotros en estos poquitos años que hemos llevado este viñedo en particular, que era evidente que teníamos que tomar acciones urgentes.

Se ha disminuido la plantación. Nosotros tan solo en Anatolia perdimos 22 hectáreas por la sequía en los últimos cuatro años. Se perdieron por muchos motivos, no nada más el cambio climático, también por gestiones gubernamentales que no fueron suficientemente eficientes para podernos ayudar y conservar estos viñedos de una forma legal y honesta”, respondió Turrent.

Fuente: Instagram anatolia.vinos

-“Justo creo que una de las principales cachetadas que nos dio el cambio climático fue darnos cuenta de lo frágil que es el tipo de agricultura que se venía haciendo históricamente acá, lo frágil y sensible a cualquier pequeño cambio, a un año de sequía, un año de no tan buena lluvia, de un invierno no tan frío, lo sensible que era nuestro viñedo a este tipo de cambios. Ahí fue donde nació la necesidad de crear más allá de un sistema agrícola, un agroecosistema, es decir, un ecosistema que pueda soportar estos cambios y pueda jugar como ente resiliente que nos permita resistir estos cambios sin que afecte directamente a nuestro viñedo.

También nos vimos en la necesidad de cambiar de mentalidad, de pasar de estar apagando incendios o resolviendo temas de aquí a corto plazo que era muy desgastante, demasiado caro y desgastante en energía, y entonces fue donde hicimos el cambio de mentalidad a largo plazo y en lugar de estar apagando incendios fue crear un sistema para prevenir estos incendios, prevenir estos cambios drásticos que están fuera de nuestras manos.

Es súper importante no solo buscar información que nos permita ser más eficientes, sino tratar de aplicar tecnología moderna a algo tan antiguo como la agricultura, como la producción de vino. Por ejemplo (…) en lugar de regar muchísima agua en un corto periodo de tiempo, regamos poquita agua pero constante para mantener esa humedad (…) y aumentar el porcentaje de materia orgánica en el suelo que nos va a funcionar como una esponja y cada vez que caiga agua en nuestro suelo se va a mantener ahí la humedad (…) además tratamos de controlar nuestras plagas de manera biológica, tratamos de atraer insectos benéficos que sean depredadores naturales de las plagas”, explicó Juan José Villacis.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Anatolia (@anatolia.vinos)

Esta experiencia de una empresa productora de vino, es un recordatorio de la vulnerabilidad de la agricultura ante los cambios en el clima y la importancia de la adaptación y la sostenibilidad en la industria para mitigar los efectos del cambio climático.

También puedes leer