Quiénes somos

En Sinaloa el diálogo colectivo se ha empobrecido. Los interlocutores políticos y mediáticos reflejan más sus intereses propios que los de los ciudadanos, en detrimento de la confianza social hacia las instituciones y sus dirigentes y cada vez hay menos espacio para la participación ciudadana.

La sociedad, por su parte, se repliega en el rol de habitante y asume cada vez menos el rol de ciudadano. Casi nadie se detiene a reflexionar sobre lo que la comunidad es, quiere y siente.

Nos gusta decir “todos vamos en la misma barca”, pero en esa barca, la mayoría nos comportamos como pasajeros, testigos demandantes y quejosos, y muy pocos como tripulantes responsables, actuantes.

La misión que se impone ESPEJO es hacer periodismo profesional, para colaborar en la compleja tarea de crear ciudadanos. Se trata de invitar a los lectores a la reflexión individual y colectiva.

Crear un concepto editorial plural, no subordinado. Que sea relevante, creíble y respetable.

ESPEJO pretende atraer primero a sus lectores con contenidos atractivos, confiables, trabajados con honestidad e imparcialidad como principios básicos, en el manejo de una temática que pretendemos ingrese a la agenda pública.

Creemos que el periodismo profesional es el que informa, forma y entretiene. Que basa su quehacer en el respeto: a la dignidad y la inteligencia de los lectores, de los anunciantes y colaboradores, y a los principios básicos de la profesión periodística, ejercida con responsabilidad y ética.

A veces espejo riguroso que muestra las imperfecciones a corregir, a veces espejo mágico capaz de mostrar el rostro fantástico del Culiacán y el Sinaloa poco explorado. Queremos ser la revista de la ciudad.

Le apostamos a la participación ciudadana. Señalaremos rutas, trataremos de construir credibilidad, lejos de la pretensión de la verdad absoluta o verdades a medias camufladas en sensacionalismos.

El periodismo de excelente calidad es premisa. He aquí nuestra aportación del espejo en que habremos de analizarnos todos, sin engaños.

Empezamos pues, diciendo

LAS COSAS COMO SON.