En la sociedad mexicana vivir con una discapacidad física o intelectual no es nada fácil. Las personas con discapacidad se enfrentan en su vida cotidiana a una serie de barreras y estigmas difíciles de enfrentar, pero no imposible. Existen casos de resiliencia que vale la pena rescatar para mostrar evidencia de que sí es posible que se incorporen al mundo laboral, pero éstos aún son los menos.

De acuerdo a datos de Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022 pone de manifiesto los prejuicios y estigmas hacia las personas con discapacidad. En ese año, el 17.4 % de la población de 18 años y más en Sinaloa y el 20 por ciento a nivel nacional señalaron que no estarían dispuestos a rentar un cuarto de su vivienda a personas con discapacidad.

En cuanto al respeto hacia sus derechos, el 41.3 por ciento de la población estatal y el 51.5 por ciento en el país perciben que estos se respetan poco o nada.  Además, el 20 por ciento de la población de 18 años y más en Sinaloa y el 22.8  por ciento en el país estuvo de acuerdo con la frase prejuiciosa: “Las personas con discapacidad son de poca utilidad en el trabajo” (INEGI, 2024).

Esa frase que encierra prejuicios y discriminación es a lo que se enfrentan día con día más de 200 mil sinaloenses que viven con una condición de discapacidad (ya sea genética, por enfermedad o accidente).

La inclusión laboral es una de las grandes asignaturas pendientes en Sinaloa, aunque se hacen esfuerzos importantes desde organizaciones de la sociedad civil, tales como Emplea-M, Quienes capacitan a jóvenes con síndrome de down, autistas, asperger, débiles visuales, etc. Para que se incorporen al mercado laboral o bien se conviertan en emprendedores.

Los Centros de Atención Múltiple (CAM) laborales, incorporados a la SEP, también realizan una gran labor de capacitación a personas con discapacidad en cocina, manualidades, etc. de manera coordinada con CECATI.

Sin embargo, el mercado laboral continúa siendo muy cerrado para este tipo de población, sobre todo por la ausencia de incentivos fiscales que motiven a los empresarios a emplear a este tipo de población, como si sucede en países como España.

Las políticas públicas en apoyo a las personas con discapacidad son escasas, pero hay que reconocer que desde 2021 se creó el Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente, el cual ha logrado buenos resultados en términos de efectividad de política pública y permite a las personas de 0 a 29 años de edad tener un ingreso bimestral de 3 mil 100 pesos.

Asimismo, en ese mismo año el Gobierno de Sinaloa implementó un programa de Pensión por Discapacidad hasta los 64 años, el cual fue el primero en su tipo en el país en ser  implementado por un Gobierno Estatal y a la fecha suman 22 estados de México que lo realizan con recursos propios, siguiendo el ejemplo de Sinaloa.

En resumen, se requieren más esfuerzos conjuntos entre gobierno y sociedad civil, para apoyar a que las personas con discapacidad se incorporen en forma exitosa al mercado laboral y empresarial.

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