La crisis policiaca de Mazatlán no admite justificaciones ni desidias de parte de los diferentes niveles de autoridad y tampoco se acepta el argumento de que le sale económicamente muy caro al gobierno cortar de tajo a los elementos nocivos.
EDITORIAL
Es poco el tiempo disponible para organizar un ejercicio libre que en verdad revele el sentir de los estudiantes y académicos sobre la crisis interna que vive la UAS y las rutas a seguir para democratizarla, transparentarla y fortalecerla.
Al reportarse un crecimiento en el número de casos de Covid-19 en México, es altamente pertinente recordar las lecciones y víctimas que la pandemia dejó a su paso por Sinaloa, con el objetivo de ser más eficientes y responsables.
Las autoridades deben actuar rápido antes de que la levadura de la impunidad agrande el problema y lo saque del control del gobierno.
Ni el gobierno debe involucionar a los tiempos en que solamente se dedicó a contar a las víctimas de la violencia, ni los ciudadanos podemos permitir que seamos rehenes de grupos delictivos.
Como ciudadanos tenemos la obligación de ir al lado de la Universidad en su exigencia de transparencia, educación de mejor calidad y libre cátedra, dejando solos a aquellos que marchan en dirección opuesta.
A los gobernantes se les empieza a valorar no por administrar recursos públicos con obras y servicios que cualquier city mánager podría organizar, sino por colocar la atención e intención en políticas públicas que desde el presente atiendan los retos de futuro.
El Gobierno Federal y sobre todo el gobernador Rubén Rocha Moya deben no sólo permitir sino impulsar la observación del ombudsman sinaloense que certifique que no existen agravios contra los pacíficos.
El PRI difícilmente saldrá del hoyo en que lo echó ayer el Consejo Nacional, con la medicina que en vez de sanarlo parece aplicársele para matarlo, porque la permanencia alevosa de Alito es más una eutanasia política que la disposición a salvarlo.
Lo que se necesita hoy es la garantía de que la SSPE estará dedicada enteramente a trabajar para la tranquilidad de los sinaloenses.