Giuseppe Carlo Marino en su libro Historia de la mafia–Un poder en las sombras–, nos desvela una clara radiografía de la mafia Siciliana, de sus impresionantes mas no menos terribles actividades, que sometieron por espacio de un siglo al pueblo Siciliano a un mundo de terror y barbarie, tanto en el campo como en las zonas urbanas.

En tales acciones, estuvieron involucrados connotados miembros de la política Italiana, de las logias masonas e importantes varones de la iglesia católica. ¿Qué fines guiaron a estos grupos? Como siempre, la lucha por el poder económico y político. ¿Los medios para lograrlo?

¿Pero qué justifica este comentario? Existen varios motivos, si usted amigo lector tiene paciencia, los irá identificando mediante vaya leyendo.

En principio de cuentas, tenemos que la repercusión de la mafia Siciliana extendió sus tentáculos hacia América. La situación caótica provocada en Sicilia a finales del siglo XIX, provocó un éxodo gigantesco de Sicilianos que se prolongó hasta por quince años del siglo siguiente, de tal forma que rebasaron el millón.

Tal situación produjo, por inercia, que algunos capos Sicilianos también emigraran y de inmediato reanudaron sus actividades: venta de protección, venta clandestina de vinos, prostitución, a finales de los años 30s, y en los 40s, el inicio del contrabando y venta de estupefacientes, logrando con ello sentar sus reales en ciudades como Nueva York y Chicago. Al Capone y Lucky Luciano los principales.

Luciano destacó como embajador de las negociaciones mafiosas, tanto en Europa como hacia la América Latina. Él negocio de los casinos en Cuba, e inició de operaciones con la mafia mexicana para la venta de estupefacientes. Se dice, pero sin datos que lo comprueben, que en principios de 1946, Luciano vino a entrevistarse con el decano de la producción y venta de goma, don Eduardo Lalo Fernández.

Hubo otros personajes que hicieron posible la siniestra red: Vito Cascio Ferro, Cologero Vizzini, Salvatore Giuliano. Luciano Leggio, Salvatore Greco, Pietro Torretta, Vincenzo Rimi y muchos más, cuya siniestra lucha enlutó a miles de hogares, incluso de prominentes hombres de los medios de comunicación como del valiente periodista Amelio Piamonte, y políticos importantes como el senador Giliuo Andreotti y el impresionante caso del presidente Aldo Moro.

Finalmente la mafia fue controlada, no derrotada, no desaparecida, ahí sigue soterrada, pero tanto en Italia como en los Estados Unidos fue dominada gracias a la imposición de la ley, mediante una profunda depuración de los cuerpos policiales que al igual que los judiciales, entiéndase: magistrados, jueces, agentes del ministerio público y demás; estaban corrompidos y por ende controlados por la mafia, la purga llevó a muchos a la cárcel, y la situación cambió para beneficio de esas naciones.

En el periódico español El País. Conde Pumpido, fiscal general del Estado Español, dijo: “El extraordinario nivel de la eficacia policial y judicial ha debilitado sensiblemente a la organización criminal ETA, y permite contemplar esperanzas de un próximo final de esta modalidad de terrorismo.”

Este ejemplo del gobierno Italiano, sirve de muestra que cuando hay honestidad y decisión en los gobiernos de hacer que se cumpla la ley, es posible erradicar la terrible violencia, sea esta de grupos radicales como la ETA, o bien de las mafias como la Siciliana.

En México, las estrategias y programas sociales del gobierno federal avanzan en la erradicación de las más terribles de las pandemias: la corrupción. En estas tareas, el apoyo de la población tiene un valor fundamental; por el bien de todos que así sea.

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO