México.- El 24 de marzo de 1996 marcó un antes y un después en la música mexicana. Un día en que el cielo se vistió de luto para recibir a una de sus estrellas más brillantes: Lola Beltrán, la “Reina de la canción ranchera”, partía de este mundo a los 64 años de edad, dejando un vacío irremplazable en el panorama musical del país.

¿De qué murió Lola Beltrán?

Lola Beltrán falleció a causa de una trombosis pulmonar, un coágulo sanguíneo que obstruye una de las arterias pulmonares. La trombosis se produjo el 24 de marzo de 1996 en la Ciudad de México, mientras la artista se encontraba en su casa preparándose para viajar a Acapulco para ofrecer un concierto. Previo a la trombosis, Lola Beltrán experimentó algunos síntomas como dolor en el pecho y dificultad para respirar, inmediatamente fue trasladada de inmediato al Hospital Angeles México, donde recibió atención médica de urgencia. A pesar de los esfuerzos médicos, la trombosis pulmonar le quitó la vida a las pocas horas de su ingreso al hospital.

La noticia de su muerte conmocionó a México y al mundo entero. Miles de personas se congregaron en las calles para despedirla y darle el último adiós. Su funeral fue un evento multitudinario que reflejó el cariño y la admiración que el público sentía por ella.

La vida artística de Lola Beltrán

Lucila Beltrán Ruiz, nacida en Rosario, Sinaloa, en 1932, era una mujer con el fuego de la música corriendo por sus venas. Desde pequeña, su voz potente y su pasión por la canción ranchera la diferenciaban del resto. A lo largo de su carrera, cosechó éxitos y reconocimientos, consolidándose como una de las intérpretes más importantes del género.

Su repertorio era un viaje por las emociones, desde la melancolía de “Paloma Negra” hasta la alegría contagiosa de “Cielito Lindo”, pasando por la fuerza y el desamor de “Cucurrucucú Paloma”. Cada canción interpretada por Lola Beltrán se convertía en una historia, en una experiencia única que cautivaba al público.

Su talento no se limitaba a la música. Lola Beltrán también incursionó en el cine, donde su carisma y su personalidad arrolladora la convirtieron en una figura popular. Películas como “El Rincón de las Vírgenes” y “La Bandida” son un testimonio de su versatilidad como artista y de su capacidad para conectar con el público.

Más que una cantante, Lola Beltrán era un ícono de la cultura mexicana. Su estilo único, su gracejo y su don de gente la convirtieron en una figura querida y admirada por personas de todas las edades. Su presencia en el escenario era una explosión de energía y pasión que contagiaba a todos los presentes.

A 27 años de su partida, la “Reina de la canción ranchera” sigue viva en el corazón del pueblo mexicano. Su música continúa resonando en las nuevas generaciones, inspirando a nuevos talentos y manteniendo viva la tradición de la música ranchera. Su legado es un tesoro invaluable para la cultura mexicana, un símbolo de la fuerza, la pasión y el talento que caracterizan a este país.

En su memoria, se han realizado diversos homenajes, conciertos y eventos para recordar su vida y obra. Su nombre está grabado con letras de oro en la historia de la música mexicana, y su legado seguirá inspirando a artistas y público por muchas generaciones venideras.

Lola Beltrán se ha ido, pero su voz y su espíritu siguen resonando con fuerza en el corazón de México.

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