Por: Juliana Osuna, directora de comunicación de Mexicanos Primero Sinaloa

La educación es un derecho humano fundamental para las niñas, niños y jóvenes. Sin embargo, las niñas y adolescentes que menstrúan pueden enfrentar barreras para asistir a la escuela debido a la falta de acceso a productos de higiene menstrual, instalaciones adecuadas y estigma cultural relacionado con el tema.

En el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer, Mexicanos Primero en colaboración con Fundación Femmex y Aprender Primero presentaron el libro Menstruar en la Escuela, una publicación que expone las dificultades que tienen las niñas y jóvenes menstruantes para poder permanecer en sus trayectos educativos; tanto la infraestructura como el acceso al agua, son dos insumos indispensables para la higiene menstrual y la dignificación de este proceso. Actualmente no se da la relevancia pertinente a este aspecto y muchas veces incluso, se evita hablar sobre el tema para evitar ser señaladas o expuestas.

En México, solamente el 62.8% de las escuelas cuenta con servicios de electricidad, agua potable, servicio de lavado de manos y sanitarios, según datos de la MEJOREDU. En Sinaloa, de acuerdo con una solicitud de acceso a la información promovida en 2022, se identificaron 8.6%  de escuelas sin electricidad, 20.3% que carecían de agua potable, 19.5% sin lavamanos y 22.5% sin sanitarios (Mexicanos Primero Sinaloa, 2022).

 

Ya existen estados que están trabajando para garantizar el derecho humano a una menstruación digna, en el Estado de México, Jalisco, Michoacán, Morelos y Yucatán, se están dotando a las escuelas de manera gratuita insumos de gestión menstrual, por otro lado, en diversos estados se iniciaron proyectos de sensibilización y educación sobre el rubro. Por desgracia en Sinaloa, no hay evidencia de que a la fecha se haya implementado alguna de estas acciones.

Garantizar que las niñas menstruantes continúen ejerciendo su derecho de estar y permanecer en sus escuelas, resulta esencial para promover la equidad de género. Si las niñas se pierden asistir a clases debido a esta situación, puede generar un rezago importante en su desarrollo intelectual, lo que estaría perpetuando la desigualdad social que persiste ya en otros muchos aspectos.

 

Los candidatos y candidatas  a puestos de elección popular en la próxima jornada electoral, deben considerar que de llegar a la función pública  se deberá garantizar que las niñas y adolescentes menstruantes puedan asistir regularmente a la escuela sin que su periodo signifique un obstáculo,  ya que con ello se les empodera para que continúen su proceso educativo y estén en posibilidades de alcanzar  su máximo potencial, mientras que al abordar abiertamente las necesidades de las niñas y adolescentes menstruantes en la escuela, se puede ayudar a reducir el estigma y la vergüenza asociados con este proceso natural.  Lo que promueve una cultura más inclusiva y sensible a las necesidades de todas las personas sin distinción de género.

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