La subasta

La casa de subastas suiza Koller pondrá a la venta un esqueleto de Tiranosaurio rex llamado Trinity, el próximo 18 de abril en la ciudad de Zurich. Tiene una altura de 3.9 metros y una longitud de 11.6 metros; tan solo el cráneo aporta 1.4 metros de esta magnitud. Además, está compuesto por 293 huesos, que constituyen poco más del 50 por ciento de los restos óseos originales. El esqueleto fue valuado por Koller entre los 5.4 y los 8.6 millones de dólares.

Esta no es la primera subasta de un tiranosaurio. En 2020 un comprador anónimo pagó más de 30 millones de dólares por un espécimen de tiranosaurio apodado Stan, en honor de su descubridor Stan Sacrison, quien encontró y desenterró el esqueleto entre 1987 y 1992. De acuerdo con la revista Muy Interesante, este espécimen pasará a formar parte del Museo de Historia Natural en Abu Dabi, en 2025, cuando abra sus puertas al público.

T. Rex

El rey carnívoro terrestre del Cretácico, al llegar a la edad adulta, era una mole de ocho toneladas de peso y trece metros de largo, con una cabeza enorme de poderosas mandíbulas con cincuenta dientes afilados con los cuales habría sido capaz de triturar sin problema un autobús de transporte urbano, pasaje incluido.

De acuerdo con un artículo de la revista Science publicado por un grupo de científicos encabezado por el doctor Charles R. Marshall, la suma de todos los T. Rex que vivieron en el planeta durante su reinado de dos millones de años  alcanzó los 2 mil quinientos millones de ejemplares. También calcularon que, dados esos números, la tasa de recuperación de fósiles podría ser de uno por cada 80 millones de Tyrannosaurus.

La historia de estos dinosaurios está ligada al paleontólogo Barnum Brown del Museo Americano de Historia Natural. Entre 1902 y 1908 Brown descubrió en Hell Creek, Montana, los restos de los dos primeros tiranosaurios incluyendo el primer cráneo.

Nunca se ha encontrado un espécimen completo de tiranosaurio y no todos los hallazgos encuentran un número voluminoso de huesos fósiles. De acuerdo con el paleontólogo Steve Brusatte, a la fecha se ha encontrado “una cincuentena de esqueletos” de tiranosaurios, pero de ellos tan solo 32 pertenecen a especímenes adultos. Todos los lagartos tiranos exhibidos en los museos son reconstrucciones, al menos en parte.

El espécimen más completo y mejor preservado que se ha excavado es el llamado Sue, en honor de su descubridora Susan Hendrickson, quien en 1990 junto con su equipo pudo rescatar cerca del 90% del esqueleto del tiranosaurio.

Trinity, en cambio, es un tiranosaurio compuesto. De acuerdo con el catálogo de la subasta de Koller, el primero de los especímenes que se utilizó para construirlo, denominado Condado de Garfield 2, fue excavado en Hell Creek durante 2013 y constituye la mayor parte del esqueleto axial y la región pélvica. El segundo espécimen parcial, Condado de Garfield 1, fue descubierto en el mismo sitio en 2012 y aportó material para completar el esqueleto axial. El cráneo proviene de un tercer espécimen parcial descubierto en Lance Creek, Wyoming.

El dilema de Indiana Jones

La subasta ha reavivado la discusión respecto a la legitimidad de permitir la venta de restos o artefactos de carácter histórico, arqueológico, paleontológico o cultural, en lugar de preservarlos para su estudio. En palabras de Indiana Jones: Eso pertenece a un museo.

La propia casa de subastas es consciente de esta disputa. El catálogo de la subasta cita al Dr. Dennis Hansen, del Museo de Historia Natural de la Universidad de Zurich, quien opina que el mercado de coleccionistas de fósiles opera de manera similar al de arte y aunque a todos nos gustaría apreciar las obras maestras, hay algunas de ellas que terminan legalmente en manos privadas. Finalmente, recuerda el doctor, la experiencia nos dice que las obras terminan en los museos al paso de los años.

Consultado por Espejo, el Director de Marketing de Koller, Karl Green, expresó: 

“Nosotros en Koller también somos optimistas de que Trinity finalmente se colocará en un museo. Tal vez incluso si lo compra un coleccionista privado, podría ponerse a disposición de los científicos para su estudio y posiblemente prestado para exhibición”.

Aunque un museo suena bien como destino de fósiles y obras de arte, no debemos olvidar que, en ocasiones, no están exentos de haber incrementado sus colecciones mediante el saqueo de la riqueza cultural de otras naciones. Por ejemplo, el caso de los mármoles del Partenón, cuya devolución sigue exigiendo el gobierno de Grecia al British Museum.

¿Nuevos paradigmas?

De acuerdo con el Código de Ética de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados (SPV por sus siglas en inglés) los fósiles son recursos científicos y educativos únicos, no renovables, y junto a los datos contextuales que los acompañan, forman parte de nuestro patrimonio natural. Esos fósiles permiten reconstruir la historia de la vida de los vertebrados en la Tierra y son uno de los elementos esenciales para estudiar patrones y procesos evolutivos.

No obstante el valor académico que se les reconoce, en los Estados Unidos los fósiles sólo son bienes públicos cuando son excavados en un terreno propiedad del gobierno federal. Pero, si los fósiles son hallados en predios privados pueden venderse y comprarse de manera legal.

Es el caso de Trinity, pues los restos de los tres esqueletos que lo componen son propiedad de particulares. Además, como nos explica Karl Green, en Suiza el dueño de un objeto puede hacer con él lo que le plazca. “Sin embargo, dado el valor de este esqueleto, se puede suponer que el nuevo dueño tendrá gran cuidado de él”.

A fin de cuentas, parece que el problema no es si los bienes históricos, arqueológicos, paleontológicos, naturales o culturales merecen ser protegidos contra su explotación o tráfico ilegal, sino más bien si deben ser removidos del mundo económico y ser declarados patrimonio de la humanidad, fuera del comercio.

¿Llegará el día en que los fósiles de dinosaurios sean, en todo el mundo, bienes fuera del mercado?

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