Construir alternativas válidas es seguir pensando que otro mundo es posible.

Marcelo Colussi

 

El mercado ajusta a la baja expectativa para el PIB de México en 2025. ̶ Eso afirman los voceros de las finanzas privadas en México. Y lo cierto es que las cosas no han marchado de la mejor manera en materia de crecimiento económico en el presente año. Si llegamos a tener la expectativa de crecer al 1.2 por ciento, las condiciones que prevalecen a nivel internacional y las internas fueron disminuyendo ese pronóstico. El Banco de México y la banca privada hablaron de un 0.9 y luego del 0.6 por ciento, pero la ralentización de la economía persiste al grado que algunos cálculos fijan ahora el crecimiento en un 0.4 por ciento, contra la opinión que desde septiembre sostenían.

La OCDE observa la situación de México con cautela. Y hace hincapié en que la recuperación de nuestra economía se dará en un contexto de incertidumbre tanto en el terreno internacional como en el interno. Entre los factores globales la OCDE señala los aranceles, esas medidas aduanales que son el platillo favorito del aventurero Hombre naranja y que, junto a otras medidas de abierta provocación, enrarecen el ambiente y comunicación entre las diversas naciones y los Estados Unidos. Y sobre las cosas internas que afectan el crecimiento económico, la mencionada institución anota la reforma judicial y los cambios impuestos a los órganos autónomos. Esperemos que nuestros especialistas en la materia nos ayuden a dimensionar esos factores y que el gobierno mexicano encuentre las políticas que la situación aconseja, sin que ello afecte la soberanía nacional y la rectoría del Estado.

Aún con las condiciones señaladas las expectativas para 2026 auguran un paso adelante, del tamaño de 1.2 por ciento y de un breve salto del 1.7 por ciento para 2027. En las consideraciones mencionadas no se asoman las que corresponden a la orientación del presupuesto federal, al trato de la deuda pública y a la necesidad de la reforma fiscal. Y es una pena que no se aquilaten esos tres factores para resolver problemas de crecimiento y, de paso, intentar el alivio de los estratos más pobres de México. También debe tomarse en cuenta que la pandemia y luego el serio tropiezo que significa el factor violencia en el país, han afectado el crecimiento de la economía. Todo ello contribuye a que ese modestísimo crecimiento posible del 0.4 o el mismo 0.6 por ciento en que se creyó por instituciones como el BANXICO, se ubique por debajo del crecimiento de la población mexicana, que navega en la frontera del 0.9 por ciento anual.

Entre los factores que no son mera pátina de nuestro rostro económico está la inminente negociación del T-MEC. Hay cosas ajenas que influyen como la terca y provocadora actitud de Trump de que primero son ellos y otras propias que deben ocuparnos muy en serio: el maíz debe estar fuera del T-MEC.

Sin que los pronósticos nos depriman, habremos de reconocer que siete países de América Latina tendrán un crecimiento promedio de 2.3 por ciento del PIB este año. En séptimo lugar estamos nosotros. La situación de mayor fortuna para los países hermanos, que también enfrentan las malas digestiones y pesadillas de Trump, no deja de ser una meta natural a seguir.

Una buena noticia para los trabajadores de salario mínimo es el anuncio de un incremento del 13 por ciento a sus ingresos a partir del primero de enero, salvo a sus pares en la zona fronteriza norte que se les otorgará el 5 por ciento. Con ello 8 millones 500 mil jefes de familia serán beneficiados (el 13.6 por ciento de la Población Económicamente Activa). Y a la par de esta medida se espera que de manera gradual se aplique la disminución de las 48 horas laborales por semana, para hacer realidad en 2030 las soñadas 40 horas. Nuestro reconocimiento a los representantes empresariales que han estado de acuerdo con ambas iniciativas que vienen a alimentar sonrisas y esperanza en la clase trabajadora de México.

En medio de la ralentización de nuestro mundo económico y de la crisis de seguridad hay una deuda múltiple hacia el sector informal de la economía que ahora debemos destacar. El valor que aporta este segmento al PIB es de poco más de 6 billones de pesos (después de descontada la inflación, según INEGI) y su crecimiento significó el 1.9 por ciento respecto del año anterior. Casi 17 millones de puestos remunerados se registraron para mediados de este año, cuya tasa de crecimiento fue del 2.1 por ciento anual. Lo menos que podemos hacer es un sentido reconocimiento a sus aportaciones, muy a pesar de que su esfuerzo no tiene correspondencia alguna en seguridad social o cosa de protección contra el desempleo, falta de vivienda o invalidez. Sinaloa ocupó el segundo lugar en incremento de ocupación informal con un 6.2 por ciento, después de la Ciudad de México.

La CEPAL reconoce que México es el país latinoamericano en el que se experimentó una mayor reducción de la pobreza, con tres puntos porcentuales: dos puntos por el incremento al salario mínimo entre 2018 y 2015 y el otro por el impacto de la política social en becas universales, en transferencias a poblaciones vulnerables y la ampliación a las pensiones a los adultos mayores. Pero la CEPAL se preocupa (y nosotros también) porque las decisiones políticas de los últimos siete años, habiendo reducido la pobreza no ha tocado las fortunas de los ricos, que cada vez están más distantes del grueso de los mexicanos. Y esa desigualdad es el mejor caldo de cultivo de crisis y tropiezos a mediano y largo plazo. La OCDE y la ONU han adoptado el llamado Coeficiente Palma, que pone énfasis en los extremos de una sociedad desigual: el 10 por ciento más rico y el 40 por ciento más pobre. En México ese 10 por ciento más rico se apropia del 30 por ciento del ingreso nacional y el 40 más pobre apenas alcanza el 2 por ciento. El Coeficiente Palma aspira a que ambos porcentajes de la población obtengan ingresos similares, es decir, que dicho Coeficiente marque 1. Una verdad que debe prevalecer en medio de la presente crisis es que reducir la desigualdad es darle oxígeno a la anhelada estabilidad.

Ojalá que los presupuestos federal y estatal tomen en cuenta esa verdad. Vale.

 

www.oscarloza.com

[email protected]

X @Oscar_Loza  

 

 

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO