Por: Gustavo Rojas, director general de Mexicanos Primero Sinaloa 

Recientemente, la secretaria Graciela Domínguez Nava ha declarado de manera clara y directa que en Sinaloa el programa de escuelas de tiempo completo ya no existe. De esta manera, se confirma públicamente algo que desde Mexicanos Primero Sinaloa hemos venido anunciando desde finales del año 2020, cuando la clave presupuestal de dicho programa fue eliminada del proyecto de presupuesto federal 2021.

¿Qué implica dejar atrás esta política pública?

A pesar de defectos en su funcionamiento, el balance general de su implementación fue positivo, ya que logró generar “una disminución significativa en las tasas de repetición y rezago educativo en el periodo 2007-2017” (CONEVAL, 2018) en la educación primaria. El programa escuelas de tiempo completo también permitió mejorar de manera significativa el desempeño de los estudiantes en pruebas PLANEA de matemáticas en primaria y secundaria. 

Este último detalle importa porque permite hacer visible la importancia que tiene asistir a la escuela. A diferencia de los resultados en lectoescritura, muy fuertemente determinados por diferencias en la situación socioeconómica en los hogares, el aprendizaje de las matemáticas está mucho más determinado por lo que ocurre al interior del aula. 

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Otro de los beneficios que CONEVAL destaca es que “el mayor impacto del programa se produce cuando hay una disponibilidad mínima de recursos para implementar el servicio de alimentación, que incluye contar con un coordinador de alimentación adecuadamente remunerado, además de personal docente y directivo suficiente que reciba una compensación salarial por el incremento de la jornada laboral al implementarse el programa”.

Es difícil entender por qué una coalición política que ha construido gran parte de su legitimidad social y de su fuerza electoral en la idea de priorizar a las capas más vulnerables de la sociedad mexicana haya decidido eliminar un programa que demostró ser capaz de dar a niñas, niños y jóvenes -y por extensión, a sus familias- una mejor oportunidad en la vida a través de la escuela. 

Afortunadamente, gracias a la resistencia y el activismo de la sociedad civil, algunos de los objetivos de este desaparecido programa siguen vivos. Con el respaldo de la justicia federal, se ha obligado a que el nuevo programa La Escuela es Nuestra (LEEN) –que originalmente era un programa creado con el legítimo y valioso objetivo de resolver la histórica falta de apoyos para el mantenimiento de los edificios escolares- continúe ofreciendo recursos económicos para financiar una jornada escolar más larga y brindar alimentación.

¿Qué pasa con LEEN en Sinaloa?

A espaldas de un padrón de escuelas beneficiadas, sin un sistema público y accesible de rendición de cuentas, es difícil saber con certeza cómo las comunidades escolares están deliberando qué hacer con los recursos. Recientemente, la misma secretaria Domínguez señaló que hasta el 2022 en nuestro estado ningún centro escolar había optado por ampliar la jornada y sólo una escuela decidió brindar servicio de alimentación.

En Sinaloa, 1,036 escuelas y más de 120 mil estudiantes llegaron a beneficiarse de poder tener una jornada más extensa y recibir alimentación. Amparos más, eufemismos menos, lo cierto es que para esas comunidades esa oportunidad ha desaparecido. Es cierto que las necesidades de infraestructura son un problema urgente. Las escuelas deben ser espacios seguros y dignos. Pero en medio de la más grave crisis educativa que el sistema educativo haya enfrentado, no basta sólo con estar a la escuela cuatro horas al día, sin recibir alimentación.

La SEPyC, la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable de Sinaloa, así como la Delegación de Programas para el Bienestar en Sinaloa dependen en gran medida de reglamentaciones y procedimientos manejados afuera del estado para reparar el daño de la desaparición del programa de escuelas de tiempo completo. 

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Pero al menos tienen en sus manos la oportunidad de diseñar e implementar acciones para apoyar la decisión de las comunidades beneficiadas por LEEN de optar por invertir en la jornada ampliada y alimentación. Por ejemplo, a través de los miles de servidores de la nación desplegados en Sinaloa, se puede hacer llegar evidencia clara y fácil de comprender respecto a los beneficios de estas prestaciones.

Querer es poder.

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO