Culiacán, Sinaloa – En un planeta que ya sufre las consecuencias de los modelos de producción extractivistas y una industria energética que, por décadas, dependió solo de los combustibles fósiles, los créditos de carbono se han desarrollado como una solución basada en el mercado que trabaja por generar todo un ecosistema que facilite y regule procesos de mitigación y adaptación en comunidades locales y países en vías de desarrollo.

Involucrando a sectores tan distintos como la industria energética, de transporte, construcción y manufacturera, los créditos de carbono son una compensación a los gases de efecto invernadero emitidos con el fin de contribuir a generar sociedades sostenibles, pero también de mejorar la imagen empresarial ante el público.

De la mano de Pablo Salas, maestro en estudios urbanos y miembro de Canopia, desarrollador de proyectos de captura de carbono en México, te contamos el ABC de este mercado:

¿Qué es el mercado de créditos de carbono?

 

En sus dos vertientes (mercados voluntarios y obligatorios) el mercado de crédito de carbono es un mecanismo financiero a través del cual empresas deciden compensar sus emisiones de carbono financiando proyectos que ayuden a ecosistemas forestales a mejorar su condición.

Dicho de otro modo, un crédito de carbono es una especie de vale que aseguran que al adquirirlo se está financiando la captura de una tonelada de carbono, sobre todo en zonas forestales, pero también en espacios como manglares y sistemas silvopastoriles.

Su diferencia con los mercados obligatorios es que estos dependen de un marco normativo de países y regiones que obligan a ciertas industrias a pagar por sus emisiones contaminantes. En el caso de los mercados voluntarios estos funcionan sin ninguna obligación legal por parte de los países y gracias a la voluntad de los actores involucrados.

Al no tener una obligación legal de reducción de emisiones, los participantes en el mercado voluntario deben buscar que los créditos adquiridos cuenten con características deseables como el que sean verificables, permanentes y adicionales, con el objetivo de asegurar que sus créditos son confiables y que las emisiones se reduzcan de manera efectiva.

“Es todo un ecosistema empresarial, hay varios actores. El primero de ellos son los compradores de los créditos de carbono, pero hay otros”, explicó Pablo Salas.

Tres características deseables de los créditos de carbono:

 

  1. Verificable: Es posible constatar que el proyecto existe y ha cuantificado debidamente sus remociones.
  2. Adicional: Ocurre como actividad adicional al business as usual, es decir, a lo que pasaría en ausencia de ese proyecto.
  3. Permanente: Se ha comprometido a mantener los créditos por un periodo mínimo de compromiso en función del tipo de proyecto. En el caso de México, el protocolo forestal mexicano tiene dos periodos de tiempo para la permanencia: de 30 años y de 100 años.
mercado de carbono protocolo de kioto

FUENTE: Documento Mercado voluntario de bonos de carbono. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/564602/Mercado_voluntario_de_bonos_de_carbono.pdf

Principales actores

 

El ecosistema empresarial del mercado de créditos de carbono se compone de compradores de créditos, empresas desarrolladoras de proyectos, dueños forestales y empresas reguladoras y verificadoras.

Entre los compradores, que son las empresas que buscan compensar su huella de carbono de manera voluntaria, se encuentran desde Bimbo y General Motors hasta Pemex y múltiples industrias de todo el planeta.

Estas empresas compradoras adquieren los créditos a través de empresas desarrolladoras de proyectos de captura de carbono, “que son quienes establecen proyectos por medio de múltiples metodologías como soluciones basadas en la naturaleza (SbN) y demás para que los dueños forestales, un tercer actor, puedan acreditar que sus bosques capturan carbono”, explicó Salas.

“Estos son los tres principales actores que podemos mapear”, añadió.

Adicionalmente, existen también empresas reguladoras y verificadoras que se encargan de establecer las condiciones y vigilarlas para asegurar que los proyectos se están realizando de la mejor manera posible.

“Estos establecen los estándares que regulan, acreditan y que dan fe y legalidad de que estos créditos están bien contabilizados; que la calidad del crédito de carbono es la adecuada”, especificó.

 

Para asegurar la calidad de los créditos, estos reguladores “crean una serie de reglas”. Entre los principales organismos internacionales que cuentan con metodologías para la cuantificación de remociones se encuentran:

 

“En el caso del protocolo de la Reserva de Acción Climática (CAR) para México, este está adecuado al caso mexicano porque, por ejemplo, hablan de ejidos, una figura que nada más existe acá en México. Y hay un protocolo de la Reserva de Acción Climática como estándar para adecuarlo a cada caso”, abundó Salas Soto.

 

Por su parte, a partir de que un proyecto de captura cumple un año, este ya debe pasar por un proceso de verificación que supone una especie de ‘auditoría de desempeño’ del proyecto.

“Dado que el carbono capturado no se ve y no se toca, la contabilización de créditos de carbono que se acumulan en un bosque debe manejarse con transparencia para evitar su doble contabilidad o que haya fugas de carbono… para que todas estas cosas no sucedan, están las empresas verificadoras”.

Anualmente, estas verificadoras revisan todas las actividades ejecutadas del proyecto, desde la realización de asambleas comunitarias, que existan actas de las mismas con lista de los participantes, la comprobación de trabajos realizados como, por ejemplo, brechas cortafuegos, y los resultados de la contabilización de los créditos de carbono, entre otras actividades relacionadas con cada proyecto de captura.

Es hasta que se concluye este proceso de verificación que los reguladores, como la Reserva de Acción Climática (CAR), acreditan las toneladas de carbono capturadas durante el año y es posible ofrecerlas para su venta a empresas que busquen reducir sus emisiones.

Ciclo de vida de un proyecto de captura de carbono

 

  • Acercamiento a las comunidades susceptibles de establecer proyectos de captura de carbono.
  • Asambleas con las autoridades ejidales o comunales para aprobación del proyecto.
  • Inventario forestal para contabilizar cuánto carbono hay acumulado en una zona.
  • Actividades de implementación como apertura de brechas cortafuego, remoción de material sólido, poda para clareo de árboles, mantenimiento de de taludes y cárcavas para evitar la erosión de suelo, entre otras.
  • Proceso de verificación
  • Venta de los créditos verificados en el mercado abierto.
Protocolo Forestal para México de CAR

Protocolo Forestal para México de CAR. FUENTE: Documento Mercado voluntario de bonos de carbono. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/564602/Mercado_voluntario_de_bonos_de_carbono.pdf

Proyectos de captura en México

 

En México, el mercado de créditos de carbono no se encuentra muy desarrollado y, actualmente los proyectos se concentran en estados del país como Oaxaca, Hidalgo, Puebla, México, Ciudad de México, Durango, Veracruz, Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

Actualmente la Reserva de Acción Climática enlista 272 proyectos en México, en su mayoría de restauración forestal, pero también de restauración de manglar, manejo forestal mejorado, manejo de rellenos sanitarios y sistemas silvopastoriles.

Sin embargo, una limitante para el desarrollo de este tipo de proyectos a nivel nacional es la prevalencia del crimen organizado en el territorio. “En el protocolo para México te dice que cuando se identifiquen situaciones violentas o contextos violentos cercanos a las zonas, pues los proyectos no son viables”, comentó al respecto Salas Soto.

En este tema Pablo Salas destaca cómo los proyectos de captura de carbono están siendo, en México, más efectivos para detonar procesos de sostenibilidad de áreas naturales que programas oficiales como los programas de pago por servicios ambientales.

“Con la iniciativa privada sí se ve que hay movimiento, se ve que hay actividades que dejan beneficio en la comunidad; y los programas de pagos por servicios ambientales, pues sí dejan beneficios, pero a cuentagotas”, indicó.

“Esto es por el tema de la llave del recurso, pues en el lado público se acaba en un sexenio o en un trienio; y en cambio en la iniciativa privada la llave sigue siendo cada vez más ancha, y más por la emergencia de cambio climático”, señaló al respecto.

“De alguna u otra forma hay mucho financiamiento para este tipo de proyectos”, puntualizó.

 

El contexto internacional

 

En el contexto internacional, el urbanista destaca que actualmente un tema que se busca atender desde diversas regiones del mundo es el bajo precio de la tonelada de carbón capturada que se encuentra entre los 4 y 5 dólares por crédito de carbono, el cual equivale a una tonelada de carbón capturado.

Para esto, hay regiones y países que buscan establecer mercados regionales cerrados que permitan establecer un precio a nivel regional. “La Unión Europea tiene un mercado cerrado de compra de carbono y ellos creo que marcan su precio, pero para el caso de países de América Latina pues están con los precios que dicta la oferta y la demanda”.

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