Reflexiones

Leónidas Alfaro Bedolla

¿QUIÉN MATÓ A JAVIER VALDEZ? Capítulo No. 18: Ahora no. Siento nauseas… 

Checo sumergido en sus cavilaciones que ya había repetido quien sabe cuántas veces; ya se había acabado la mitad de su cajetilla de cigarros y se había tomado media docena de cervezas. Miró el reloj y decidió pedir un Uber

Cuando Checo salió de aquella casa, el sol ya se estaba despidiendo para dar paso a las sombras, agradeció que el aire era fresco, sin mirar hacia atrás, adivinó que El Sinfonolas lo miraba tras la ventana. Echó a caminar y llegó al punto donde estaba el final de la ruta del camión urbano; una hora y diez minutos después bajó en la calle Juan Carrasco, cerca del mercado Garmendia; por la Ángel Flores llegó a la avenida Obregón, el mar de autos, sus luces y las de los arbotantes iluminaban  la plazuela, la cruzó y llegó hasta el café Los Portales. Tomó asiento ante una mesa y pidió una Pacífico, sacó un cigarrillo y le dio una jalada profusa, dejó escapar el humo a discreción y bebió un largo trago de cerveza y empezó a recontar.

-¡Uuff! Nunca había visto tantas armas, no sabía de la diversidad de calibres. ¡Puta! Cuernos de chivo, lanza granadas, M-60 y ¡hasta misiles! No sabía que había pistolas de carbón, ¡Qué livianitas y certeras! Nunca pensé que dispararía un arma tan cabrona. Con razón estos batos se sienten tan chingones…

“…mire compa, mientras usté no se meta con un narco a perjudicarle en sus negocios; no tiene ningún pedo. Nos vale madres lo que diga la prensa, es más, nos gusta que nos tomen cuenta, y si cuentan de nuestras hazañas, pues, muncho mejor; entre más se sepa que uno es cabrón, más nos tienen miedo; eso nos hace fuertes, respetables. Por eso, que lo mienten a uno en un periódico, como le digo nos da respeto. Pero lo que más nos alegra y presumimos, es que nos hagan un corrido y lo toquen con la banda. Oiga, haga de cuenta que nos ponen en la montaña más alta, ¡oiga; eso es poder!”

Checo sumergido en sus cavilaciones que ya había repetido quien sabe cuántas veces; ya se había acabado la mitad de su cajetilla de cigarros y se había tomado media docena de cervezas. Miró el reloj y decidió pedir un Uber.

Qué bueno que llegas amor, ya me tenías con pendiente.
-Perdona Tamarita, me distraje de más.
-¿Tomaste?
-Sí, unas cuantas. 
-Estás triste, amor. ¿Qué te pasa?
-Nada. Es que anduve por ahí, y supe cosas.
-¿De Javier?
-Si. 
-Cuéntame. 
-Ahora no. Siento nauseas… 

Fin. 

Nota del autor. –Hoy es 7 de junio 2022, el pasado 15 de mayo, se completaron 5 años de que mi compa Javier Valdés Cárdenas fue asesinado. En la plazuela Álvaro Obregón, se ha colocado un nicho que muestra un busto de él. Allí nos reunimos, para ver su descubrimiento, no creo que más de 50 personas. Los más, fueron grupos de periodistas los que asistieron; resaltó la presencia de Griselda su esposa. En virtud de que se ha fincado oficialmente, que quién ordenó el asesinato es el hijo de Dámaso López, un narco de Eldorado, Sinaloa, detenido en México pero enviado a los Estados Unidos por haber sido requerido para declarar en contra de su Jefe El Chapo Guzmán; dejó a su hijo conocido en el ambiente del narco como el Mini Lic., este pasó a los Estados Unidos para declararse culpable del crimen. Al parecer la acción la realizó más por miedo a ser asesinado, ya que los hijos de El Chapo lo sentenciaron por haber dicho que ellos, los hijos del Chapo, habían sido los que habían ordenado la muerte de Javier.

Los periodistas mexicanos, siguen exigiendo que los jueces deben ser más duros con las sentencias en contra de asesinos que intentan callar a periodistas. Griselda al final de su sentido mensaje con el que recordó a su amado Javier, agregó que el culpable debe ser extraditado a México para que sea juzgado acá. 

El problema se torna difícil. Dámaso y su hijo al parecer no volverán, los han sentenciado a Cadena perpetua. Puede ocurrir que un arreglo con las autoridades gringas, si hay muchos dólares de por medio, puede que les otorguen el premio de la libertad, por colaborar con sus declaraciones, darles una nueva identidad y enviarlos a un lugar desconocido.

Se respaldó este trabajo con una encuesta verbal entre gente diversa de edades, estrato social y sin saber de sus religiones. Sin apuntar nombres, ni tampoco las respuestas a la pregunta: ¿Quién ordenó matar a Javier? Fueron 87 los cuestionados. Resultados: 66 al instante contestaron que El gobierno. 19 que entre gente del gobierno y los narcos.  Sólo 2 afirmaron que fue el Narco.

Las fuentes de datos fueron diversos periódicos, el más analizado fue el Semanario Ríodoce, siguió Noroeste, El Debate de Culiacán y algunos videos de Youtube, en especial entrevistas sobre el caso Javier.

Por otra parte, debo decir que mi ánimo por publicar este trabajo, es porque tengo fe, al igual que millones de mexicanos, en que el Presidente de México Lic. Andrés Manuel López Obrador, está logrando los cambios que se necesitan para que este nuevo régimen funcione para bien de todos. 

Esto es una crónica novelada; sujeta a la crítica y sobre todo expuesta a ser juzgada con el fin de que se sigan dando las reflexiones, e indagaciones hasta el final de los tiempos. Porque la realidad es que en una sociedad podrida, los asesinos de seres extraordinarios como Javier Arturo Valdés Cárdenas, por más severos que seamos al juzgarlos y castigarlos, jamás alcanzaríamos a ser justos. 

En este caso, sólo nos queda  reconocer la valía de Javier, estudiar sus experiencias y ponderar sus valores; es lo único valedero para intentar hacerle justicia.   

Leónidas Alfaro Bedolla.
[email protected]

LEE ACÁ LA ENTREGA ANTERIOR DE ESTA SERIE: Capítulo No. 17: Pues estuvo feo el asunto, oiga

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO.

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