El 1 de octubre de 2024, en su investidura, Claudia Sheinbaum Pardo tuvo en mente un objetivo: endulzar el alter ego de AMLO y referirse a la 4t como un gobierno demócrata, justo, honesto y eficiente.

Un gobierno que rompió todos los paradigmas que el modelo neoliberal había expuesto y que el caso de la 4t significó que más gobierno es más democracia, más libertad, más honestidad, más justicia, más eficiencia, más igualdad, menos pobreza y menos inflación.

El México real, el de la inconstitucionalidad, el de la inseguridad, el de los desaparecidos, el de las ineficiencias, el de la corrupción y el de los antivalores no existió en el discurso de Claudia. Para ella, su política de gobierno nace y termina con el segundo piso de la 4t. Fuera de ello, nada es importante y es un error quien dice lo contrario o algo negativo de lo que la 4t es.

 

En seis ocasiones se refirió a AMLO como un gran demócrata, el que 19 años atrás en su defensa contra el desafuero, vigorizó la lucha por la democracia y lo equiparó a Francisco I Madero y Lázaro Cárdenas, pero se olvidó de decir que intencionalmente controló al INE, evitó la designación de magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación y obstruyó el funcionamiento del INAI. Además,  vanaglorió a dictadores, le abrió las puertas al absolutismo y destruyó los pilares institucionales de un Estado-Nación con incipientes avances en trasparencia, democracia y rendición de cuentas.

Otorgarle al dictador de Cuba, Díaz-Canel la orden Águila Azteca fue una burla nacional e internacional y una bajeza que el Congreso permitió, lo mismo que en tres ocasiones abrazar efusivamente a Nicolás Maduro y considerar amigo y hermano al dictador Daniel Ortega, a quien financieramente lo apoyó con 8 proyectos. Lo mismo podemos decir haber puesto al servicio de Evo Morales los recursos nacionales y concederle asilo y que a punto estuvo de hacer lo mismo con Pedro Castillo en su intento golpista fallido en Perú. Y nada dijo del gran berrinche de  AMLO al no asistir a la Cumbre de las Américas en Estados Unidos porque no se invitó a los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela.

CSP (Claudia Sheinbaum Pardo) quiso resaltar que México era respetuoso de la no intervención pero se olvidó que AMLO calificó de  “usurpadora” a Dina Boluarte, Presidente designada por el congreso de Perú; y contrario a las disposiciones de asilo de Viena, intentó de darle asilo al ex vicepresidente Jorge Glas Espinel, ciudadano convicto juzgado y condenado por corrupción en el 2017 y el 2020, pero que estaba en libertad condicional. Es decir, por defender a un convicto, AMLO rompió relaciones diplomáticas con Ecuador. Y qué decir de la confrontación política de México con el Rey de España y de la pausa de las relaciones diplomáticas que AMLO hizo con EE.UU y Canadá por sus observaciones a la reforma del Poder Judicial en los términos que lo está llevando.

En ese, su primer mensaje, CSP, científicamente quiso impresionar en particular a AMLO, al decir que los datos duros de las métricas internacionales y nacionales mostraban lo exitosa de los seis años de su administración. Pero tomémosle la palabra y veamos lo que las métricas y los datos duros sobre México dicen.

En las métricas internacionales

 

Evaluaciones PISA.

México pasó del lugar 53 al 102 entre 2018 y 2022 y en 2023, para ya no ser expuesto, no formó parte de ellas desde entonces. Y para dar idea del retroceso que la educación en México es,  un estudiante de 15 años en China, respecto al de México, su habilidad lectora es equiparable al de una licenciatura; y en las relacionadas a matemáticas y ciencias, al de un egresado de maestría y doctorado. Retroceso que una científica no puede pasar desapercibido.

PNDU de la ONU.

Atendiendo al Coeficiente de Gini del Reporte del Desarrollo Humano de la ONU, México ocupó el lugar 77 y en ingreso per cápita el 83.

World Economic Forum.

En competitividad, atendiendo al Foro Económico Mundial, de 67 países México pasó del lugar 50 al 56, en marco institucional el 61, en legislación empresarial y en infraestructura tecnológica el 63.

World Justice Proyect.

Entre 2018 y 2023, de 113 países, en corrupción del lugar 93 México se pasó al 102; en estado de derecho del 92 al 116; en limitantes del poder de gobierno del lugar 83 al 104; en apertura del gobierno del 36 al 45; en derechos fundamentales del 72 al 93; en seguridad, el retroceso ha sido sin precedente al pasar del 99 al 133.

Banco Mundial.

En su discurso, CSP quiso realzar como grandeza de AMLO el lugar que México ocupa en el contexto mundial. Lo que no dijo es que en el año 2000 México ocupo el lugar 9 en el PIB mundial y que AMLO lo dejó en el 14 para el año 2023. Y en cuanto al ingreso per cápita (en dólares a precios actuales), del lugar 60 que México tuvo al inicio del modelo que tanto culpa, AMLO dejó al País en el lugar 76.

CSP quiso alimentar el alter ego de AMLO al decir que el Banco Mundial reconoció los millones de pobres que México sacó de la pobreza durante su administración. Verdad insostenible ya que la pobreza no depende de un indicador (ingresos que el gobierno le da a los pobres o el que recibe por las remesas), sino de muchos factores y de su capacidad para salir de la trampa de la pobreza, y que el gobierno no entiende ni atiende. Baste señalar algunos ejemplos:

En cuanto a las Métricas nacionales

 

·         El fracaso de la política social

Asegurados permanente en el IMSS.

Si comparamos los asegurados permanentes de septiembre de 2018 contra el mismo mes del 2024, la diferencia es un incremento de 2.18 millones de nuevos puestos en seis años. Cifra muy por debajo a los 7.2 millones de empleos que se debieron haber creado en su administración y distante de los 12.1 millones de personas que tienen la necesidad de encontrar trabajo según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI.

CONEVAL.

Las estadísticas oficiales de CONEVAL, señalan que 5.1 millones de mexicanos salieron de la pobreza, pero la población vulnerable con carencias sociales creció en 5.1 millones de habitantes, la población vulnerable por ingresos se incrementó en 1.1 millones de personas; la población con al menos tres carencias sociales creció en 7.1 millones de personas y el rezago en salud se incrementó en 30.3 millones. Y CSP nada dijo del fracaso del INSABI ni de la mega farmacia ni el efecto que la desaparición del Seguro Popular generó en el bolsillo de los más de los 15 millones de ciudadanos afectados. Tampoco hizo referencia a que la esperanza de vida cayo 5 años y dentro de la OCDE, es el país que menos recurso destinó y el que menor disponibilidad de médicos, enfermeras y camas tiene por cada 1000 habitantes. En cuanto a su reacción ante la pandemia, México ocupó el lugar 7 de los peor evaluados, habiendo 169 países con una mortalidad menor.

·         El fracaso de la política económica

INEGI.

En economía, a precios de 2018, el PIB apenas creció en 0.018 por ciento. Pero lo grave es que la brecha para capitalizar al País sobre bases internas, estatales y regionales pasó de 4.7 a 5.6 billones de pesos, y en 27 entidades esta brecha creció.

Presupuesto de egresos.

A AMLO, el congreso le autorizó un gasto público de 42.6 billones de pesos en tanto que el PIB apenas creció en 9.7 billones a precios corrientes durante su administración. Lo que nos da una relación de gasto por unidad de valor generado de 4.4 a 1.

CSP quiso resaltar como una proeza la relación de deuda pública/PIB y señalo que dentro de la OCDE, México tuvo el mejor desempeño. Lo que no dijo es que el déficit entre 2018 pasó del -2.2  al -4.33 y que la deuda pública pasó de 10.8 billones a 16.6. Lo que la incrementó en 53 por ciento.

CSP, pues, no se atrevió a reconocer la incapacidad de AMLO de fomentar el desarrollo económico por entidad federativa ni evitar que al interior de las sindicaturas se multipliquen los asentamientos vacíos por falta de oportunidades.

·         El fracaso de la política de seguridad

De la seguridad nada a favor y CSP evitó hablar del sexenio más inseguro y violento, donde los desaparecidos no existen como tampoco las madres buscadoras. En cambio, parece que la indigestión que Felipe Calderón le hizo a AMLO, también a ella la afectó.

Más miseria política no puede haber. La historia lo juzgará y nadie podrá evitar el océano de calificativos que se le avecinan.

Pero eso es historia.

El 1 de octubre Claudia Sheinbaum Pardo juramentó la Constitución y desde ese momento es la Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. La mala noticia, y que no quiso reconocer, es que heredó un País en llamas, en gangrenado, quebrado, violento e inseguro, y donde la mayoría de los puestos de la administración pública le fueron impuestos por ciudadanos radicales, ineficientes, corruptos e improvisados.

Si bien, CSP tendrá el control de los poderes Ejecutivo y Legislativo y a punto está de tener bajo su dominio el Poder Judicial, no podrá inhibir las crisis sociales, económicas, políticas, territoriales e internacionales que se le avecinan. Y por más amistad y respaldo que tenga de los dictadores de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Colombia, más que fortaleza le serán un lastre, con un alto costo político, pragmático y dogmático.

El 1 de octubre, Claudia fue testigo del bunker que caracterizó su investidura y fue evidente la ausencia de los jefes de estado de las naciones más desarrolladas y democráticas. No fue un desaire hacia ella, sino la cosecha que AMLO sembró y que Morena apoyó.

Veamos hacia adelante

La democracia se impone y la autocracia se derrumba.

 

Si con el rompimiento de la Guerra Fría las naciones del este pero limítrofes con las de Europa Occidental se liberaron del comunismo y se democratizaron, hoy la ciudadanía de las pocas naciones con regímenes autócratas y represoras de Latinoamérica no sólo luchan por libertad, democracia y prosperidad, sino también terminan por destruir todo lo que simbolice el pasado autócrata y comunista de sus gobernantes.

No sé si CSP buscó la presidencia para luchar por el bien Superior de México. Por su discurso lo dudo ya que la realidad nacional, el desastre social, económico, micro empresarial, ambiental y fiscal que la administración de AMLO fue, no apareció, en cambio, sí, una serie de comparaciones históricas en las que indirectamente quiso comparar a AMLO con la talla de Hidalgo, Guerrero, Morelos, Victoria, Madero y Cárdenas. Y al no salirse de esa burbuja de auto engaño en la que está, insistió en la continuidad de este nuevo modelo al que denominó Humanismo Mexicano con una serie de adjetivos que la realidad desmiente.

El día a día le señalara a CSP lo que es la problemática nacional y la incapacidad de solventar con dadivas, mentiras y mañaneras ni con decisiones cuantitativas, como si más ejército en las calles fuera menos militarización y más seguridad, y un sin fin de promesas que sólo implican más cantidad pero no calidad.

En esa innegable realidad, AMLO aparecerá como responsable y su desgaste político y social será inevitable y vertiginoso.

 

Si ella quiere honrar el lugar en la historia que a mañosamente AMLO preparó, no por hacerla la primera mujer Presidente de México, sino por hacer lo que ningún Presidente se ha atrevido hacer, su poder constitucional lo debe centrar en perfeccionar los dos pilares de los que depende la grandeza de un México próspero y justo: el político y el económico.

No me voy a referir a lo fiscalmente obvio. Los ajustes al presupuesto son tan inevitables como el alza a los impuestos especiales y el déficit público. Esos, en automático y por inercia el congreso se los autorizará. Me refiero a los cimientos de los que depende la estabilidad del sistema político, determinante del pilar económico.

Me interesa México, no Morena ni cualesquier otro partido. Sin  excepción todos han sido un laste para el País. Y no me interesa señalar los errores que está haciendo CSP. Ella lo sabe e información tiene para comprender la magnitud negativa de sus impactos. Me interesa lo que a nosotros nos compete y debemos hacer.

Estoy a favor de la democracia, de la formación de valores y de una real y soberna división de poderes. De la existencia de ciudadanos éticos, competentes y respetuosos del medio ambiente y los recursos naturales. Pero no todo depende de que CSP lo haga ya que el manejo del gobierno lo está haciendo de forma aritmética no geométrica ni tridimensional.

La fuerza real y transformadora está en esa parte de la sociedad objetiva que ha logrado desarrollar consciencia, cultura y valores, y que sabe lo que significa un buen gobierno así como los principios y fortalezas que significa democracia, libertad, derecho, propiedad, esfuerzo, prosperidad, valores y respeto. Y es esta parte de la ciudadanía la que debe aprender a políticamente trabajar organizados y unidos, y manifestarse hasta que todo ello sea la raíz de nuestro gobierno y característica de la república con entidades federativas autónomas y soberanas.

No debe haber confusión. Como no tenemos el gobierno que debemos tener, debemos entonces luchar por ello.

 

México es parte de occidente y en occidente está el mercado, los valores, la prosperidad, el estado de derecho, el conocimiento y la justicia. El Este, en cambio, es autócrata, represor, empobrecedor y dictatorial.

Aprendamos a ser industriosos y competitivos, a hacer de México una nación con atributos similares a las mejores de Occidente. No hablo de ser un satélite del capitalismo, sino una nación exitosa, industrial y competitiva. Recordemos que la prosperidad de Asia no se genera en las naciones del este, sino en las occidentales, y ellas, poco a poco le dan paso a tener gobiernos libres y democráticos.

Para concluir.

La máxima de la democracia en una comunidad apática, sumisa y convenenciera es demagogia. Y gobierno y partidos lo saben y la usan para desunir y obtener el fruto de sus mezquindades. A nosotros nos compete aprender a ser gobierno, a poner a un buen funcionario y sacar a uno malo; a saber lo que significa el autogobernarse con principios y códigos de ética, comportamiento y funcionamiento.

 

Seis años más de retrocesos serán una carga demasiado pesada para lo que ya el gobierno le ha endosado a cada mexicano.

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO