Beijing.- Las recientes reuniones parlamentarias anuales de China en Beijing concluyeron en medio de una atmósfera de expectativas y tensiones, reflejando la presión sobre una economía que enfrenta desafíos significativos.

Los líderes chinos, conscientes de la situación, delinearon planes ambiciosos para impulsar el país hacia una posición de liderazgo global en tecnología, marcando un objetivo de crecimiento del 5% para el PIB en 2024.

China, durante décadas impulsada por incentivos de mercado y exportaciones, se enfrenta ahora a una serie de obstáculos económicos, entre ellos la intervención estatal, la disminución de la población y una crisis inmobiliaria en curso que han debilitado la estabilidad económica del país, y así lo afirmas Hong Bo, profesora de Economía Financiera de la Universad SOAS de Londres.

Imagen de la ciudad de Shanghai generada con inteligencia artificial.

La crisis del sector inmobiliario, en particular, ha afectado la confianza del consumidor y las exportaciones, lo que ha llevado al gobierno a enfatizar la importancia de fortalecer la autosuficiencia económica.

En respuesta, China está apostando por la innovación y la tecnología, destacando la inteligencia artificial como un área clave de enfoque para el desarrollo económico futuro.

Sin embargo, esta transición hacia una economía impulsada por la innovación presenta desafíos significativos. Requiere un mayor apoyo al sector privado, una inversión sustancial en capital humano calificado y una gestión eficiente de la energía.

A pesar de las tensiones geopolíticas y las interrupciones en las cadenas de suministro globales, China está decidida a diversificar su economía y garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo. Esta transformación representa tanto desafíos como oportunidades para el futuro desarrollo económico del país.

El primer robot policía en la ciudad de Shanghai

Transformar la economía china hacia la innovación y tecnología, todo un desafío

 

China se enfrenta ahora a la tarea nada fácil de transformar su economía, pasando de depender principalmente de la inversión y la deuda a impulsar la innovación y la tecnología. Sin embargo, este cambio de enfoque no está exento de desafíos significativos, y así lo subraya la economista Hong Bo.

En primer lugar, la promoción de la innovación requiere una serie de incentivos y garantías institucionales para fomentar la asunción de riesgos por parte del sector privado. Y sobre ello, la especialusta explica que es crucial que este sector crezca más rápidamente para impulsar la innovación económica.

Subraya que la innovación demanda una fuerza laboral altamente calificada. “A pesar de los avances en tecnología, la demanda de empleados calificados sigue en aumento, especialmente en áreas como la inteligencia artificial. Este panorama representa un desafío para China, cuyo crecimiento económico históricamente ha dependido de una mano de obra menos calificada”, añade.

Por otro lado, las industrias de alta tecnología, como la inteligencia artificial y los servicios digitales, consumen una cantidad significativa de energía. Y aunque China ha tomado medidas para diversificar su suministro energético, observó que garantizar cadenas de suministro estables a largo plazo sigue siendo esencial para sostener su desarrollo tecnológico.

También hace referencia a las crecientes tensiones geopolíticas y las perturbaciones en las cadenas de suministro globales, lo que podría obstaculizar las exportaciones de energía y otros recursos naturales hacia China en el futuro. “Esto plantea un desafío adicional para el país, que ha dependido en gran medida del intercambio de recursos con economías en desarrollo para respaldar su inversión en infraestructura”, apunta la académica.

 

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Esta información fue publicada por The Conversation, con autoría de Hong Bo, profesora de Economía Financiera de la Universad SOAS de Londres, y editada con ayuda de la herramienta de IA ChatGPT. Aquí puedes leer la publicación original.