En las últimas semanas –meses, a decir verdad- he evitado escribir sobre los “avances” de mis quejas/denuncias que inicié a raíz de las violencias que viví hace casi 2 años por parte de la directora del Registro Civil de Sinaloa, Margarita Villaescusa Rojo.

En esta ocasión, si bien no les voy a actualizar, si necesito hacer algunas aclaraciones:

En estas últimas semanas, el gobernador Dr. Ruben Rocha Moya, me ha mencionado en varias ocasiones. Todas ellas – o, al menos las que he visto- lo ha hecho para ejemplificar lo que para su administración significa la inclusión y han sido en eventos públicos, masivos. Esto no ha sido fortuito, se debe a que no hace mucho, me recibió en su oficina. En sus discursos ha dicho que me atendió, lo cual es cierto; pero lo que no dice es que, pese a que me atendió, sigo sin justicia. Yo NO ando en busca de atención, para eso voy a terapia; a él le busqué, por justicia, justicia administrativa.

En dos ocasiones el gobernador me ha recibido en su oficina; la primera fue en febrero 2025, después de mi manifestación durante la comparecencia de ex Secretario General de Gobierno (Feliciano Castro Meléndrez) en el H. Congreso del Estado de Sinaloa y, la segunda fue en septiembre 2025, después de mi manifestación durante la inauguración de la vicefiscalía de Derechos Humanos.

La primera vez, también estuvo Feliciano Castro y aunque fue una reunión corta, no tengo queja del trato y las atenciones recibidas. La segunda reunión fue mucho mas prolongada y solo estuvimos el gobernador y yo; en esta ocasión el trato fue aún mejor, con más familiaridad.

Pese a lo ameno de cada reunión, a los compromisos de revisar mi caso; la realidad es que las cosas relacionadas con ello, solo fueron de mal en peor.

Después de la primera reunión, a los días, la Secretaría de Transparencia, dictaminó como violencias inexistentes y con eso, cerró la “investigación”; entenderán lo frustrante que eso resultó para mí. Pesé a la palabra empeñada por el gobernador, mi caso solo empeoró. En la segunda reunión pasó lo mismo: atención, escucha y compromiso, pero, a los días, la Secretaría General de Gobierno decidió no aceptar – sin explicación formal- la recomendación de la CEDH; es decir, pese a la palabra empeñada, mi caso solo empeoró.

En los últimos meses no la he pasado nada bien, he enfrentado (aún sigo en eso) algunas dificultades tanto de salud, como laborares que me han impedido ir a insistir por justicia. NO debería ser necesario que como víctimas peregrinemos como santo pa´que llueva, para que nuestras quejas avancen algo; no debería ser, pero así ha sido, es y, parece que seguirá siendo.

La primera vez que oí al gobernador referirse a mí, a mi caso; admito que me dio esperanza. Pensé que pronto tendría noticias de avances, no ha sido así. Las siguientes veces que supe que volvía a referirse a mí, ya me valía mas verga, pero la esperanza de sí acceder a la justicia existía. Esta última vez, ya ni esperanza, ya era como oír llover en casa buena: no podía valerme más verga.

El gobernador y yo tenemos un amigo en común. Este compa y yo coincidimos en algo: Rubén Rocha Moya es un bato shilo, buena gente diríamos. Claro que si hablamos del Gobernador, mi opinión en otra, la de mi compa se parece algo a la mía.

Hace días, en Guasave, volvió a referirse a mí, a hablar de mi caso. Unas compas que estaban en la reunión me pasaron un par de videos; en el primero (gravado de frente) se ve como se refiere a mí, como me describe, con un tono jocoso y es escuchan risas. Hasta allí nada raro, eso mismo había ocurrido en las otras veces que me mencionaba. En el segundo video, que está grabado ya no desde el público sino de frente al público, se puede ver la reacción de la gente ante la forma y descripción mía hecha por el gobernador. Esta descripción no es nada que yo misma no haya hecho, es más, he hecho carcajearse a la gente cuando he hablado de mi caso, eso sí: mis traumas, mis chistes.

Realmente no tengo pedo con que me mencione el gober, eso sí, me salta una duda: ¿No le hará daño mencionar mi caso así?… Así, sin justicia.

Volviendo al público del evento en Guasave. Insistiré en que reconozco que puede resultar gracioso (sin decir que esa sea la idea) la narrativa del gobernador, particularmente para quienes sin saber nada de mí, le escuchan por vez primera. Peeeeeeero, cuando hablamos del funcionariado la cosa cambia.

En ese evento, en la primera fila (porque en las demás se enronchan) estaba la crema y nata del funcionariado. Ya saben: las mismas de siempre, más unas nuevas que son como las mismas de siempre. Cuando les ví soltar la carcajada (complacientes con el gober), me caló; me emputé, me emputé con ellas (algunas).

Algunas de las que se rieron conocen mi caso tan al detalle como yo. Algunas de las que se rieron, saben que mi agresora, Margarita Villaescusa Rojo, tiene una colección de víctimas, ellas mismas han acompañado a nosotras las víctimas. Algunas de las que se rieron saben que aún sigo sin justicias.

Así que, a las que me acompañaron, que saben que sigo sin justicia, que conocen a otras víctimas de Margarita Villaescusa Rojo y, aun así se rieron, a ustedes: ¡Chinguen a su madre!…

Las he de ver en público, para encararlas; a ver si teniéndome de frente, tienen el valor de reírse. ¡¡Mierdas!!

Se lo lavan.

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